Cinco razones por las que hoy el aliado clave para Armenia es Irán 

15 de marzo de 2024

En el juego de búsqueda de socios Armenia coquetea con la Unión Europea, EE.UU, Francia y el Reino Unido, pero ninguno ha mostrado resultados tan determinantes como Teherán.

Desde hace más de un siglo Turquía busca transformar a Armenia en una especie de ghetto, dejándola literalmente encerrada, con una única conexión al exterior por el norte vía Georgia. Fue la solución intermedia que encontraron los kemalistas ante la imposibilidad manifiesta de reducir su territorio a cenizas y exterminar a toda la población armenia.

El plan panturquista de tomar Najicheván, Syunik y Artsaj y cortar el vínculo de Armenia con Irán por el sur tuvo, como todos sabemos, un resultado dramático entre 2020 y 2023, con la pérdida de la Guerra de los 44 días, la invasión de varias poblaciones armenias en el este y sur del país por parte de fuerzas azeríes, y ya en septiembre de 2023, con el bloqueo genocida y la limpieza étnica de los armenios de Artsaj.

En ese escenario hay que leer la renovada agenda geopolítica de la República de Armenia con la República Islámica de Irán. Los contactos al máximo nivel político se suceden casi con frecuencia semanal y recientemente empezó a desarrollarse también en vínculo en materia de seguridad y en el ámbito militar.

La estrategia de diversificación de los aliados internacionales, que está desarrollando Ereván, sin dudas buscan salir de la órbita rusa o reducir su presencia e influencia, abriendo canales de asociación con Occidente, especialmente con la Unión Europea, Francia, Estados Unidos y el Reino Unido, jugando en las plataformas diplomáticas occidentales, como la ONU, la Comisión Europea o la Conferencia de Seguridad de Munich, por mencionar los más emblemáticos.

Y hacia el continente asiático esa búsqueda de diversificación de alianzas se expresa en las relaciones con la India, en materia de comercio, promoción del turismo, tecnología y la compra de material bélico. Y el otro jugador clave es Irán, país con el que Armenia tiene frontera común.

También tiene una frontera directa por el norte con Georgia. Pero diversas experiencias del pasado, en especial la de 2020, convencieron al gobierno armenio, que no es un socio confiable, o al menos no del todo.

Durante la Guerra de los 44 días, Georgia impidió a los aviones rusos que transportaban armamento a Armenia utilizar el espacio aéreo georgiano, desviando los vuelos hacia el Mar Caspio y debiendo éstos dar un rodeo por Irán, ingresando a Armenia por el sur.

Sin embargo, para la misma época, Georgia permitió a Azerbaiyán utilizar su espacio aéreo para transportar armas desde Turquía e Israel. Los analistas incluyen entre las razones de esta política la elevada dependencia energética de Tbilisi respecto del eje turco-azerí.

Con este panorama, la República Islámica de Irán adquiere una relevancia capital, mucho mayor incluso que en el pasado. Diversos análisis coinciden en asegurar que hay al menos cinco razones por las que le país persa es un aliado central para Armenia.

Comunicaciones, comercio, transporte y logística

Incluso antes de la propuesta Encrucijadas de paz, que viene impulsando el gobierno de Nikol Pashinyan como instancia superadora para lograr una paz estable con Azerbaiyán y en el Cáucaso Sur, las comunicaciones terrestres y aéreas con Irán ya revestían vital importancia.

Ese espacio quedó además resignificado a raíz de la apertura de Armenia hacia la India, dado que India e Irán también están estrechando vínculos, ambos participan del proyecto del “corredor Norte-Sur”, y el corredor de tránsito “Golfo Pérsico-Mar Negro”, para llegar con mercancías desde el Índico, hasta el Mar Negro y Europa, vía Irán, Armenia y Georgia.

A todos jugadores les interesa entonces que la frontera armenio-iraní se mantenga sin cambios, y eso es lo que enfatizan cada vez que pueden las máximas autoridades políticas y militares de Irán.

Además, en materia comercial, Nueva Dehli y Teherán buscan utilizar el puerto iraní de Chabahar en el Golfo Pérsico como un hub para el desarrollo del comercio bilateral y regional, y Armenia quiere subirse a ese proyecto con una terminal propia o conjunta con India en Chabahar. De más está decir que el transporte terrestre y marítimo, junto a la logística y el impulso a las cadenas de valor regionales, son suficiente incentivos para todas las partes.

Fronteras sin cambios

Desde siempre el gobierno de Irán se opuso a la presión de Azerbaiyán y Turquía para que Armenia ceda un corredor en Syunik (o Corredor Zangezur) para unir la parte oriental de Azerbaiyán con Najicheván. 

“No se aceptará ningún cambio en las fronteras establecidas y deberá respetarse la integridad territorial de Armenia”, dijeron una y otra vez las autoridades del gobierno iraní.

Desarrollo económico

La cercanía de Armenia e Irán son vitales para el desarrollo de la economía, que incluye el intercambio comercial, el turismo, inversiones y hasta cierta transferencia de tecnología.

Pero tal vez el punto clave es que, a través de Irán, Armenia rompería la lógica del ghetto y la dependencia. La integración económica con Irán facilitará el acceso a los mercados árabes, asiáticos e indio y, a corto plazo, puede convertirse en un importante centro económico para Armenia.

Con las fronteras este y oeste, con Azerbaiyán y Turquía, cerradas desde hace más de 30 años, la salida al mar vía Irán es un factor estratégico.

Desarrollo energético

La República Islámica de Irán es una potencia energética reconocida mundialmente y un proveedor clave para Ereván.

Desde hace muchos años Armenia tiene una decisiva dependencia de la energía que viene de Rusia a través de Georgia, pagando un precio reducido o subsidiado de 165 dólares por cada 1000 m3. Pero esa dependencia no impidió recurrentes cortes en el suministro, en ocasiones incluso debido a obras de reparación o infraestructura.

Según algunas estimaciones Irán puede suministrar a Armenia unos 1.000 millones de metros cúbicos de gas natural por año, lo que representa más de la mitad del consumo anual del país. Pero, además, ese vínculo energético tiene una contraparte beneficiosa porque promueve el desarrollo de la producción de electricidad en Armenia, en el marco de la fórmula de intercambio “gas por electricidad”.

Seguridad y defensa

Por último, pero no por ello menos importante, está la dimensión militar y de defensa en la relación bilateral.

El pasado 6 de marzo el ministro de Defensa de Armenia, Surén Papikyan, viajó en visita de trabajo a Teherán y se entrevistó con su par iraní, Mohammad Reza Gharai Ashtiani, ministro de Defensa y Apoyo a las Fuerzas Armadas de Irán. Si bien no trascendió el contenido de las conversaciones sí se indicó que ambos funcionarios reafirmaron sus posiciones acerca de la estabilidad en el Cáucaso Sur y el establecimiento de la paz entre Armenia y Azerbaiyán, dos países que tienen frontera con Irán.

La primera cuestión importante es que Irán es un factor determinante para “nivelar la cancha”, en una región que en los últimos años vio crecer de manera desproporcionada el poder político y militar de Turquía y Azerbaiyán. Esto sin mencionar los reiterados reclamos territoriales de Bakú sobre Armenia.

En ese contexto, Irán busca un relativo equilibrio, que lo llevó a abrir en 2022 un Consulado General en Kapan, en la provincia de Syunik, al sur de Armenia, justamente la que Azerbaiyán pretende invadir y anexar.

La visita de Papikyan coincidió con la del ministro de Defensa de Azerbaiyán, Zakir Hasanov, a Turquía, en una política espejo que no oculta sus intenciones. Hasanov visitó en Ankara varias instalaciones y empresas militares turcas con el fin de “intercambiar ideas sobre producción conjunta y nuevos proyectos”.

En paralelo, su viceministro Agil Gurbanov, se reunió con Haluk Giorgiun, jefe de la Agencia de Productividad Militar de Turquía, quienes ampliaron las oportunidades de cooperación técnico-militar entre los dos países.

En una región que parece sentada sobre un volcán a punto de estallar, las tensiones con Azerbaiyán y la política expansionista y anti armenia del eje turco-azerí, no deja lugar a dudas acerca de la necesidad de garantizar la seguridad y la defensa a cualquier cosa, haciéndolo eficazmente y a la vez, muy rápido.

Carlos Boyadjian

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