Sobre la promulgación de la ley contra la violencia doméstica en Armenia

Comenzando a derribar estereotipos

14 de diciembre de 2017

Violencia-doméstica-_-2No debe haber sido un debate simple. Seguramente, en el recinto del Parlamento de la República de Armenia hubo disparidad de criterios. Pero lo logrado ya es un avance. Finalmente, el tema de la violencia doméstica ha dejado de ser un tabú vergonzoso del que se habla a susurros y puertas adentro.

Es un inicio. Y sin dudas habrá que seguir trabajando; para que la sociedad armenia tome real consciencia de que una ley que tipifique la violencia doméstica como delito no es sólo una norma a favor de la mujer, sino que es un signo de madurez como nación, para el presente y también para las generaciones que vendrán. Dejar de mirar hacia otro lado, dejar de culpar a las víctimas, dejar de sentir que si de eso no se habla no existe, dejar de lado la vergüenza. Al contrario; enfrentar el tema, animarse a hablarlo y buscarle solución es de valientes y justos.

El pasado 8 de diciembre, la Asamblea Nacional de la República de Armenia aprobó el proyecto de ley destinado a combatir la violencia doméstica, enfocándose no sólo en la responsabilidad penal de quien comete dicho delito, sino también en la civil. Tras un debate histórico -impensable años atrás-, finalmente la ley fue aprobada por 73 votos a favor, 12 en contra y 6 abstenciones.

Pese a la oposición de muchos de sus partidarios, el primer ministro Karen Karapetyan -del Partido Republicano- fue el impulsor de este proyecto de ley. Sin embargo, los doce parlamentarios que se opusieron a la ley, con pobres argumentaciones infundadas y poco serias, pertenecen al bloque del Partido Armenia Próspera, de Gaguik Dzarukian.

La FRA-Tashnagtsutiún, a través de su bloque parlamentario, fue la primera voz de apoyo a este proyecto de ley apenas el mismo fue presentado, tanto en la Asamblea Nacional como a través de sus dirigentes. También hizo lo propio HOM, por medio de su Comisión Central Mundial y su estructura mundial, y a ello le siguieron innumerables muestras de apoyo tanto en Armenia como en el resto del mundo, incluso desde Sudamérica. Todos instando a la aprobación favorable de la ley que condena la violencia doméstica.

Es un primer paso -sin dudas, un gigantesco primer paso- frente a la nada existente hasta el momento. Es un logro enorme, que abarca no sólo la violencia física, sino también la sexual, la psicológica y la económica. Pero aún hay mucho por hacer. Pues la ley -como casi toda norma recién promulgada- es perfectible. Aunque todavía quedan conceptos semánticos por definir, reglamentaciones por determinar, especificaciones por detallar. Sin embargo, nada impide que se enmienden errores y se mejoren detalles con el tiempo y con el uso.

Y muy especialmente, no hay que olvidar jamás que, específicamente en el tema de la violencia doméstica, no es suficiente con tener una ley promulgada. La lucha por su implementación correcta y justa deberá ser continua, derivará en esfuerzos y tareas significativas, que abarcarán la búsqueda del apoyo de la sociedad, la comprensión real de la dimensión de esta norma y su tipificación, la capacitación de los auxiliares de justicia, técnicos y profesionales que participen en el cumplimiento de lo dispuesto, y más.

Esconder la cabeza, cual avestruces, no hace que el problema desaparezca. Por el contrario, encarar el tema libremente y buscar posibles soluciones es la más cabal muestra de madurez y de progreso. Como nación y como seres humanos.

Estamos en camino.

Dra. Graciela Kevorkian

Presidente de la Comisión Regional Sudamericana de HOM

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