Cómo Azerbaiyán se infiltró en un gobierno en el corazón de Europa

01 de abril de 2021

Investigación de Vice News sobre cómo el lobby de Azerbaiyán se infiltró en un canal de televisión de Alemania para limpiar la imagen del régimen autoritario de Ilham Aliyev.

Rico en petróleo y con una tendencia a perseguir a los críticos, Azerbaiyán ha intentado comprar una mejor imagen en Europa durante años. Lo hace patrocinando eventos deportivos y sobornando a los políticos. 

Sin embargo, no siempre es con éxito. Por ejemplo, en 2020 a Luca Volontè, un miembro conservador italiano del Consejo de Europa, se le pagó alrededor de dos millones de euros para evitar una resolución en contra Azerbaiyán y terminó siendo sentenciado a cuatro años de prisión por un tribunal de Milán. Según los expertos, él es solo la punta del iceberg. En Alemania, se llevan a cabo investigaciones sobre varios diputados, entre ellos Karin Strenz y Axel Fischer, ambos integrantes de la Unión Demócrata Cristiana (CDU)

Los apoyos de los políticos alemanes son celebrados en los medios estatales azeríes. Esto se debe a que la república necesita desesperadamente de buena prensa en el extranjero: durante décadas, Azerbaiyán ha estado en desacuerdo con su vecina Armenia. El año pasado, inició una guerra sangrienta contra esta nación por la disputada región de Nagorno-Karabaj.

Olav Gutting, diputado de la CDU, ha sido el foco de la atención en repetidas ocasiones con elogios hacia Azerbaiyán, alabando la “larga historia democrática” de este país. Según investigaciones del sitio VICE, Gutting empleó a un pasante azerbaiyano en su oficina cuyas publicaciones en Facebook incluyen elogios al dictador Aliyev y referencias a los armenios como “animales” o “perros”. En los primeros 22 meses del ciclo electoral actual, Gutting declaró un ingreso suplementario de 450.000 euros, por fuera de su salario parlamentario.

Legisladores como Gutting suelen aparecer en la prensa estatal de Azerbaiyán por sus comentarios. Mientras tanto, los medios de comunicación azeríes a menudo transmiten entrevistas desde la cadena alemana, TV Berlin.

La figura del canal es Peter Brinkmann, quien parece haber perdido la fe en el periodismo crítico, especialmente cuando se trata del régimen autoritario de Aliyev y el conflicto de Nagorno-Karabaj. Es un tema sobre el que el canal informa sorpresivamente a menudo y de manera partidaria. En 2015, el periodista alemán Stefan Niggemeier llamó a TV Berlín directamente como un “canal del gobierno azerbaiyano”.

Ese mismo año, Brinkmann entrevistó a Strenz, quien falleció recientemente. La entrevista fue un ejemplo sobre cómo no realizar entrevistas políticas: sin investigación crítica y solo aprobación. La fiscalía de Frankfurt estaba investigando a Strenz bajo sospecha de soborno a funcionarios electos y lavado de dinero. Había recibido al menos 15.000 euros de Azerbaiyán en 2014 y 2015. Si lo declaraban culpable, se habría enfrentado a una pena de hasta cinco años de prisión. 

Relativamente pequeña en Alemania como para pasar desapercibida por su propaganda, TV Berlín es la estación ideal para el lobby azerbaiyano. Es que en Bakú, el nombre “TV Berlín” tiene peso y se comercializa fácilmente a través de la prensa estatal.

Las comisiones y la financiación llegaron a través de la organización de cabildeo “La Sociedad Europea de Azerbaiyán” (TEAS), ya disuelta. Con sede en Bakú, TEAS presionó en Londres, París, Estambul, Berlín y Bruselas entre 2008 y 2018. La organización fue creada originalmente por Nijat y Tale Heydarov, los ambiciosos hijos de Kamaladdin Heydarov, el influyente ministro de Gestión de Desastres de Azerbaiyán. Sus objetivos declarados eran destacar el potencial económico del país y “crear conciencia sobre el conflicto de Nagorno Karabaj”. 

Los especialistas la describen como un intento de lograr un equilibrio entre la mayor influencia posible con una visibilidad mínima. De hecho, el trabajo de TEAS básicamente no ha atraído la atención de los medios, con la excepción de algunos informes sobre su director alemán Shahin Namati. 

Los expertos describen a Namati como un hombre de negocios de Essen con raíces iraní-azerbaiyanas y un impresionante acceso al parlamento alemán. Con frecuencia, trabajó en declaraciones a favor del régimen con parlamentarios conservadores. Además organizó viajes a Bakú para políticos selectos, fiestas en el elegante Hotel de Rome y cenas con celebridades. Se dice que Namati y el presentador Brinkmann también son amigos cercanos.

Es importante hacer la distinción de que no todos los diputados alemanes dedicados a las relaciones con Azerbaiyán son de mala reputación. Hay quienes se preocupan por el país y no solo por el beneficio personal. Pero si les importa Azerbaiyán, también deberían defender los derechos humanos.

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