Cómo Rusia utiliza a Turquía y Azerbaiyán para exportar petróleo y evadir las sanciones internacionales

21 de abril de 2023

Hecha la ley, hecha la trampa, dice un refrán casi tan antiguo como la humanidad misma. Con el crudo ruso “sancionado” por los países del G7, a partir de un barril de petróleo con un precio tope de US$60 (price cap), el mercado petrolero mundial le abrió la puerta a los “intermediarios”. 

Fuentes del sector revelan que tanto Arabia Saudita, el principal exportador mundial de crudo, y virtual socio de Moscú en la OPEP+, como los Emiratos Árabes Unidos, están comprando gran cantidad de crudo ruso y vendiéndolo a Europa.

Otra vía de salida del crudo y el gas ruso, que también están bajo virtuales sanciones de Occidente, llegan al Viejo Mundo a través de Turquía, que compra y vende, actuando como un hub, y de Azerbaiyán, país petrolero y gasífero, pero que en los últimos meses selló una alianza con el presidente ruso Vladimir Putin.

Si bien los gobiernos europeos están empeñados en castigar a Rusia por la invasión a Ucrania, la necesidad tiene cara de hereje, y por ello el relativo éxito de las maniobras para introducir crudo ruso por vías alternativas a Europa. 

“Las restricciones occidentales a los productos petroleros rusos redibujan el mapa mundial de envíos en barco”, aseguró la agencia Reuters esta semana. 

La agencia reveló que desde el inicio de la prohibición de comprar combustible ruso por parte de la Unión Europea 5 de febrero, “el Índice Clean Tanker que mide las tarifas promedio de flete para el envío de combustibles como gasolina y diesel en las rutas globales más comunes, se ha más que duplicado”. 

Camaleón petrolero

La propia naturaleza del crudo hace que sea muy difícil de rastrear en los mercados internacionales, dado que “puede mezclarse o combinarse fácilmente con otros envíos en países de tránsito”. De esta forma se crea efectivamente un lote más grande de petróleo, con origen desconocido. 

Por otra parte, en el proceso de refinado, necesario para cualquier aplicación práctica, también se elimina toda traza de origen de la materia prima. La contracara de este fenómeno es la fuerte suba de los costos para los mercados consumidores. 

“El resultado del embargo es un aumento significativo en los costos de transporte rusos, una importante redistribución de ingresos a favor de los intermediarios y algún descuento adicional debido a la reducción del mercado de compradores”, señaló Mikhail Khodorkovsky, ex director ejecutivo del gigante Yukos, exiliado por sus críticas al régimen de Vladimir Putin. 

El juego de Bakú

Uno de los principales puntos de fuga del embargo que pesa sobre el sector petrolero ruso tiene a Azerbaiyán como protagonista principal. Se trata de un país lindero con Rusia, pero que además tiene una red de oleoductos y gasoductos que comenzaron a construirse hace algo más de una década para abastecer de energía a Europa, y ahora es vía de salida de los hidrocarburos rusos. 

Bakú, la capital de Azerbaiyán a orillas del Mar Caspio, es el inicio del oleoducto que va de ese país, pasa por Tbilisi, en Georgia, llega hasta el puerto turco de Ceyhan en el Mediterráneo Oriental, y desde allí cargado en grandes buques petroleros hacia Europa.  

Recientemente, François Bellamy, eurodiputado francés y miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo, reveló en una sesión que Azerbaiyán exportó 242.000 barriles por día más de lo que produjo entre abril y julio del año pasado, lo que alimenta las sospechas de triangulación.

Con datos de febrero Azerbaiyán alcanza una producción de 648.000 barriles diarios, pero con tendencia declinante. Con sentido común, Bellamy se pregunta: “¿Cómo puede un país disminuir su producción y aumentar sus exportaciones al mismo tiempo? Hay algo completamente inconsistente en las cifras y esta inconsistencia crea sospechas de que se están eludiendo las sanciones”.

En el caso de Turquía, un país que es importador de crudo, la evidencia también es incontrastable. El Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) de Finlandia advirtió a fines de 2022 que “está emergiendo una nueva ruta para el petróleo ruso hacia la UE a través de Turquía”, donde se refina en productos derivados del petróleo que no están alcanzados por las sanciones.

Carlos Boyadjian
Nota original publicada en Energía Online

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