Conflicto en Siria, geopolítica y crisis humanitaria

17 de septiembre de 2020
Un civil contempla su vivienda destruida en Alepo, Siria, el 3 de enero de 2013. © 2013 AP Photo/Andoni Lubaki.

Contexto internacional: Mientras se mantiene la preeminencia global de Estados Unidos que pugna por no ceder, asistimos a un creciente multipolarismo caracterizado por la pérdida relativa de poder de las potencias tradicionales y el surgimiento o resurgimiento de grandes potencias (como China y Rusia) y de, un tercer nivel de potencias regionales.

El conflicto en Siria y las potencias extranjeras

En el contexto de la llamada “Primavera Árabe” comenzaron en marzo de 2011, en Damasco, Siria*, una serie de protestas populares contra el régimen del Presidente Bashar Al Assad. Los manifestantes pretendían mejoras económicas y una democratización del régimen político creado por Hafez Al Assad, fundador del partido socialista sirio BAAS y padre del actual Presidente.

El gobierno reaccionó ante los manifestantes realizando una serie de reformas políticas (la formación de partidos políticos, regulación de elecciones generales, una nueva ley de prensa y amplió la ciudadanía a más de 150.000 kurdo-sirios que carecían de ella). Sin embargo, las protestas se convirtieron con el correr de los meses en una guerra civil que enfrentó al gobierno contra diversos grupos de la denominada oposición siria (que a su vez se dividieron y enfrentaron entre sí)**. El conflicto ha entrado en su noveno año.

La dinámica geopolítica siria se ha transformado desde 2011, no sólo en el reflejo de la conflictividad propia de la región medio oriental, sino que además ha sido un escenario para que las potencias (EEUU, Rusia, entre otras) diriman su liderazgo e intenten controlar el surgimiento de grupos paramilitares radicalizados como por ejemplo el denominado Estado Islámico (EI o ISIS). Algunos de estos grupos irregulares, habrían sido financiados o apoyados logísticamente por los gobiernos de Arabia Saudita, Turquía y Emiratos Árabes Unidos entre otros, en su puja por liderazgo e influencia.

Uno de los grupos de mayor crecimiento el ISIS, regido por una interpretación coránica literalista, autoproclamó su califato en 2014, llegando a controlar más de un tercio del territorio sirio y parte del también inestable Irak.

Hasta el momento el gobierno sirio ha encontrado apoyo, económico, militar político-diplomático, en Irán, Rusia y el grupo libanés, Hezbollah. Por otro lado, tanto Turquía, Arabia Saudita, como EEUU, Francia y RUGB, han intentado socavar la autoridad de Al Assad, ya sea política, militar o económicamente.

Como consecuencia de tanto entrecruzamiento de intereses se produjo un desastre humanitario. El conflicto en Siria se ha cobrado la vida de aproximadamente cuatrocientas mil personas y generado la mayor crisis actual de refugiados a nivel mundial. Casi 6 millones de sirios han buscado refugio más allá de sus fronteras (incluyendo 2,8 millones de niños), y el desplazamiento interno de otros 6 millones.

El 83% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, 13 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en el país. Se ha dado una devastación económica calculada por la ONU en más de 300.000 millones de dólares, generando, hambruna y un drama humanitario de grandes proporciones (destrucción de viviendas e infraestructuras, dejando muchas zonas sin servicios de agua potable y saneamiento adecuados), al que se le ha sumado la trágica pandemia.

En este marco preocupa a diversas organizaciones internacionales la segunda tanda de sanciones de Washington contra Damasco que entraron en vigor en junio de 2020. Las mismas impedirán la recuperación de la economía siria y conducirán al empeoramiento de la situación social. Es probable que al tiempo que las sanciones no logren alcanzar su objetivo de doblegar al régimen sirio sean funcionales a los grupos extremistas favoreciendo nuevamente un ciclo de violencia impredecible que afectará a la diezmada población civil.

Aliados históricos

• Rusia ha sido desde la década del 70, un pilar para el Estado sirio, ha formado a los miembros de las FFAA y ha provisto de material bélico. Como “recompensa” a este apoyo, Rusia posee en Siria, su única Base Naval en el Mediterráneo (Tartus). La misma le otorga una proyección naval estratégica (Atlántico- Índico). Pese a la presión occidental el compromiso diplomático y apoyo material ruso al gobierno sirio ha sido permanente.

• Para Irán el sostenimiento del régimen sirio es estratégico, dado que, el gobierno de Al Assad, es un gobierno de raíz chiíta***, es por esto que considera importante la continuidad en el poder del propio Presidente o alguien que profese la misma fe.

Buscan la caída

• Desde la llegada al poder de ERDOGAN, en 2003, la política exterior de Turquía mira más hacia Oriente que hacia Occidente. Intentando que el país se convierta en un referente del islam sunnita moderado, compitiendo por el de liderazgo con Arabia Saudita e Irán. Desde Ankara habrían analizado que la caída del régimen alauita de Al Assad, sería una oportunidad para que surgiera un gobierno representativo de la base popular, de mayoría sunnita y que el mismo sería más a fin con la vecina Turquía. A su vez, este escenario le permitiría al gobierno turco poder controlar y tener una política común con Damasco en relación al principal enemigo interno de Ankara: los kurdos****.

• Arabia Saudita pretende convertirse en el representante del sunnismo en la región y extender su visión del islam hacia los demás países musulmanes, cabe destacar que ya ejerce una fuerte influencia sobre las petromonarquías de la península arábiga. Sus buenas relaciones con ISRAEL y EEUU, logran posicionarlo como un actor confiable.

• EEUU considera a Siria un histórico enemigo, por ende, percibió en esta crisis la oportunidad para socavar a Al Assad, un aliado de sus enemigos (Rusia e Irán). Lo paradójico ha sido que EEUU supuesto garante del “orden internacional” con su apoyo a los grupos rebeldes sirios generó extremismos (ISIS) que pusieron en vilo no sólo la región sino a toda Europa.

Mientras que potencias mundiales como Rusia o CHINA mantienen nítidos lineamientos estratégicos de mediano y largo plazo, EEUU (que ha venido alternando administraciones republicanas y demócratas) ha tenido un desempeño zigzagueante y poco satisfactorio. La llegada de Trump al mando (2017) ha hecho más sinuosa e impredecible la política exterior de EEUU.

Situación actual

A partir de la intensa y decidida campaña militar sirio-rusa iniciada en 2017, el gobierno sirio ha recuperado el control de más del 60% de su territorio. A su vez el ISIS perdió el control territorial que ejercía.

En ese contexto Trump anunció a finales del 2018, la retirada de las tropas de EEUU del escenario sirio, después de asegurar que el ISIS había sido derrotado. Intentando cumplir así con su promesa de campaña. Se trata aproximadamente de unos 2.000 (dos mil) efectivos.

Al hacerlo abandonaría a sus socios en el terreno, las FDS (milicias kurdas). Este grupo (entrenado y apertrechado por el Pentágono) que ha sido uno de los principales aliados de EEUU en el norte del país quedó entonces vulnerable a los ataques de Turquía, ocurridos en octubre de 2019. Erdogan ha intentado durante años ponerle fin a la alianza entre EEUU y los combatientes kurdos.

Finalmente la presión del Congreso y de los socios europeos tuvo efecto sobre Trump, que retrocedió en parte. La opción adoptada por EEUU ha sido irse pero quedarse. Es decir, dejar un contingente acotado a 200 (doscientos) efectivos en el noreste de Siria con capacidad de monitorear quién y cómo opera el equipamiento militar anteriormente suministrado por el Pentágono.

Esta situación ha sido criticada por las autoridades sirias y rusas que consideran que de esta forma EEUU mantiene “enclaves” o “zonas de seguridad” alejando así la posibilidad de que el gobierno sirio retome el control territorial en aquella zona (noreste) que aún le resta obtener y por ende finalizar a su favor la guerra civil.

Cabe señalar que las tropas de EEUU remanentes se han desplegado estratégicamente para quedarse con el control de pozos petroleros sirios del noreste del país. La producción allí generada (campos al Este del Éufrates) es vendida de contrabando.

A tal respecto Trump señaló (noviembre de 2019): “Nos quedamos con el petróleo, recuerden eso”. “Siempre lo dije, hay que conservar el petróleo”. “Estamos dejando soldados para asegurar el petróleo (…) Tal vez tengamos que pelear por el petróleo. Está bien”.

Evidentemente el histórico objetivo estadounidense de mantener el control sobre los depósitos hidrocarburíferos y promover los intereses de sus corporaciones energéticas en medio oriente en general, se ve plasmado en el caso de Siria en particular. Aún ello implique el apoyo a grupos islamistas radicales que actúen en Siria o en países vecinos y un alto costo en víctimas civiles.

Ante estos hechos el siglo XXI sigue pareciéndose al siglo XX. La paz en Siria, por ahora lejana. Las piezas menores del tablero geopolítico mundial (Armenia entre ellas) deberán estudiar el caso sirio y sacar conclusiones, para preservarse y no ser rehén del devastador fuego cruzado entre los poderosos del tablero. Tal vez, un mundo más cooperativo, solidario y horizontal este por delante en el tiempo o en otra región.

* La composición religiosa del país era antes del conflicto aproximadamente 70% sunnita, 15% chiíta alauita y el 15% restante se componía de cristianos ortodoxos, armenios, drusos, entre otros.

** Entre otros: Frente al-Nusra, Ahrar al-Sham, Al-Tawheed, Estado Islámico, Fuerzas Democráticas Sirias FDS de origen kurdo.

*** Si bien para los chiitas, el alauismo es una herejía, a los fines políticos es considerado un aliado.

*** Los kurdos son la nación sin Estado más grande del mundo, reclaman abiertamente su soberanía desde 1921, el territorio reclamado se encuentra en el este de TURQUÍA, el norte de SIRIA, IRÁN e IRAQ. Actualmente los kurdos iraquíes obtuvieron el control de la Región Autónoma Kurda en IRAQ. El gobierno turco en la actualidad combate abiertamente a la minoría bajo el pretexto de que el PKK (partido de los trabajadores kurdos) es un grupo terrorista. El Kurdistán turco abarca un área entre 190 y 230 mil km², casi un tercio de la superficie de TURQUÍA.

Fernando Ohanessian
Doctor en Relaciones Internacionales. Licenciado en Ciencias Políticas. Consultor Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca. Investigador Universidad Nacional de la Defensa.
ohanessianfernando@yahoo.com.ar

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