Conmoción en la comunidad armenia de Brasil por el fallecimiento de Hovhannes Kiledjian
El pasado miércoles 20 de mayo, la comunidad armenia en Brasil perdió a uno de sus más grandes entusiastas, colaboradores, voluntarios y benefactores: el enguer Hovhannes Kiledjian.
Según informó el Portal Estação Armênia, Hovhannes Kiledjian nació en 1938 en el pueblo de Ain Al-Arous, en Siria, hijo de sobrevivientes del genocidio armenio de la ciudad de Urfa, una región del antiguo Reino armenio de Cilicia, hoy Turquía.
La familia se estableció justo en la frontera con el territorio turco actual, y desde su aldea natal, el joven Hovhannes participó en grupos y entidades armenias preocupadas por preservar la cultura y la lucha por la justicia y la libertad. Cuando era adolescente, se mudó a Alepo, una ciudad importante en el norte de Siria con una de las comunidades más grandes e influyentes de la diáspora. Además de completar sus estudios, pudo comenzar su vida profesional y unirse a organizaciones deportivas y políticas juveniles como Homenetmen y Armenia Yerdasartatz Miutiun.
Con los grandes cambios políticos en el Medio Oriente y las inestabilidades producidas por estos cambios, decidió emigrar a Brasil, donde llegó a São Paulo en 1958. Allí, se integró rápidamente a la comunidad armenia, especialmente a la Asociación Cultural Armenia (Ho Hi Ta – Tro) y a la Iglesia Apostólica Armenia de Brasil.
En 1969 se casó con la profesora Herminee Khan Abrahamian, formando una hermosa familia. De este matrimonio nacen los hijos Ohannes y Lia Kiledjian, quienes al igual que sus padres participan y dedican su vida a la comunidad. El enger (compañero) Hovhannes era un ser humano decidido y orgulloso de sus raíces. Empleado y voluntario por primera vez, siempre apoyó las acciones de la Causa Armenia y, junto con su esposa e hijos, siempre ha luchado y valorado la preservación de la antigua cultura armenia.
En los últimos años, ya retirado de su vida profesional, ocupó puestos directivos en la Asociación Cultural Armenia de São Paulo (Ho Hi Ta – Tro) con absoluta seriedad, prestando parte de su larga experiencia de activismo en el desarrollo de la asociación. Sus hijos, Lia y Ohannes, eran su orgullo trabajando en el sector del calzado, junto con su esposa Herminee, siempre fueron sus grandes partidarios de la militancia incesante. Su nuera Giselle Gananian Kiledjian y sus nietos Ohannes Henrique y Marie hicieron brillar sus ojos de alegría.
Un soldado armenio, un armenio dedicado, se fue, una figura destacada por su compromiso, un ser humano amado por todos los que lo conocieron.