Consejo Religioso Supremo de Armenia: "La paz no puede establecerse a expensas de la humillación de la dignidad nacional"

20 de mayo de 2022

El Consejo Religioso Supremo, presidido por el Patriarca Supremo y Catholicos de todos los Armenios Karekin II, emitió un comunicado sobre los desafíos externos e internos, desarrollos geopolíticos y regionales que enfrentan Armenia y Artsaj (Nagorno Karabaj) luego de la guerra destada por Azerbaiyán y Turquía en 2020.

"Las autoridades de Azerbaiyán continúan con su condenable actitud hostil hacia Armenia, Artsaj y el pueblo armenio. Después de la firma de la declaración trilateral, Azerbaiyán provoca regularmente en las fronteras de Armenia, Artsaj, ataca también a la población civil, sigue manteniendo prisioneros de guerra, destruye y se apropia del patrimonio religioso y cultural armenio en los territorios que han pasado bajo su control. A la luz de los acontecimientos geopolíticos, las autoridades armenias y las estructuras nacionales deben estar atentas para que el derecho del pueblo de Artsaj a la autodeterminación no se convierta en moneda de cambio", advirtió el organismo.

"La paz no puede establecerse a expensas de la humillación de la dignidad nacional, en las condiciones de incesantes usurpaciones de la integridad territorial de la patria, la presencia de prisioneros de guerra, las constantes amenazas de Azerbaiyán y la propaganda del antiarmenianismo. La paz debe basarse en los principios de justicia, dignidad y respeto de los derechos. Independientemente de las presiones existentes, las amenazas externas, especialmente en las condiciones de polarización social interna, las autoridades de Armenia y Artsaj no deben tomar medidas que pongan en peligro la condición de Estado independiente de Armenia o el futuro de Artsaj, no deben transigir en el compromiso con el derechos fundamentales de la nación, la búsqueda de la justicia histórica", marcó el Consejo Religioso Supremo.

En ese sentido, el organismo llamó a "dar prioridad a los intereses del Estado nacional, actuar con responsabilidad y conciencia, buscar soluciones dignas a los problemas exclusivamente dentro de nuestra común voluntad y consenso, hacer todos los esfuerzos en la patria y en la diáspora para fortalecer nuestra unidad nacional eliminando la fragmentación divisoria, encaminados al fortalecimiento de la patria; proteger los valores nacional-religiosos, mostrar tolerancia, observancia de la ley, respeto por los derechos de los demás, excluyendo cualquier tipo de violencia, uso desproporcionado de la fuerza, provocación o violación de la ley en procesos políticos internos, reuniones pacíficas, independientemente de opiniones políticas o funciones oficiales. El discurso de odio, el insulto, la incitación a la enemistad nunca pueden ser buenos".

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