COVID-19, xenofobia y genocidio: virus sanitarios y políticos actuales y centenarios

21 de julio de 2020

No cabe duda que la irrupción del COVID-19 es un fenómeno global que para los expertos en salud remite a la aparición hace 100 años atrás de la gripe española, último antecedente pandèmico asimilable por letalidad y escala mundial.

Pero concomitantemente otro virus, el del odio y la xenofobia, rebrota desde el Estado turco en gran parte de lo que fuera el Imperio Otomano, también hace 100 años.

“Muerte a los armenios” se grita hoy en Estambul, apoyando el mismo alarido intolerante que anida en Azerbaijan. El mismo aullido que fue el preludio del primer genocidio del siglo XX, el exterminio planificado y ejecutado sistemáticamente contra 1,5 millones de armenios entre 1915 y 1923.

Ayer, la Primera Guerra Mundial obró para los Jóvenes Turcos como oportunidad para aquel delirio de odio y muerte.

Hoy, la pandemia del COVID-19 pretende ser utilizada simultáneamente desde Ankara y Bakú como la cortina que invisibilice internacionalmente la obra siniestra que tanto Turquía y Azerbaijan declaran abiertamente: arrasar a la República de Armenia. Y ni siquiera se duda amenazar con atacar una central nuclear o reclutar mercenarios en Siria para cumplir con ese objetivo.

El virus del odio y el racismo está muy vivo entre los agresores. Los videos difundidos en las redes sociales adoctrinando en jardines de infantes azerbaijanos la condición de enemigo a los armenios; el reciente ataque militar azerí en la frontera con Armenia; la ofensiva turca contra la comunidad armenia del Líbano; los nuevos y fuertes pasos de la estrategia diplomática negacionista de Ankara respecto al Genocidio Armenio y el apoyo explícito de Erdogán a Bakú son solo muestras. Es una cadena hilvanada con la misma intencionalidad implementada hace màs de 100 años.

Occidente, como en 1915, está cómodo en su postura de mirar hacia otro lado. Su silencio hasta ahora ensordece còmplicemente. Rusia y China, por su parte, parecen tomar otro camino.

La neblina de miedo que infunde el COVID-19 requiere de nuestra parte que amplifiquemos voces y acciones para visibilizar esta escalada antiarmenia turco-azerí. Claro que dependemos primariamente de nuestras fuerzas para neutralizarla. Esto es necesario pero no suficiente: se requieren apoyos.

El desafío actual obliga a los descendientes de los sobrevivientes del Genocidio en todo el mundo a redoblar nuestros esfuerzos para detener la embestida combinada turco-azerí. El virus del odio y la xenofobia, màs que centenario, rebrota una vez más.

Juan Carlos Tagtachian
Lic. en Administración (UBA) Diplomado en Gestión Pública (UNSAM)
tagta@telecentro.com.ar

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