Don Nubar Tossounian, patriarca de la zona norte
La pujante comunidad armenia de Vicente López, Olivos y Florida, se formó con los sobrevivientes del genocidio perpetrado por el imperio Turco otomano entre 1915 y 1923.
En sus inicios se agrupó en torno a las escuelas comunitarias de esas localidades, que con Homenetmen entonces en Avenida Libertador (entonces Uriburu) al 1800, fueron los cimientos de la zona norte de los armenios.
Afincados desde la década del ´20 los integrantes de la familia Tossounian, oriundos de la localidad de Sivrihisar, inspirados por la fe cristiana reconstruyeron las tradiciones y el compromiso con la armenidad.
Sea en las competencias deportivas, como en la trasmisión de la educación y la cultura ellos fueron integrando a las diversas franjas de la comunidad.
En la zona norte se destacó el rol de Don Nubar Tossounian (nacido en el año 1926) como una personalidad centralizadora.
Al colegio -que funcionó en su casa- logró que se sumen los otros y en la década del ´50 se inauguró el Colegio Kouyoumdjian, hoy Jardín de Infantes, en la calle Valentín Vergara. La Juventud Armenia de Vicente López y Unión Juventud Armenia, también crecieron con su apoyo.
La fundación del Club Armenio de la Zona Norte, en San Isidro, lo tuvo como uno de sus gestores.
Nubar contrajo matrimonio con la Srta. Isabel Ibdjian y su familia creció con sus hijos Jorge y Marta, y los nietos.
La nueva migración de los armenios llegados de Constantinopla, quienes crearon su asociación cultural, una revista, un grupo de teatro y el Coro San Gregorio El Iluminador, se unió a los esfuerzos de todos.
En 1968 se consagró la actual Iglesia San Jorge, de la calle Arenales al 1600, cuyo primer párroco fue el padre Der Arsham Avak Kahaná Bozoyan.
Al gran símbolo del Colegio Armenio de Vicente López, sus directivos y docentes de todas sus secciones y gimnasio, se sumó el Coro Arevakal.
En esta gran historia colectiva de centenares de familias armenias, que resulta imposible abarcar en este espacio, Don Nubar obró como el patriarca quien desde la mayor humildad alentó a notables familias de benefactores y directivos que se han consustanciado con la actividad de la comunidad de la zona norte.
Días atrás la triste noticia del fallecimiento de Don Nubar conmovió a su numerosa familia y a toda la comunidad armenia de la Argentina.
La actividad de sus hijos y nietos sigue forjando el camino compartido -cada vez más ancho- para toda la comunidad, que se abre con el centenario del genocidio iniciado el 24 de Abril de 1915.