Duras respuestas al embajador turco en Argentina por la situación en Siria

01 de noviembre de 2019

A partir de una entrevista en Tiempo Argentino al embajador de Turquía en Argentina Sefik Vural Altay, el escritor e historiador Gustavo Sterczek escribió una respuesta, publicada por el diario el 31 de octubre, en la que desmintió varias de las cuestiones planteadas por el diplomático en relación al conflicto en Siria.

En la entrevista original, del 20 de octubre, el funcionario turco aseguró que Estados Unidos utiliza “una organización terrorista para combatir a otra organización terrorista”, en referencia al apoyo norteamericano a las fuerzas kurdas del YPG (Unidades de Protección Popular). “YPG y PKK es una organización terrorista con una filosofía marxista leninista. No tienen distinción, el cabecilla es el mismo (por Abdullah Öcalan, condenado en Turquía) y reciben instrucciones del mismo lugar. Al no poder resolverlo por vías pacíficas con EE.UU. decidimos hacerlo por nuestra cuenta”, aseguró.

Sterczek, que ya había enviado una carta a la Revista Ñ por la omisión del Genocidio Armenio en una nota, explicó en su respuesta: “Este diplomático turco representa a un Estado genocida, usurpador y negacionista, como lo es el Estado turco, que niega sistemáticamente el brutal genocidio perpetrado contra el pueblo armenio. No es de extrañar entonces que la ‘realidad’ aparezca tergiversada en sus declaraciones ‘políticamente correctas’”.

También hizo referencia a las afirmaciones del embajador de que no existían problemas con etnias en Turquía y que convivían pacíficamente con los kurdos hace miles de años. En este sentido remarcó: “Desde aproximadamente 1923 el Estado turco persigue al pueblo kurdo y ha masacrado a cientos de miles hasta el día de hoy”.

“No es cierto que turcos y kurdos convivan pacíficamente hace ‘miles de años’, una temporalidad incorrecta desde el punto de vista histórico. Hace miles de años, quienes vivían en esa región eran los armenios, los kurdos, los asirios, los griegos, los caldeos y otros pueblos, pero no los turcos, quienes invadieron a todos ellos y los sometieron a su sangriento yugo”, continuó el historiador.

Por su parte, ante la explicación de Vural Altay de que su país limpió de elementos terroristas el territorio del noroeste de Siria que controla, el escritor aprovechó para contestar: “Es indignante que un Estado genocida, usurpador y negacionista, como lo es Turquía, acuse de terroristas a pueblos originarios que luchan por su liberación. Bajo esta denominación, Turquía continúa con el proceso genocida comenzado en el siglo XIX como parte del plan de turquificación forzada de los pueblos originarios”.

Para concluir, Sterczek expresó: “Uno de los puntos más graves (al menos, geopolíticamente hablando) es cuando ante la pregunta del periodista sobre si se va a establecer una zona de seguridad con el gobierno sirio en la frontera, responde sencillamente que no está contemplado. A estas alturas cabe preguntarse: ¿Dónde han quedado los derechos de millones de sirios y la soberanía sobre su propio territorio? ¿Se puede establecer una zona de seguridad sin siquiera consultarle a quien gobierna ese territorio? ¿Puede el mundo avalar semejante violación a la legítima integridad territorial del Estado sirio?”.

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