El alarmante informe del Ombudsman de Artsaj: 31 civiles muertos y 106 heridos en los ataques de Azerbaiyán
El Defensor del Pueblo (Ombudsman) de la República de Artsaj confirmó en su segundo informe provisional, que contabiliza los incidentes y hechos registrados entre el 9 y 12 de octubre, que un total de 31 civiles murieron por los ataques de Azerbaiyán y otros 106 resultaron heridos.
La información recolectada por la oficina del funcionario destaca, además de las pérdidas y los heridos, algunos datos sobre las atrocidades registradas en Hadrut el 10 de octubre, así como diferentes pruebas de crímenes contra militares y un análisis jurídico internacional. El informe fue presentado el 13 de octubre.
Entre las 31 personas fallecidas al 12 de octubre, figuran 1 niña, 7 mujeres y 23 hombres. A su vez, 18 de ellas fueron asesinadas mientras estaban en sus hogares, otras tres en su lugar de trabajo y el resto en lugares públicos. Por su parte, 86 de los 106 civiles heridos se encuentran en una situación grave. Cabe destacar además que por la agresión azerbaiyana murieron hasta ahora 4 civiles de la República de Armenia.
Como resultado de los ataques de las fuerzas de Azerbaiyán desde el 27 de septiembre sobre más de 120 asentamientos civiles, se registraron numerosos daños en infraestructura, propiedad pública y privada. En particular, más de 6700 inmuebles privados (viviendas, tiendas, etc.), más de 640 automóviles y alrededor de 1110 instalaciones de infraestructura públicas e industriales sufrieron daños graves.
El detallado informe del ombudsman de Artsaj Artak Beglaryan denuncia, además, que Azerbaiyán atacó infraestructuras de gas, agua y electricidad: "Todos estos ataques intencionales a la infraestructura vital y las redes de suministro han representado una amenaza existencial para la vida y la salud de mujeres, niños, ancianos y toda la población de Artsaj. Las fuerzas armadas azerbaiyanas han atacado deliberadamente objetos de almacenamiento de alimentos en diferentes partes del país, incluyendo en la capital Stepanakert, y algunos de ellos han sido dañados. Aparentemente, esos ataques contra la infraestructura vital de suministros humanitarios han tenido como objetivo privar a la población civil de las condiciones básicas para la vida".
"Azerbaiyán también ha atacado de forma indiscriminada e intencionada a un gran número de instituciones públicas y religiosas, como escuelas, jardines de infantes, centros culturales, catedrales, etc.", agrega el documento.
El informe acusa también a las fuerzas armadas de Azerbaiyán de cometer crímenes de guerra contra los soldados capturados: "Durante la guerra de abril de 2016, alrededor del 90% de los soldados y/o sus cuerpos que quedaron bajo control azerbaiyano sufrieron crímenes de guerra y los autores fueron condecorados y alentados por las autoridades de Azerbaiyán. En particular, en la guerra de abril de 2016, las fuerzas armadas azerbaiyanas perpetraron torturas, ejecuciones y mutilaciones de cadáveres contra civiles y combatientes de Artsaj. Todas esas acciones se consideran crímenes de guerra según el derecho internacional".
Más adelante, se denunció también la utilización de "múltiples sistemas de lanzamiento de cohetes y municiones de racimo en áreas donde se encuentran población civil y objetos civiles". "Las municiones de racimo no pueden dirigirse contra combatientes o armas específicas y su uso en zonas pobladas garantiza víctimas civiles. Las municiones en racimo también amenazan a los civiles después del conflicto: al dejar atrás 'campos minados' inestables de bombas sin detonar, ponen en peligro a más civiles, especialmente niños", advierte la oficina del Ombudsman.
"Del 27 al 28 de septiembre y del 2 al 8 de octubre, Azerbaiyán desplegó misiles de ojiva en racimo LAR-160 y SMERCH contra la capital Stepanakert, las ciudades de Shushi y Hadrut y la aldea de Shosh cerca de Stepanakert. Hubo muchos otros informes sobre el uso de armas de racimo en otros asentamientos y otros días, también. El Servicio de Estado de Emergencia de la República de Artsaj declaró que desde el 27 de septiembre hasta octubre 10 el Servicio encontró más de 180 municiones en racimo solo en Stepanakert".
Por último, se señaló que "Turquía ha desplegado mercenarios desde el norte de Siria y Libia a Azerbaiyán para usarlos contra Artsaj (Nagorno Karabaj) y Armenia. Aproximadamente entre 3.000 y 4.000 mercenarios fueron contratados para participar en las actividades de guerra en curso contra Artsaj y Armenia por entre 1.500 y 2.000 dólares, según informaron múltiples fuentes de medios e investigaciones. El despliegue de mercenarios y su participación en el conflicto de Nagorno Karabaj por parte de Turquía ha sido confirmado regularmente también por medios internacionales, algunas organizaciones extranjeras de derechos humanos, gobiernos (por ejemplo, Estados Unidos, Francia, Rusia, Irán) y más".
De acuerdo con el Ombudsman, todas estas acciones estuvieron apoyadas por una política de discurso de odio contra las personas de origen armenio: "El seguimiento de los medios de comunicación y especialmente de las redes sociales ha revelado el odio y la incitación al odio y los llamados a la violencia, incluidos a los asesinatos, provenientes de fuentes turcas y azerbaiyanas. Al mismo tiempo, un gran número de páginas individuales y grupales de redes sociales difunden videos y textos que contienen odio hacia los armenios, escenas de violencia e incitación al asesinato y la destrucción".