El corazón de nuestro planeta necesita personas reflexivas, responsables y comprometidas
La ciencia, como actividad institucionalizada de producción de conocimiento, es parte central de la cultura de nuestro tiempo. Por ello, desde el área de Ciencias Naturales del nivel Secundario buscamos que nuestros alumnos construyan saberes científicos, interrelacionándolos, de manera tal que logren comprenderlos; y promover su pensamiento reflexivo para que puedan participar, responsable y comprometidamente, en temas inherentes a nuestra sociedad.
Las observaciones en el laboratorio, la construcción de hipótesis y la presentación de casos verídicos son algunas de las formas que utilizamos para que nuestros alumnos adquieran dicho bagaje cultural básico. En esta oportunidad, aprovechamos para hacer extensiva a todos los lectores nuestra preocupación por el medioambiente.
Cada 8 de Junio, desde hace ya 9 años, se conmemora y celebra el “Día Mundial de los Océanos”, fecha instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con miras a proteger el Medio Ambiente.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) considera que los océanos “son el Corazón de nuestro Planeta”, pues conectan a las personas de todo el Mundo, regulan el clima, alimentan a millones, producen oxígeno y son el hábitat de una gran variedad de Seres Vivos, proporcionando, además, medicinas y muchos más recursos.
Las razones por la cual se celebra, son las siguientes:
– Nos dan la mitad del oxígeno que respiramos.
– Reducen el impacto del cambio climático, absorbiendo casi el 30% del carbono generado por humanos.
– Alimentan a diario a 500 millones de personas en todo el Mundo.
– Regulan el clima y protegen las costas.
– Son escenario del 80% del turismo y recreación a nivel mundial.
– Alrededor de un tercio del petróleo y del gas es extraído del mar.
Asimismo, sirve para concienciar a la opinión pública sobre las consecuencias que la actividad humana tiene para los océanos, poner en marcha un movimiento mundial ciudadano a favor de los mismos y celebrar juntos la belleza, la riqueza y el potencial de los océanos.
Muchas son las cosas que podemos hacer nosotros mismos como individuos, en nuestro día a día, para reducir el consumo de plástico, como por ejemplo: Usarlo menos y reciclarlo siempre que se haya utilizado.
La contaminación por plástico representa una grave amenaza porque degrada los océanos muy lentamente y sus efectos perduran en el tiempo. Además, daña la salud de los animales y organismos acuáticos, que confunden las partículas de plástico por comida.
Desafortunadamente, la presión humana, que incluye la sobreexplotación pesquera y la pesca ilegal, desconocida o sin regular, así como las insostenibles prácticas de acuicultura, la polución marina, la destrucción del hábitat, las especies invasivas, el cambio climático y la acidificación están causando un grave daño a los océanos y los mares. La paz y la seguridad son también críticas para el pleno disfrute de los beneficios que pueden derivarse de los océanos y el desarrollo sostenible.
La Administración de Parques Nacionales de Argentina avanza en la conservación del Mar con un ambicioso propósito: proteger un 10% de la superficie del Mar Argentino (la mayor eco región del país, del que representa aproximadamente un tercio del territorio) a través de la creación de Parques Nacionales Marinos en la Zona Económica Exclusiva.
Este plan se encuentra enmarcado en el objetivo de cumplir, antes del año 2020, con el compromiso internacional que establecen propósitos ambientales consensuados por la ONU para conservar la biodiversidad marina.
Seguiremos trabajando desde la escuela para desarrollar ciudadanía activa en la defensa del medioambiente.
Noelia Fernández
Verónica Gagno
Prof. de Física y Química