Difícil situación socioeconómica en Armenia

El jefe de Seguridad Nacional reclamó al Gabinete de Gobierno

21 de julio de 2015

gagik-hakobianEreván (RFE/RL).- El jefe de la agencia de seguridad más poderosa de Armenia reprendió públicamente al gobierno por no pagar los salarios de los miles de empleados de la mayor fábrica de productos químicos del país, actualmente inmersa en una profunda crisis financiera.

El general Gorik Hakobian (foto), quien dirige el Servicio de Seguridad Nacional (SSN) tomó la palabra inesperadamente en la reunión semanal del gabinete presidido por el primer ministro Hovig Abrahamian donde se discutía acerca de las protestas públicas que protagonizan los trabajadores de Nairit. Los obreros acusan a las autoridades de incumplir con la promesa de pagar los salarios atrasados a comienzos de julio. Cientos de ellos bloquearon las calles adyacentes a las instalaciones de la planta química el martes 14 y dos días después se manifestaron frente a las oficinas de Abrahamian durante la reunión del jueves 17.

“Hay quinientos asalariados manifestándose”, dijo Hakobian a los ministros. “No es un número pequeño, su única demanda es cobrar lo adeudado al mismo tiempo. ¿Por qué? Porque temen que se les pagará a un número determinado de compañeros y después se les anunciará que se acabó el dinero”, agregó. El general Hakobian hizo ver que los trabajadores no tenían confianza en las autoridades. En respuesta a los reclamos de Hakobian, el primer ministro Abrahamian dijo que el gobierno ya había destinado el equivalente a once millones de dólares para hacer frente a los salarios del personal de Nairit. Por su parte, el titular de la cartera de Energía, Yervant Zakarian, anunció que su ministerio comenzará a pagar a los trabajadores durante los próximos quince días.

nairit-protestas-1Zakarian reiteró este compromiso durante su encuentro luego de primera sesión de gobierno, con Hrach Tadevosian, líder del sindicato de trabajadores. Pero muchos de los obreros de la química están convencidos de que el gobierno incumplirá nuevamente su promesa. “Estamos hartos de esta larga lucha”, dijo un hombre de mediana edad. Agregó que él y sus compañeros están cansados de la difícil situación que protagonizan. La planta de fabricación de caucho, que data de la época soviética, apenas ha producido desde 2011. En enero de este año fueron despedidos 1.700 de sus empleados y obreros.

Las declaraciones del general Hakobian, jefe de SSN, fueron una verdadera sorpresa para los observadores políticos armenios y, muy probablemente, para los integrantes del gobierno. Hakob Badalian, un reconocido columnista de diversos medios describió sus dichos como “extraordinarios”. Esta podría ser una advertencia de que la situación se está yendo de las manos y que ya no es posible hacer frente o acallar el sentimiento popular con los medios tradicionales”, dijo Badalian. “También podría ser un mensaje en dirección a que son necesarios cambios en el gobierno porque la situación es tan grave que tales cambios son ahora un asunto de seguridad nacional”, concluyó el analista.

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