El Parlamento Europeo denunció “el papel desestabilizador de Turquía” en la guerra de Artsaj

21 de enero de 2021

El Parlamento Europeo adoptó dos resoluciones (A9-0266/2020 y A9-0265/2020) el 20 de enero en las que condenó “el papel desestabilizador de Turquía” en la guerra de Artsaj (Nagorno Karabaj) y denunció “el traslado de combatientes terroristas extranjeros por parte de Turquía desde Siria y otros lugares a Nagorno Karabaj”. Además, el organismo lamentó que “los cambios en el statu quo se hayan realizado mediante la fuerza militar y no mediante negociaciones pacíficas” y pidió por un mayor involucramiento de la Unión Europea en la mediación.

Más adelante, el Parlamento Europeo condenó la matanza de civiles y pidió que “se garantice la seguridad de la población armenia y su patrimonio cultural”, así como también que se “investiguen debidamente todas las denuncias de crímenes de guerra”.

Los principales puntos de las resoluciones europeas

En el artículo 24 de la primera resolución, el Parlamento Europeo “celebra el acuerdo sobre un alto el fuego completo en y alrededor de Nagorno Karabaj firmado por Armenia, Azerbaiyán y Rusia el 9 de noviembre de 2020” mientras que “espera que este acuerdo salve la vida de civiles y militares y abra perspectivas más brillantes para una solución pacífica de este conflicto mortal”. En ese sentido, “lamenta que los cambios en el statu quo se hayan realizado mediante la fuerza militar y no mediante negociaciones pacíficas” y “condena enérgicamente la matanza de civiles y la destrucción de instalaciones civiles y lugares de culto, condena el uso informado de municiones en racimo en el conflicto” mientras que “insta tanto a Armenia como a Azerbaiyán a que ratifiquen sin más demora la Convención sobre municiones en racimo, que prohíbe por completo su uso”. Más adelante, el Parlamento Europeo “destaca que aún resta un arreglo duradero y que el proceso para lograr la paz y determinar el estatuto jurídico futuro de la región debe ser dirigido por los Copresidentes del Grupo de Minsk y fundado en los Principios Básicos del grupo”. Asimismo, se “destaca la urgente necesidad de garantizar que la asistencia humanitaria pueda llegar a quienes la necesitan, que se garantice la seguridad de la población armenia y su patrimonio cultural en Nagorno Karabaj y que se permita a los desplazados internos y los refugiados regresar a sus antiguos lugares de residencia”, mientras que “pide que se investiguen debidamente todas las denuncias de crímenes de guerra y que los responsables comparezcan ante la justicia” y sugiere a la Unión Europea (UE) que “participe de forma más significativa en la solución del conflicto y no deje el destino de la región en manos de otras potencias”.

En el artículo 38, el Parlamento Europeo “condena enérgicamente el papel desestabilizador de Turquía, que socava aún más la frágil estabilidad en toda la región del Cáucaso Meridional” y le pide “que se abstenga de cualquier injerencia en el conflicto de Nagorno Karabaj, incluido el ofrecimiento de apoyo militar a Azerbaiyán, que desista de sus acciones desestabilizadoras y promueva activamente la paz”. En ese contexto, el Parlamento Europeo “condena, además, el traslado de combatientes terroristas extranjeros por parte de Turquía desde Siria y otros lugares a Nagorno Karabaj, como lo confirmaron actores internacionales, incluidos los países copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE” y “lamenta su voluntad de desestabilizar al Grupo de Minsk de la OSCE, ya que persigue la ambición de desempeñar un papel más decisivo en el conflicto”.

En el artículo 13 de la segunda resolución, el Parlamento Europeo “celebra el cese de las hostilidades en Nagorno Karabaj y sus alrededores” y “subraya con preocupación la implicación militar de terceros países en el conflicto y, en particular, el papel desestabilizador y la injerencia de Turquía”. Sobre este punto, “pide una investigación internacional sobre la presunta presencia de combatientes extranjeros y el uso de municiones en racimo y bombas de fósforo” y “pide a la Unión Europea y a los organismos internacionales que garanticen que no haya impunidad por los crímenes de guerra en Nagorno Karabaj y por el uso de armas prohibidas en el conflicto”, insistiendo en la necesidad de “permitir el paso de la ayuda humanitaria, de proceder sin demora con el intercambio de prisioneros y víctimas, y en la necesidad de preservar el patrimonio cultural de Nagorno Karabaj”.

Más adelante, el organismo internacional reconoce que “la estabilidad, la seguridad, la paz y la prosperidad de los Balcanes Occidentales y los países vecinos del Este y del Sur afectan directamente a la propia estabilidad y seguridad de la Unión Europea y de sus Estados miembros, así como su reputación como actor geopolítico global”. Entendiendo a la UE como el “mayor socio comercial e inversor” en los países, sugiere que “desempeñe un papel más oportuno, activo, unificado y eficaz en la mediación y resolución pacífica de las tensiones y conflictos actuales, y en la prevención de cualquier conflicto futuro”.

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