El Parlamento Europeo pidió a Azerbaiyán que libere a los prisioneros de guerra armenios y denunció la invasión a Armenia

20 de mayo de 2021

El Parlamento Europeo aprobó una resolución el 20 de mayo en la que instó a Azerbaiyán a liberar inmediata e incondicionalmente a todos los prisioneros armenios, tanto militares como civiles, detenidos durante o después de la guerra de Artsaj (Nagorno Karabaj).

"El Parlamento deplora la violencia que tuvo lugar durante la guerra más reciente entre Armenia y Azerbaiyán en la zona de Nagorno Karabaj entre el 27 de septiembre y el 10 de noviembre del año pasado. Los eurodiputados también expresan su grave preocupación por los informes creíbles, según los cuales Azerbaiyán ha mantenido y torturado a prisioneros de guerra armenios y otras personas cautivas en condiciones degradantes desde el final de las hostilidades activas", señaló la resolución aprobada por 607 votos a favor, 27 en contra y 54 abstenciones.

"Los eurodiputados instan al Gobierno de Azerbaiyán a proporcionar listas exhaustivas de todas las personas detenidas en relación con el conflicto armado y a proporcionar información sobre su paradero y salud, incluidas las que han muerto en cautiverio. La resolución finalmente exige la liberación inmediata e incondicional de todos los prisioneros armenios, tanto militares como civiles, detenidos por Azerbaiyán durante y después del conflicto, y que Azerbaiyán se abstenga de detener a personas arbitrariamente en el futuro", pidió el Parlamento Europeo.

La resolución exige a Azerbaiyán que respete estrictamente el derecho internacional humanitario y la Convención de Ginebra, según la cual el maltrato de prisioneros de guerra constituye un crimen de guerra, mientras que pide que se dé libre acceso y derecho a visitar a los presos armenios a las organizaciones internacionales pertinentes, la Cruz Roja, abogados, médicos y defensores de los derechos humanos.

El Parlamento Europeo asegura que "Azerbaiyán todavía tiene prisioneros de guerra armenios y presuntamente ha hecho nuevos prisioneros, incluidos civiles, después del cese oficial de las hostilidades", mientras que es "difícil establecer con precisión el número de prisioneros y cautivos restantes, debido al elevado número de personas desaparecidas y a la falta de cooperación de la parte azerbaiyana, pero que incluiría 69 personas cuyo cautiverio admite Azerbaiyán, 112 personas sobre las que Azerbaiyán no brindó ninguna información, y 61 personas cuyo cautiverio Azerbaiyán niega categóricamente, pero de quienes hay pruebas concretas de lo contrario". El Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, pronunció un discurso en la sesión plenaria del Parlamento Europeo en la que apoyó esta medida.

También se llama a Azerbaiyán a que coopere plenamente con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y proporcione una lista exhaustiva de prisioneros de guerra e información sobre sus condiciones de detención y estado de salud. En ese sentido, se cita un informe de Human Rights Watch del 19 de marzo en el que se probó que "las fuerzas armadas y de seguridad azerbaiyanas abusaron de los prisioneros de guerra armenios, sometiéndolos a tratos crueles y degradantes y torturas, ya sea cuando fueron capturados, durante su traslado, o mientras estaban bajo custodia en diversas detenciones instalaciones", mientras que "las fuerzas azerbaiyanas utilizaron la violencia para detener a civiles y los sometieron a torturas y condiciones de detención inhumanas y degradantes, lo que provocó la muerte de al menos dos detenidos en cautiverio azerbaiyano" y "las fuerzas azerbaiyanas detuvieron a estos civiles a pesar de que no había pruebas de que representaran una amenaza para la seguridad que justificara su detención con arreglo al derecho internacional humanitario".

También se criticó la creación del "Parque de Trofeos Militares" al considerar que "va en contra de la responsabilidad de las autoridades de Azerbaiyán de curar las heridas infligidas por el conflicto armado y de garantizar que los ciudadanos bajo el gobierno de Azerbaiyán sean tratados con respeto". El Parlamento Europeo "desaprueba la apertura del 'Parque de Trofeos Militares' en Bakú, que exhibe equipo militar armenio tomado como trofeo durante la guerra y maniquíes caricaturizados de soldados armenios; considera que tal exposición es humillante y deshumanizante, aumenta la retórica violenta y obstaculiza los esfuerzos de reconciliación que tanto se necesitan".

El Parlamento Europeo advirtió que durante la guerra de Artsaj, "las fuerzas militares armenias y azerbaiyanas llevaron a cabo ataques ilegales y indiscriminados con cohetes y misiles en zonas pobladas, causando víctimas civiles y dañando hogares, negocios y escuelas, y contribuyendo a desplazamientos masivos" mientras que "ambas partes también utilizaron municiones en racimo, prohibidas debido a su efecto indiscriminado generalizado y al peligro duradero para la población civil, en zonas pobladas, lo que provocó víctimas civiles", mientras que pidió a "todas las partes deben proporcionar mapas de campos de minas disponibles para permitir que los civiles regresen a las antiguas regiones en conflicto".

Más adelante se criticó la última invasión de Azerbaiyán contra Armenia: "El 12 de mayo tropas de Azerbaiyán entraron en el territorio de Armenia, lo que constituye una violación de la integridad territorial de Armenia y del derecho internacional".

Si bien el Parlamento Europeo recibió "con satisfacción el acuerdo sobre el cese del fuego en Nagorno Karabaj y alrededores acordado por Armenia, Azerbaiyán y Rusia", manifestó su "condena" a la "entrada de tropas azerbaiyanas en el territorio de Armenia, en violación del derecho internacional" y lamentó los "grandes ejercicios militares de Azerbaiyán que aumentan aún más las tensiones entre los dos países".

En ese sentido, se criticó que "el resultado del acuerdo de alto el fuego condujera al despliegue de las llamadas fuerzas de mantenimiento de la paz rusas en Nagorno Karabaj, lo que, basándose en las experiencias de otros países de la Asociación Oriental, sirve únicamente a los intereses de Rusia", mientras que expresó su preocupación "por la decisión del parlamento separatista de Nagorno-Karabaj de convertir el ruso en el segundo idioma oficial de la región, junto con el armenio".

Posteriormente, Europa condenó "el apoyo brindado a Azerbaiyán por Turquía, que solo alentó a Azerbaiyán a utilizar la fuerza militar en lugar de negociaciones pacíficas", como así también la "participación de mercenarios sirios, traídos por Turquía, al conflicto armado".

Seguidamente, se afirmó que "aún queda por encontrar un arreglo duradero y que el proceso para lograr la paz y determinar la futura condición jurídica de Nagorno Karabaj debe ser dirigido por los Copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE y fundada en sus Principios Básicos de 2009, en consonancia con las normas y principios del derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas y el Acta Final de Helsinki de 1975 de la OSCE", por lo que lamentó que "los Estados miembros de la Unión Europea que participan en el Grupo de Minsk de la OSCE no estuvieran presentes cuando se negoció el acuerdo de alto el fuego, así como que la UE no haya demostrado su liderazgo al llevar a la mesa de negociaciones a dos de sus socios orientales altamente valorados".

Europa pidió a Azerbaiyán "que cumpla las obligaciones que le incumben en virtud del derecho internacional humanitario y el acuerdo de cesación del fuego y libere sin demora a todos los prisioneros de guerra y personas detenidos que quedan, independientemente de las circunstancias de su detención, y que se abstenga de realizar detenciones arbitrarias en el futuro" y que "proporcione las listas de todas las personas en cautiverio en Azerbaiyán detenidas en relación con el conflicto armado o después de este y a que proporcione información sobre su paradero y estado de salud".

Además, exigió a Azerbaiyán que "se abstenga de cualquier acto de violencia, acoso, tortura y malos tratos a los prisioneros armenios y que respete plenamente las disposiciones del derecho internacional humanitario y de derechos humanos" y que "se respeten las garantías legales, se garantice el control judicial de las detenciones, se permita el acceso de abogados, médicos y defensores de los derechos humanos independientes a los presos y se facilite la comunicación con los familiares".

Sobre el patrimonio cultural, se "deplora la destrucción del cementerio armenio de Julfá, en el enclave de Najicheván de Azerbaiyán, y el desmantelamiento de la catedral de Ghazanchetsots en Shushí por Azerbaiyán, entre otras", mientras que "deplora la destrucción de mezquitas y cementerios por las fuerzas armenias durante los últimos 30 años". Además, "considera inaceptables los informes de destrucción o manipulación de lugares culturales y religiosos armenios por parte de las autoridades azerbaiyanas; insta a que no se realicen intervenciones en los sitios del patrimonio armenio antes de una misión de evaluación de la UNESCO, y que se consulte a los expertos en patrimonio cultural armenio e internacional antes de las intervenciones en los sitios del patrimonio cultural armenio y que participen estrechamente en ellas; pide la restauración completa de estos y otros sitios demolidos y una mayor participación de la comunidad internacional, en particular de la UNESCO, en la protección del patrimonio mundial en la región".

Por último se pidió el "levantamiento de las restricciones al acceso a Nagorno Karabaj, incluso para los representantes de organizaciones humanitarias internacionales, el desbloqueo de las líneas de transporte y comunicación en toda la región, y la promoción de contactos directos y cooperación entre las comunidades afectadas por el conflicto, así como otras medidas de fomento de la confianza entre pueblos". En ese sentido, se sugirió a las partes que "reanuden lo antes posible el diálogo político de alto nivel bajo los auspicios de los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE".

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