Arto Kalciyan

El virus que sometió a la patria

11 de julio de 2018

Vardanyan-Khachardzan-Agosto-2015Como todos sabemos, la corrupción ha hecho metástasis en todo el cuerpo de mando de la República, de manera que a muchos no extrañó el 3 de julio último, ver en todos los medios informativos de Armenia y la diáspora, la imagen del Director Ejecutivo del Fondo Nacional Armenia, Ara Vardanyan (en la imagen de la derecha dirigiendo la palabra al público en la inauguración de la escuela de Khachardzan en 2015), detenido por miembros del Servicio Nacional de Seguridad (NSS), acusado de malversación de fondos de la institución.

Naturalmente, para quienes desde hace cinco años, venimos personalmente sosteniendo reuniones anuales con Vardanyan, debatiendo temas relativos a mejorar la calidad de vida de los habitantes y la consolidación de la Nación, la noticia no dejó de producirnos una profunda decepción, dejándonos un sabor amargo, pues creímos compartir con él nobles sentimientos patrios y entrega personal, teniendo como objetivo la grandeza de Armenia y el bienestar de su pueblo.

Los motivos iniciales de la detención, realmente causan pena. El hombre realizaba apuestas online en juegos de azar, con tarjeta de crédito y fondos de la la institución benéfica, la cifra por él mismo confesa llega a los U$ 270.000.- Para quien es portador de un cargo que enorgullece a cualquier ciudadano de bien, con apenas cuarenta años de edad y un promisorio futuro por delante, caer en este tipo de ruindad, indica claramente cuál era, hasta hace poco, el sentido perverso arraigado en las dirigencias, que hacían y permitían hacer, todo aquello que finalmente quebraba las esperanzas y posibilidades del país.

Los armenios del mundo no desconocíamos la corrupción reinante en la Madre Patria, lamentablemente carecíamos de instrumentos para cambiar las cosas, de modo que sufrimos más de dos décadas observando como un puñado de apátridas socavaban el destino del país, dando rienda suelta a su codicia, vulnerando las esperanzas de bienestar y un futuro predecible para el pueblo que no encontraba otro camino que el éxodo y el desarraigo. A pesar de todo, aún enfrentados a tan difícil encrucijada, muchos connacionales no tomaron el camino fácil del no compromiso con la tierra originaria e hicieron llegar sus aportes, muchos de ellos a través del Fondo Nacional Armenia.

Nosotros mismos, entendimos que nuestros sufrientes hermanos, fundamentalmente del interior de Armenia, además de sobrellevar el abandono por parte de sus autoridades, no deberían ser sometidos también a nuestra propia indiferencia. Desconfiando de los aportes en efectivo, con fines desconocidos, optamos por señalar un objetivo, lograr un presupuesto a través de una licitación oficial, estudiarlo, aceptarlo y seguir de cerca el avance de la obra determinada.

En nuestro caso formamos una unión de familias para apadrinar un pueblo en la región de Tavush, dándole servicios esenciales, medios para el desarrollo educativo, deportivo y social. Elementos y soluciones para el crecimiento de la agricultura, la ganadería y la apicultura del lugar. En todos los casos con la administración y la ejecución del Fondo Nacional Armenia, los emprendimientos fueron realizados en tiempo y forma, la documentación general y las certificaciones de los pagos con total corrección y la calidad de los trabajos en todos los casos, calificada como óptima.

Lamentable lo de Ara Vardanyan, triste para quienes lo conocimos, pensábamos que su único vicio era el de fumador empedernido, no olvidamos que en cada encuentro nos envolvía con el humo interminable de su cadena sin fin de cigarrillos encendidos (acaso señal de una personalidad omnipotente y desconsiderada?) el juego y sus propias debilidades por último, lo llevaron al extravío.

Unas pocas o una sola persona no hacen a una institución, el Fondo Nacional Armenia cuenta con una legión de mujeres y hombres que trabajan cada día con honestidad y dedicación para el progreso de Armenia, Artsaj y sus habitantes. Quitarle apoyo o condenarlo con calificaciones desacertadas, sería destruir a una de nuestras más importantes instituciones de alcance mundial.

Por el contrario, hoy más que nunca necesita de nuestro apoyo, en esta era de justicia y reivindicación que parece florecer en nuestra adorada patria armenia.

 

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