En el Día del Periodista, los comunicadores de la comunidad armenia dan sus puntos de vista

07 de junio de 2020

El 7 de junio se celebra en Argentina el Día del Periodista, en conmemoración de la publicación de la "Gazeta de Buenos Ayres", el primer periódico del país fundado por Mariano Moreno en 1810.​ En esta ocasión, Diario ARMENIA consultó a periodistas de la comunidad armenia sobre cómo era su labor en un medio armenio y los desafíos para ejercer un buen periodismo comunitario.

En ese sentido, se convocó a Cristian Sirouyan, periodista del diario Clarín y conductor por muchos años del programa radial Audición Ararat, a Leo Moumdjian, conductor de Weekend Metro por Canal Metro y del programa Ayres de Armenia, Carlos Boyadjian, periodista de El Cronista y colaborador del Diario ARMENIA, Jorge Kazandjian, periodista de Audición Integración Armenia y exdirector del Diario ARMENIA, Lala Toutonian, periodista de Perfil y redactora del Diario ARMENIA, Diana Dergarabedian, directora del semanario Sardarabad, y Pablo Kendikian, editor general del Diario ARMENIA.

Cristian Sirouyan: “Los medios comunitarios sustentados por ciertas instituciones todavía se muestran lejos de asumir un rol pluralista”

El ejercicio del periodismo dirigido al interior de la colectividad armenia demanda el compromiso de asumir una suma de temas de interés general de la comunidad como prioritarios, pero siempre planteados en el marco del contexto nacional. Incluso la difusión de las noticias sobre Armenia deberían estar acompañadas por datos que expliquen la situación geopolítica del país en la región. Es imposible transmitir e interpretar los acontecimientos adecuadamente si carecen de esa conexión con el marco local o regional. En el caso de la función que les cabe a los medios y comunicadores independientes, para ganar credibilidad y ser respetados es clave desprenderse de la tentación por las formas explícitas para expresar pertenencia o afinidad con cualquier institución o sector político y de priorizar el interés colectivo por sobre el punto de vista personal. La pulsión por dar a conocer la opinión propia es una tendencia generalizada en todos los ámbitos del universo mediático –dentro y fuera del microcosmos comunitario- y no siempre es un aporte constructivo, excepto si se trata de la palabra de personas idóneas, especializadas en una determinada temática.

En cuanto a las dificultades para abrirse paso con una propuesta periodística en la colectividad armenia, la dificultad histórica que se arrastra hasta la actualidad es la prevalencia de gente voluntariosa y bienintencionada en los medios comunitarios, pero escasamente preparada o idónea, salvo honrosas excepciones surgidas últimamente. Esa notoria limitación conduce a productos mediocres y previsibles tanto en el formato papel como en las redes sociales, presentados a través de fórmulas trilladas, que conducen a un creciente desinterés por parte del público receptor, en especial los adolescentes y jóvenes. Mientras el periodista que se pretende independiente acepta el reto de perseverar sin ningún tipo de apoyo institucional, hasta que los escasos recursos se lo permiten, los medios comunitarios sustentados por ciertas instituciones todavía se muestran lejos de asumir un rol pluralista ante el desafío de abrir sus espacios para todas las voces, más allá de su color político u origen social.

Leo Moumdjian: “Ejercemos un periodismo militante ya que dentro de nuestras funciones pregonamos y defendemos la Causa Armenia”

En realidad el ejercicio del periodismo comunitario no difiere del trabajo profesional a nivel nacional, debemos informarnos, tener fuentes, chequear la información y ejercer nuestro trabajo con objetividad. Particularmente distingo y ejerzo tres diferencias. Por un lado nuestro trabajo está dirigido a un nicho de público con un interés particular, focalizado en temas que tienen que ver con la República de Armenia y los intereses comunitarios diaspóricos. Reconozco también que ejercemos un periodismo militante ya que dentro de nuestras funciones pregonamos y defendemos la Causa Armenia, somos actores del lobby armenio que trabaja por el reconocimiento del Genocidio Armenio perpetrado por Turquía. La tercer tarea esencial es la de difundir la Cultura Armenia en todas sus expresiones. Estas son características y obligaciones que conlleva ejercer el periodismo comunitario.

Hay un tridente de inconvenientes que implica ejercer el periodismo dentro de nuestra comunidad, esos factores tienen que ver con la falta de profesionalismo en algunos sectores institucionales, la carencia de presupuesto para el desarrollo de la actividad y la ausencia de una interpretación cierta de nuestra labor. Al periodismo comunitario se lo entiende y se lo quiere como propaganda institucional.

Amo profundamente la libertad y creo que es la única manera de avanzar hacia un mejor periodismo.

Pese a las adversidades, no hay que claudicar en nuestra actividad, insistir en mejorar y hacer que se tome conciencia de que el mejor ejercicio del periodismo colabora a mejorar la Comunidad Armenia de la Argentina.

En este día del periodista no olvidemos honrar la memoria de Diran Kelekian, Kegham Parseghian, Levon Larents, Krikor Torosian, Shavarsh Krissian, Sarkis Minassian y tantos otros periodistas Armenios del Imperio Otomano que fueron silenciados eternamente por el Gobierno de los Jóvenes Turcos.

Carlos Boyadjian: “Se parte de un cierto código compartido, pero el desafío es cambiar la óptica y proponer nuevos puntos de vista”

Hay dos aspectos centrales a considerar, la definición de los temas a tratar, lo que en la jerga periodística se conoce como sumario, y el abordaje del tema a partir de los supuestos o la información que manejan los distintos públicos. En el primer caso, se observa que, en general, los medios comunitarios se ocupan de un número limitado de temas de interés, refieren a información de Armenia según la óptica partidiaria o la posición ideológica del medio/institución, soslayando otros aspectos. Por otro lado, suelen hacer un recorte que tal vez no aporte demasiada información nueva al público lector o radioescucha. En términos autocríticos, sería recomendable mayor creatividad y amplitud de criterios, “arriesgando” un poco más, intentando sumar nuevas audiencias. Ante temas relativamente conocidos, la ventaja es que se parte de un cierto código compartido, pero ahí el desafío es cambiar la óptica, proponer nuevos puntos de vista, buscar primicias e incluso fuentes periodísticas no convencionales.

El mayor obstáculo es que no suele valorarse demasiado la objetividad al abordar los temas, actividades o noticias que hacen a la institución que está detrás de cada medio de comunicación. Los desafíos y oportunidades de mejora, tanto en la forma de hacer periodismo como en el desarrollo de las propias actividades, se centran en desarrollar la capacidad crítica, señalar aspectos a mejorar "con buena leche" y apuntar sobre todo a la excelencia.

Otra cuestión que afecta el trabajo periodístico es la escasez de fuentes confiables, información estadística, informes y documentos, que permitan poner en circulación datos relevante para el desempeño de las diversas instituciones. Además, hay decenas de profesionales de la comunicación en la comunidad armenia de Buenos Aires que trabajan en medios gráficos, programas de radio, televisión y portales, pero no están insertos en los medios comunitarios. Es una experiencia profesional muy valiosa y necesaria.

Jorge Kazandjian: “La comunidad deberá colaborar activamente para evitar la desaparición de los ya escasos medios de prensa que nos quedan”

Hacer periodismo en un medio armenio es muy diferente a la percepción normal que se tiene sobre la profesión, fundamentalmente porque no existen casi medios de prensa independientes en nuestras comunidades. Por supuesto que esta realidad no va en desmedro del trabajo que realizan los esforzados periodistas armenios, pero limita severamente su desarrollo profesional porque inevitablemente están ligados a las posibilidades económicas de las instituciones que patrocinan esos medios.

En cuanto al ejercicio de su función también existen paralelos diferentes porque en líneas generales el periodista de un medio armenio es un militante de la Causa Armenia en todas sus expresiones y tal vez desde otras perspectivas ello no sea garantía de imparcialidad en la información o las opiniones. Ese es un riesgo que siempre asumimos quienes ejercemos esta función en las comunidades, pero personalmente entiendo que quien asume este rol debe mantener un cuidadoso equilibrio no sólo profesional en sus pareceres sino también en lo emocional por la enorme carga que significa luchar con la pluma y la palabra por nuestras justas reivindicaciones.

Lamentablemente la perspectiva futura de nuestros medios comunitarios ya sean estos gráficos, radiales o digitales es realmente preocupante. A la ya difícil situación económica preexistente hay que agregar ahora la crisis ocasionada por el coronavirus que generará aún mayores limitaciones a la difusión de noticias y contenidos.

Creo que la comunidad deberá colaborar activamente para evitar la desaparición de los ya escasos medios de prensa que nos quedan. Al mismo tiempo habrá que evaluar la experiencia que nos está dejando la pandemia con la consiguiente aparición de nuevas alternativas de comunicación como Zoom o el fortalecimiento del alcance otros medios digitales como Facebook, Instagram y demás. No es posible ejercer un buen periodismo sólo con la voluntad y la entrega de sus profesionales.

Lala Toutonian: “Desde mi lugar de comunicadora considero a la provocación una gran herramienta”

Siempre hice periodismo especializado: musical, de más joven, y cultural en los últimos quince. Esto es, una forma de comunicación segmentada para un sector muy específico. Lo comunal no es diferente, y sin ser muy activa en la comunidad (más que escribiendo, justamente, o presentando algún libro), periodísticamente me acomodo muy fácil. Es estilo narrativo, uno se especializa en el tema y ya. Personalmente, me interesan la música, la literatura y la armenidad. Así es como no resulta difícil en absoluto.

"Dirigido a un público armenio" puntualmente me interesa, y acá entra la otra consigna de "inconvenientes y desafíos", para sacudir el conservadurismos y la modorra intelectual plana que puedo ver en, afortunadamente, pocos sectores. Siempre hay alguien que se ofende, que no está de acuerdo y que le hierve la sangre. Y es válido, desde ya, pero desde mi lugar de comunicadora considero a la provocación una gran herramienta. Pero con validez, con data real, sin prejuicio ni especulación, y sobre todo, despojada de chauvinismos. Patrioterismo, no, nunca.

Diana Dergarabedian: “La principal responsabilidad del periodismo comunitario es la preservación de la armenidad en la diáspora”

Ser periodista en un medio armenio es ser dueño de una enorme responsabilidad: por un lado, la fidelidad a una profesión en la que debe primar la objetividad, comunicar con precisión, investigar e informar sobre lo que la gente quiere saber; por otro lado, colocar ese hecho o producción dentro del contexto tempo-espacial de la comunidad y a partir de estos factores, por último está la valoración que uno puede hacer de ese hecho.

No es un trabajo fácil y además, es delicado. No es fácil, porque exige mayor tiempo y dedicación que si se realizara en un medio extracomunitario. Hay mucho de vocación de servicio en nuestro trabajo; a tal punto que a veces se desdibujan los límites entre lo personal y lo profesional. Uno le pone el alma a lo que hace y eso tiene mucho que ver con el legado, con aquello que recibimos y que hace que nos esforcemos cada día más, dejando de lado el tiempo dedicado a otros temas.

Además, es delicado, porque una palabra de más o de menos puede herir muchas susceptibilidades, desde una persona a una institución o toda su masa societaria. La palabra escrita es ley. Queda.

Pero la principal responsabilidad del periodismo comunitario se refiere a que es un actor importantísimo en la preservación de la armenidad en la diáspora. Sin los medios de prensa armenios, sin periodistas ¿de qué manera se cubrirían los cientos de actos que producen nuestras comunidades? ¿Cómo se conectarían los integrantes de nuestra comunidad entre sí, con los hechos que suceden en Armenia o en otras comunidades armenias del mundo? Ahí está el por qué de su enorme responsabilidad. Comunicar lo que pasa o hacen los armenios en cualquier parte del mundo es armar redes, comprometerse con la perpetuidad de nuestro ser armenio. Eso nos hace diferentes de quienes ejercen la misma profesión sin esa presión.

Pablo Kendikian: “La función del periodista es mostrar lo que pasa, contar historias y descubrir y denunciar abusos o injusticias”

Un periodista sabe que este oficio es un traje que se lleva puesto permanentemente. Ante cualquier hecho, la mirada siempre va a ser periodística, dándole una valoración propia a lo que sucede.

Para ser periodista hay que saber que para encontrar algo hay que meterse donde no se puede; hay que tener vocación de testigo y estar en el lugar donde suceden los acontecimientos. En eso se destacaba Carlos Hassassian y nosotros seguimos sus pasos.

Nuestra función es mostrar lo que pasa, contar historias de la gente, estar alertas para descubrir y denunciar abusos o injusticias. Uno cuenta siempre con las herramientas y recursos que tiene el oficio: busca los mejores títulos, utiliza el adjetivo adecuado y redacta de la manera más ingeniosa y atractiva que se pueda. La labor periodística no cambia su rol según donde se trabaje.

Lo distinto de trabajar en un medio armenio es que te dirigís a un público que tiene muchos intereses similares aunque elijan caminos distintos para llegar a una causa que, por ahora, sigue siendo común.Creo que la cosa funciona cuando ofreces calidad, cuando logras conectar con la sociedad y cuando logras ganar su confianza. En ese sentido nuestro periódico nunca dejó de ser un referente fiable para los lectores durante sus casi 90 años de vida.

Al asumir el rol de dirigir el Diario ARMENIA me planteé tratar de desmantelar algunas costumbres arraigadas en la comunidad para mostrarnos que la construcción de una comunidad más activa, solidaria, abierta e inclusiva es posible. Me propuse contar las cosas de manera más explícita y abordar sin tapujos temas considerados tabú. Describir lo que le pasa a nuestra gente y no solo lo que ocurre en los atriles institucionales. Unos de los desafíos es también que las publicaciones despierten interés para el lector que no es armenio.

Cuento con un equipo de profesionales que contagian las ganas de hacer periodismo, con los que trabajamos por tener información distinta cuya publicación que merezca la pena. Me llena de orgullo y considero un honor trabajar en un medio importante como el Diario ARMENIA por el que pasaron personalidades muy respetadas. Estoy identificado con sus ideas, con la orientación y con los objetivos y eso, en algún sentido, facilita mi labor.

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