En Ereván está todo bien

08 de junio de 2023

Ereván parece una ciudad europea. Cosmopolita, entretenida, moderna (no tanto al interior de los hogares). Todas las personas que visiten la capital de Armenia vuelven con la misma sensación. Turistas, diáspora, estudiantes de colegios armenios, participantes de programas estatales, delegaciones oficiales… y en Ereván está todo bien.

Algunos sectores apolíticos (como si existiera realmente la 'no política') repiten esa frase. Algunos sectores políticos (oficialistas, defensores de la gestión de Nikol Pashinyan) repiten esa frase. "En Ereván está todo bien". Quizás el ruido de la gente, la música, los recitales, los espectáculos, los festivales y los eventos internacionales no permitan escuchar el silencio de Yerablur.

"Karabaj es nuestra tierra natal y ancestral. El kanato de Ereván, el distrito de Zangazur… todos estos nombres son topónimos azerbaiyanos".

"En 1918, el liderazgo de la República Democrática de Azerbaiyán entregó Ereván a los armenios como la capital de Armenia".

"Incluso ahora, los armenios admiten que a principios del siglo XX, la población mayoritaria de la ciudad de Ereván eran azerbaiyanos".

Tweets, frases que repite permanentemente el presidente de Azerbaiyán Ilham Aliyev, a quien el primer ministro de Armenia acusa sistemáticamente de romper todos los acuerdos que firma. Con esa persona es con quien Pashinyan quiere firmar otro acuerdo. Uno nuevo, uno que sí se cumpla, a diferencia del cese del fuego firmado en 1994 o de los tres ceses del fuego firmados durante la guerra de 2020 o de la declaración tripartita de noviembre de 2020 o de los múltiples acuerdos verbales de los últimos 3 años.

Quienes no quieran meterse en política o en la lucha por la supervivencia, son libres de no hacerlo. Pero siempre recordando que la identidad armenia estuvo forjada por la política y la lucha por la supervivencia, que incluyó sobrevivir a un genocidio. Ahora, en vísperas de un segundo genocidio armenio contra la población armenia de la República de Artsaj, todas las personas que se consideren armenias tienen libertad absoluta para mirar a un costado, celebrar con la tricolor, tomar coñac, comer lehmeyún, escuchar música tradicional armenia…

Pero creer que la lucha es por un pedazo de tierra o por un puesto en el Estado es simplemente mentirse a uno mismo. La lucha es por la supervivencia de la propia identidad. La actual diáspora solamente existe por quienes sobrevivieron. El poema "Primero vinieron…" de Martin Niemöller debería estar tallado en piedra en la entrada de Stepanakert.

En Bakú se compra armamento, se redibujan los nuevos mapas, se adoctrina en el odio a nuevas generaciones, se prepara al ejército para una nueva guerra y/o una limpieza étnica, se paga a lobbystas y políticos corruptos para tapar los crímenes contra la humanidad. En Ereván… en Ereván está todo bien.

Gabriel Izmirlian

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