Enguer Harutiún Tagtachian (1888-1934): vida y obra de un líder pionero comunitario y destacado dirigente tashnagtsagán, principal inspirador de la fundación del Diario ARMENIA

07 de diciembre de 2021

Como sobrino nieto de Harutiún Tagtachian, escribo éstas líneas para honrar su memoria, en el año del 90 aniversario de la fundación del Diario ARMENIA.

Tomo de la edición original en armenio que el Órgano partidario de la F.R.A. del 21/04/1934 dedicó a su necrológica.

En dicha edición -a pocos días de cumplirse el tercer aniversario de “ARMENIA”-, destacados dirigentes, compañeros, amigos, cronistas y hasta linotipistas del periódico, dedicaron sentidas palabras de despedida, pintando detalladamente una semblanza de Harutiún, cuyo legado considero necesario que conozcan las generaciones que lo sucedieron.

A lo largo de 3 de las 4 páginas que en ese momento editaba “Armenia”, aparecen conceptos que describen su vida y obra. El jefe de linotipistas recordaba (sic) “viendo la concreción en realidad de su sueño a después de tantos años, logro para el cual no cejó en hacer sacrificios materiales ni morales. Cuando el primer número de “ARMENIA” recubierto en tapa dorada –según la tradición linotipista- le fue presentado a él, con una alegría abrió el diario, lo vio de punta a punta y regalando una complaciente sonrisa dijo: “Los veo a ustedes, mis amigos. Este trabajo que comenzamos no es mío ni es de otro, sino de todos. Ahora, la obligación de todos es convertir en permanente el trabajo comenzado. Entonces, les deseo a ustedes éxitos y salud”.

Unos de sus más cercanos compañeros, H. Paraguian, escribió preguntándose para luego responder “¿Quién era Harutiún?... dirigente destacado y de gran autoridad, que extrañaba a su patria con ardor, esmerado merecedor del honor nacional, un idealista enamorado del trabajo. No hubo ningún movimiento nacional para cuyo beneficio Harutiún no haya contribuido su dinero, su tiempo, su autoridad y su trabajo: desde los días de la embrionaria condición de emigrante de la comunidad armenia de Buenos Aires, pasando por la creación de la Unión Nacional, el movimiento de voluntarios armenios, la integración de la Comisión de Construcción de la Iglesia, la pertenencia a la Federación Revolucionaria Armenia de América del Sur, hasta finalmente su ideal, la fundación de “ARMENIA”... “Su provechosa y honrosa reputación como comerciante era un gran orgullo para la comunidad armenia. La pérdida de Harutiún es irremediable; él deja un gran vacío en nuestra comunidad. Su muerte se recordará con gran congoja y se sentirá entre las filas del partido en el que sirvió, como así también en otros ámbitos, en los cuales Harutiún era considerado un personaje central”.

El secretario de redacción, Sarkís Topchian, recordaba que “Harutiún Tagtachian nació en Aintab, en el seno de una respetada familia, cuyo padre Harutiún Tahtadjian, quien era llamado familiarmente por sus compatriotas como “Hodjá”, nació en Aintab el 15 de mayo de 1888. Pertenece a la familia honorable Tagtachian Era hijo del entonces pudiente e influyente Hanne (Ohan) Tagtachian, quien poseía una de las mejores posiciones tanto moral como materialmente” (N.R. Hanne (Ohan) Tagtachian fue el presidente de la comunidad armenia de dicha ciudad, que a principios de siglo contaba con 80.000 habitantes, 36.000 de los cuales eran armenios, siendo la primera minoría no musulmana).

“Pero en la masacre de 1896 y los años sucesivos, perdió toda su fortuna y su fuerza espiritual. A partir de ese hecho, la familia numerosa quedó sumida en la pobreza. La pesada preocupación de la casa recayó sobre Harutiún y sus hermanos -en ese momento casi todos adolescentes y desacostumbrados a una vida indigente – y ellos se vieron obligados a trabajos negros y probaron el amargo sabor de la pobreza.”... “Sin embargo, Harutiún sintió un fuerte deseo por estudiar y se dedicó a ello, casi con sus propios medios personales, y luego con la única ayuda de su hermano, logró todo lo que era posible, esto es, cultivarse a sí mismo.

Su educación inicial la recibió en la escuela primaria armenia Nercesian. El niño y luego adolescente Harutiún ya gozaba de una natural inteligencia; uniéndola con la educación provista por la escuela y con naturaleza autodidacta. Resultó ser el único en ser aceptado en el Colegio Central de Aintab, concluyendo su ciclo en 1906, casi con 18 años, un hecho que hasta ese momento, no se registraba en los anales del Colegio.

La reputación del joven Harutiún se extiende de tal manera que el Colegio Secundario Nacional más importante de Aintab, el Atenagán, lo convoca para un puesto de educador. Harutiún, con un fuerte entusiasmo se consagra a la obra educadora y de cultivar las mentes de los alumnos. Durante 6 años se dedica a esta tarea, logrando que un gran número de alumnos idealistas y amantes de la nación egresen”... “El joven Harutiún, sin embargo, no se conforma con estos logros importantes en gran parte realizados con su esfuerzo y desea ampliar las fronteras de sus estudios, con el objetivo de servir mejor a su querido pueblo.

En 1911, finalmente encuentra los medios, toma el cayado del exilio, y parte a los Estados Unidos para hacer realidad su sueño. Ingresa a la Universidad de Harvard y sigue el curso de pedagogía, apenas un año y medio. Cae enfermo. Los médicos, diagnosticando su cansancio y su agotamiento mental, le comunican que no puede continuar la Universidad, y que de inmediato renuncie al estudio y a las actividades que impliquen esfuerzos mentales.

Es por eso por lo cual la nación pierde con su fallecimiento uno de sus más valiosos hijos. Un miembro de la gran familia de la Federación Revolucionaria Armenia, uno de los mejores y abnegado militante y compañero de América del Sur y especialmente de la comunidad armenia de Buenos Aires. No sólo por ser uno de los más destacados intelectuales y organizadores, sino por su rol de importante comerciante y representante. Los aintabtsí perdieron un gran conciudadano”.

El entonces presidente del Comité Central de la F.R.A. de la Argentina describe el perfil político, liderazgo comunitario y partidario y las cualidades intelectuales y organizativas de Harutiún: “Fue un obrero de la educación durante años, ofreciendo una generación revolucionaria. Fue un fogoso político, que permaneció fiel a aquel juramento que es tan sagrado, como fuerza nacional impulsora.

El compañero Harutiún Tahtadjian, como tashnagtsagán y buen armenio, con sus ideales y convicciones sobresalió especialmente en toda su dimensión en la Argentina. Quien indague en la historia de esta comunidad, encontrará en primer lugar con este callado pero ejemplar armenio.

Otra anécdota destacable, que muestra la conducta transparente de Harutiún como responsable de la tesorería, entre sus documentos encontramos lo siguiente:

Exposición del balance de la Colecta”

Se remitió al “Buró Central Nacional” de Armenia, a través del Banco Italo-Belga, la suma de $ 263,30. Y dice:

Un ejemplar del recibo extendido por el Banco se adjunta a la carta enviada al “Buró Central Nacional“. La copia fiel del recibo y de la carta se encuentra al pie de la firma, la cual se encuentra a disposición de todo aquel que desee verla.

“En su escrito “Llamamiento”, firmado en 1915, dirigido a toda la comunidad de Buenos Aires, surge completamente su proyecto político nacional:

A la comunidad armenia de Buenos Aires: Compatriotas:

Una hora enorme y decisiva ha sonado para nosotros: Si en Armenia y también en Cilicia el nombre armenio no será oído; si sobre nuestra histórica existencia se pondrá una cruz y si sobre nuestra tumba pintada con sangre se escribirá “Aquí descansa… la Nación Armenia”, la cual después de múltiples y especiales masacres, fue exterminada en el siglo XX por los turcos y kurdos… Nosotros, los armenios fuera de las fronteras, ¿cómo nos vamos a justificar cuando nos llamen ante el juicio para dar cuenta de nuestras acciones?

¿Quieren ser absueltos como inocentes o hacer algo más leve su pesada responsabilidad? Aquí tienen un medio: al menos veinte centavos semanales, como impuesto nacional.

Llamen al recaudador, sr. Garabed Telalean, Canning 1611 o calle Chile 1699.

7 de agosto de 1915, Buenos Aires.

“Harutiún Tagtachian”

La crónica de su funeral refleja la dimensión comunitaria que, desde su llegada a la Argentina en 1912 hasta su temprana desaparación física, tenía el enguer Harutiún:

“El día siguiente (sábado 14 de abril de 1934, N.R), a las 9 de la mañana, los restos fueron trasladados  al  agump “Murad”,  donde  permaneció  durante  la noche, con la custodia de honor de los compañeros. El agump se había convertido en una suerte de lugar de peregrinación, al cual acudían gran cantidad de compañeros, compatriotas y amigos, para darle su último respeto.

Allí en horas de la noche, ofrecieron palabras de honor los compañeros Sarkís Topchian, A. Maghakian, A. Parseghian, Medzadurian, Rupen Vartanian, A. Murekian y Chuldjian, y los señores Israel Arslan, Haig Mosgofian y A. Dedrerian.

a las 8.30 del domingo, luego de una corta ceremonia de responso en el agump “Murad” … el ataúd fue trasladado en alzas hacia el Centro Armenio. Una gran multitud acompañaba al féretro, detrás de una fila doble de 30 jóvenes que portaban coronas. Todos los compañeros, amigos y familiares vestían una cinta negra que cruzaba su pecho. … Luego, a las 10.30 hs. el féretro nuevamente fue llevado en alzas y después de circular por algunas calles se dispuso en el coche fúnebre en dirección al Cementerio de la Chacarita. Cerca de 100 automóviles lo seguían”. (N.R: la comunidad armenia de Buenos Aires no superaba entonces los 30.000 miembros, en tal sentido, la cantidad de automóviles del cortejo fúnebre da cuenta de la repercusión que causó en la comunidad el fallecimiento de quien era considerado uno de sus líderes).

Finalmente, quisiera dejar constancia de la prolífica actividad política, diplomática, comercial y solidaria que Harutiún Tagtachian desplegó tanto en Aintab entre 1907 y 1909 como en Buenos Aires, desde su arribo a estas lejanas costas en 1912 hasta su fallecimiento:

La dirección del almacén de suelas de Tagtachian Hnos., Saavedra 565 de la ciudad de Buenos Aires, fue utilizada como dirección postal al fundarse el Diario ARMENIA en abril de 1931.

Agradezco a la redacción del Diario ARMENIA, a la FRA-Tashnagtsutiún y a mis amigos y compañeros esta oportunidad que me brindaron para dar testimonio de una personalidad sobresaliente y líder comunitario de las primeras décadas del siglo pasado que supo conjugar intelectualidad, capacidad de acción, compromiso, solidaridad y sobre todo, ejemplaridad en su conducta como tashnagtsagán y armenio.

Lic. Juan Carlos Tagtachian

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