Enrique Tokatlian es contador y periodista. Férreo defensor de la Causa Armenia, en su rol como comunicador aporta desde hace años en los eventos de Homenetmen y las instituciones donde lo convocan.

Enrique Tokatlian: “Homentmen es mi segunda casa”

30 de julio de 2019

Contador egresado en la UBA y cronista de la Asociación de Cronistas, Quique Tokatlian reparte su vida entre el estudio contable y su pasión por el espectáculo en radio y televisión. Siempre involucrado en la comunidad armenia, participando activamente de sus eventos y aportándole su voz.

—Contanos sobre tu historia familiar.

—Mis abuelos se escaparon del genocidio. Por parte de mi papá eran Alusiak y Agop Tokatlian, él era sastre. Por el lado materno, Agavni y Zaré Torossian, él era obstetra recibido en Paris que ejercía en Grecia. Todos mis abuelos se escaparon a Grecia. La familia de parte de mi papá era muy humilde, vivian en un pueblo que se llamaba Mégara. De parte de mi mama vivían en Atenas y estaban muy bien. Cuando llegó a Argentina, mi abuelo puso una lencería porque no podía ejercer como obstetra. Mi abuelo paterno puso una sastrería con sus hijos.

—¿Qué rol cumplió el colegio en tu vida?

—Mi hermano y yo fuimos a San Gregorio. El colegio fue mi casa. Tuve una infancia muy feliz y de ahí me llevé compañeros que son mis amigo hasta hoy. Tengo recuerdos de todos mis maestros y profesores pero especialmente de la oriort Manushag y el Arzobispo, en ese momento Hair Surp, Kissag Mouradian. Cuando llegó al colegio, con los primeros que entabló una relación fue con nuestro curso y con el primero que habló fue conmigo, es una relación desde ese momento. Y Manushag me marcó de una manera tremenda, ella es una institución. Cuando empecé el jardín casi no hablaba castellano, el idioma es muy importante en mi familia. Eso fue cambiando con el tiempo desgraciadamente, a mis hijos les hablo en armenio y ellos me responden en castellano. Tanto Kissag como Manushag fueron con nosotros al viaje de egresados y hasta el día de hoy verlos es una alegría, compartimos siempre cosas. Otra persona muy importante fue Bedros Hadjian, un tipo muy culto al que recuerdo con gran afecto hacia él y su familia: ha instruido a muchas maestras y con sus libros, que son el legado, lo sigue haciendo. Ellos hicieron posible que cuando yo me volviera maestro de armenio en quinto grado. Kissag durante mucho tiempo tuvo un grupo de teatro del cual fui parte e hicimos varias obras como la vida de Vartán Mamigonian y la de Gomidás. Mi hijo fue al Mekhitarista y mi hija aún cursa en la misma escuela. El año que viene conocerá Armenia. A diferencia de ellos, yo tuve la posibilidad de conocer Armenia de grande y cuando estás ahí tenés distintos sentimientos de bronca, alegría, emoción e impotencia. Ereván es maravilloso y los pueblitos me hacen acordar a mis abuelos. Las abuelas que te dan el keté o el chorek están en los pueblitos.

—Contanos sobre tu formación.

—Me hubiera gustado seguir algo artístico pero estudié Contabilidad en la UBA, me recibí y tengo mi estudio desde hace 23 años. En el último año de estudios de económicas, estudié en la Asociación de Cronistas y a partir de 1992 empezamos a hacer radio. Hace 25 años tengo mi programa (Los Acomodadores, viernes 18hs, Radio Zónica) y hace casi dos que estoy en la tele en Weekend (domingos 13hs, Canal Metro).

Un objeto. Elegí una foto haciendo una obra de teatro en 1983. Es la vida de Gomidás, dirigida por Kissag. Lo hicimos en la Sala Siranush. Nunca me voy a olvidar de ver ese teatro lleno y a mis abuelos, Nené y Dedé, en las primeras filas. Hacer ese personaje tan importante fue un honor y algo que no me voy a olvidar en la vida.

—¿Qué es Homenetmen para vos?

—Es mi segunda casa, me siento homenetmenagan. Durante mi infancia no fui al club porque yo tengo cero deporte, siempre fui por el lado actoral. Homenetmen me dio la oportunidad de ejercer mi parte vocacional de locución y animación. Me siento muy querido y siempre en lo que pude, estuve. Hice la animación junto a Fernando Bravo de la fiesta del 80 aniversario, día del niño, Cena Americana. Durante muchos años con Lucy Vartian hicimos un ciclo de Cine Debate en el club. Además, estoy rodeado de mis amigos que forman parte de instituciones y están muy comprometidos con la comunidad. Ya sea a través de la Asociación Cultural Armenia, de la FRA-Tashnagtsutiún. No falto nunca a las marchasdel 24 de abril y defiendo a rajatabla el idioma armenio, defiendo los colegios armenios pero en el último tiempo les han sacado horas de idioma y el nivel es paupérrimo.

—¿Cómo ves a la comunidad?

—Estoy presente para lo que se necesite. Considero que falta un mayor aporte a la cultura. Por supuesto el tema más importante que tenemos todos es el reconocimiento del Genocidio Armenio y Artsaj, la justicia. Me parece que el baile y el canto son muy importantes, tenemos coros y conjuntos de baile muy buenos pero no alcanza. Lo político es muy importante, pero a veces uno se encuentra con gente que la única relación que tiene con la comunidad es la comida y me molesta. El deporte es importante también, pero el espectáculo, el teatro también son parte de la cultura. Me encantaría armar grupos para llevarlos al teatro, porque en la colectividad no van al teatro o al cine. Nos falta una “Lista de Schindler”, que se quiso hacer pero hay una influencia turca muy fuerte. Los turcos hoy nos invaden. Ya sea por Turkish en la camiseta de River o en el ámbito cultural.

Hoy estamos en todos lados, pero siento que no hay reconocimiento. Kissag fue uno de los pocos religiosos que logró que los chicos se acercaran a la iglesia, a través del juego, el teatro, del periodismo, porque teníamos con él una revista que se llamaba Diáspora. La iglesia ha sido una institución muy importante para la comunidad.

Sofía Zanikian
Periodista
sofi.zanikian@outlook.com

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