“Erdogan y Gülen son los extremos de una misma política”
Buenos Aires (Agencia Prensa Armenia).- El gobierno de Turquía arrestó el 14 de diciembre, a periodistas opositores, en su mayoría miembros del movimiento Hizmet, una organización liderada por el predicador Fethullah Gülen, quien en la actualidad se encuentra enfrentado al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Un total de 31 periodistas, editores, policías y directores de series de televisión fueron acusados y detenidos por establecer o “ser miembro de una organización terrorista”. El caso más resonante fue el arresto de Ekrem Dumanli, editor del diario Zaman, el más vendido en Turquía y perteneciente a la cofradía Gülen.
“Es condenable el intento de acallar a la prensa, pero también hay que recordar que no hace mucho tiempo atrás el Movimiento Gülen promovía estas acciones y perseguía a los que no compartían los valores y el estilo de vida que tanto él como Erdogan propiciaban para Turquía”, opinó Pablo Kendikian, autor del libro “Fethullah Gülen”.
“Erdogan y Gülen son los extremos de una misma política. La pelea por el poder en Turquía tiende a profundizarse aún más y la sociedad turca está atrapada en esta disputa”, explica el periodista. “Así como desconocemos la veracidad de la acusación a los detenidos, no podemos desconocer que Gülen formó parte de la construcción de ese Estado represivo, así como Erdogan alimentó el Estado paralelo cuando ambos eran aliados”.
“Hoy el Movimiento Gülen se victimiza, pero los antiguos socios encabezaron juntos una verdadera ‘caza de brujas’ contra los opositores a islamizar el Estado turco”, afirmó Kendikian en alusión a la trama Ergenekon que tuvo en vilo al país durante seis largos años. Algunos expertos consideran que los arrestos son el último intento del presidente
Erdogan para acallar a los partidarios del clérigo, quien -según el gobierno- orquesta un complot para tratar de derrocarlo. Erdogan acusa a Gülen de haber infiltrado a sus agentes en la policía y la Justicia, con el fin de derrocar al gobierno, sin embargo el clérigo, quien vive en un exilio autoimpuesto en Pennsylvania, negó esas afirmaciones.