Exministro Vardan Oskanian: “Si se debe sujetar la mano de Pashinyan para que no firme el documento, entonces el momento es ahora”

15 de mayo de 2023

El exministro de Relaciones Exteriores de Armenia (1998-2008) Vardan Oskanyan distribuyó entre los medios armenios su artículo sobre la reunión de los líderes de Armenia y Azerbaiyán en Bruselas y las peligrosas tendencias de la etapa actual del conflicto de Artsaj (Nagorno Karabaj).

“Es obvio que estamos entrando en la etapa final de la rendición de Artsaj. Cada reunión de Pashinyan, en cualquier lugar geográfico, profundiza y hace irreversible el proceso de rendición de Artsaj.

Durante la reunión de Bruselas del último domingo, el problema se complicó y profundizó cuando Pashinyan cayó en su propia trampa. Tanto habló de los 29.800 kilómetros cuadrados que el propio Aliyev ya exigió el reconocimiento de los kilómetros cuadrados de su país, lo que, por supuesto, no puede dejar lugar a interpretaciones, pues no incluye a la Región Autónoma de Nagorno Karabaj.

Firmar cualquier documento con las disposiciones descritas por Charles Michel significa que, desde el momento de la firma, Artsaj se convierte en Javakhk y, a diferencia de Javakhk, durante algún tiempo, tal vez una década después, se convertirá en Najicheván.

Si es necesario sujetar la mano de Pashinyan para que no firme dicho documento, entonces el momento es ahora. De lo contrario, será demasiado tarde. Creo que el pueblo armenio tiene todo el derecho de impedir que Pashinyan dé ese paso.

En primer lugar, Pashinyan simplemente no tiene derecho a firmar dicho documento. Primero, desde un punto de vista legal, este documento contradirá la Constitución de Armenia y la decisión adoptada por el Consejo Supremo de la Armenia independiente en 1992. Para firmar y ratificar dicho documento, es necesario cambiar la Constitución de Armenia y cancelar la decisión del Consejo Supremo.

En segundo lugar, tal derecho no está reservado a nadie. Tener una mayoría en las elecciones no significa ganar el derecho a tomar decisiones arbitrarias sobre la cuestión de la existencia del pueblo armenio.

En tercer lugar, el pueblo de Artsaj, cuya existencia física está en juego, fue el principal portador de las privaciones y los sufrimientos de las últimas décadas y no dio a nadie la autoridad para decidir su destino.

En cuarto lugar, en el plan del gobierno de Pashinyan para Nagorno Karabaj aprobado por la Asamblea Nacional de Armenia, hay una disposición según la cual la realización del derecho a la libre determinación del pueblo de Artsaj debe perseguirse sobre la base del principio de ‘secesión en aras de la salvación’, al que el pueblo de Artsaj tiene un derecho indudable.

Además, justo después del final de la guerra fría, nosotros, los armenios, seremos los primeros y los únicos en renunciar a nuestros derechos de los más de cincuenta movimientos de autodeterminación actuales en el mundo.

Si Armenia, el pueblo armenio, Artsaj alguna vez renuncian por la fuerza o voluntariamente a su derecho inalienable a la libre determinación y aceptan la soberanía de Azerbaiyán sobre Artsaj, será un precedente en el mundo, lo que nos hará merecedores de una evaluación baja y humillante de la calificación de virtudes voluntarias de los pueblos.

También es triste que de las más de cuatro docenas de movimientos de autodeterminación que existen hoy en día, el movimiento de autodeterminación de Artsaj tiene las bases históricas, legales y políticas más fuertes y sólidas.

Históricamente, el pueblo de Artsaj ha vivido y sobrevivido en esta zona durante miles de años. Artsaj es la más armenia de las áreas pobladas por armenios de nuestros dos Estados. Durante la historia, cuando Armenia estuvo sujeta al gobierno de diferentes naciones, Artsaj siempre mantuvo al menos su estado semi-independiente.

Legalmente, los cimientos del derecho de Artsaj a la autodeterminación son simplemente invulnerables. Los principales requisitos previos para reclamar el derecho a la libre determinación se han cumplido plenamente en el pasado y en la actualidad.

Políticamente, Artsaj tiene una historia de más de tres décadas de negociaciones, durante las cuales en algún momento la comunidad internacional, por boca de mediadores, consideró la expresión libre y sin trabas de la voluntad del pueblo de Artsaj como el medio óptimo de solución pacífica del problema.

Sigo convencido de que no hemos agotado las oportunidades diplomáticas y que hoy existen serias alternativas pro armenias contrariamente a lo que están haciendo las autoridades armenias. Después de la guerra de los 44 días, la diplomacia armenia apenas hizo esfuerzos serios para lograr un resultado favorable a Armenia.

El resultado de cualquier negociación debería, al menos, mejorar las relaciones entre las partes. El camino elegido por las autoridades armenias no puede cumplir esta condición. Quizás la firma de tal documento establecerá lazos amistosos entre las autoridades actuales y Azerbaiyán, pero ciertamente no puede servir como base para la amistad entre el Estado de Armenia, el pueblo armenio y Azerbaiyán”.

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