Comunidad que crece

Extraños y familiares: los migrantes armenios en Estambul

21 de marzo de 2019

Cuando hablamos de armenios en Estambul, lo primero que podemos recordar son los restos de una comunidad que alguna vez fue grande. Hoy, según estimaciones, las personas de origen armenio en Turquía alcanzan las 70.000. Podríamos pensar en las iglesias armenias vacías o cerradas, o en el periodista Hrant Dink, quien fue asesinado en las Iglesia-Armenia-Estambulcalles de su ciudad hace doce años por un joven nacionalista turco. Sin embargo, ahora, “los armenios de Estambul” podrían referirse a otra comunidad, es que el armenio se escucha nuevamente en las calles de Estambul, pero ahora, aparece el dialecto oriental hablado por los migrantes que vienen desde la propia República de Armenia.

No hay datos exactos sobre cuántos ciudadanos armenios, en contraposición a los ciudadanos turcos de ascendencia armenia, viven hoy en Turquía. En 2010, el entonces primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan (ahora presidente), declaró que alrededor de 100.000 ciudadanos armenios vivían en el país de manera indocumentada (número que fue fuertemente cuestionado por funcionarios de Ereván e investigadores independientes). Informes más recientes, de acuerdo a la investigación de Eurasia Partnership Foundation en 2009, estiman que el número real de inmigrantes armenios en Estambul es más cercano a 15.000.

Esta falta de datos concisos se debe en parte a la tensa relación diplomática entre ambas naciones. Es unaestambul-3 disputa con raíces históricas: durante décadas, el gobierno armenio y la diáspora de todo el mundo le han pedido a Turquía que reconozca los asesinatos en masa millón y medio de armenios en 1915 como un genocidio. Si bien Armenia y otros 30 estados miembro de la ONU ya lo han hecho, el gobierno turco considera que estos asesinatos son uno de los varios “costos de la Primera Guerra Mundial”.

El país islámico reconoció oficialmente la independencia de la República de Armenia en 1991, y posteriormente abrió su espacio aéreo en 1995, bajo la presión de la comunidad internacional. Sin embargo, la frontera de 311 kilómetros entre estos estados ha permanecido cerrada desde 1993, como un “gesto de solidaridad” de Ankara para con Azerbaidján durante la guerra de Nagorno-Karabagh. Como resultado, los inmigrantes de Armenia dan una gran vuelta y entran a esta nación a través de Georgia, hecho agrega una complicación adicional cuando se trata de establecer su número exacto.

estambul-2-Iglesia-GuedikpashaA pesar de la tensa relación bilateral, los ciudadanos armenios todavía van a las ciudades turcas, particularmente a Estambul, para encontrar trabajo. Meri Khachatryan, abogada y asesora legal en el Centro de Protección de Derechos Humanos de Armenia A.D Sakharov, la filial con sede en Ereván de una importante ONG, asegura que ha recibido a varios inmigrantes armenios que viven en Turquía y que le han pedido ayuda. Según dice, principalmente buscan renovar pasaportes u obtener sus certificados de nacimiento.

“Me enfrenté a la necesidad de estudiar la legislación turca, ya que muchos de los hijos de estos inmigrantes nacieron en dicho país. Me pareció interesante descubrir cómo se regulan estos problemas allí, por lo que solicité el programa de becas Hrant Dink”, explica la profesional. Una de las principales dificultades para los inmigrantes armenios es la falta de información clara, asegura quien trabajó en una investigación en la Universidad de Bilgi en Estambul en 2017 y 2018.

“Al principio, los armenios viajan para comerciar, pero luego se quedan impresionados por Estambul, como una cruce de caminos internacional, donde se mezclan muchas culturas, por lo que deciden quedarse. Es difícil decir que esta ciudad refleja a toda Turquía, pero los armenios están muy interesados ​​en ella”, detalla Khachatrian.

estambul-1Sin embargo, la vida en esta histórica urbe rápidamente se vuelve mucho más desafiante para los armenios, y su desconocimiento de la ley de migración turca no hace la tarea más fácil. La estancia de los migrantes en el país está regulada por la Ley de Extranjeros y Protección Internacional, adoptada por el gobierno turco en 2014. Khachatrian señala que la legislación es mucho más estricta que la de Armenia cuando se trata de emitir permisos de residencia, ya que la burocracia turca exige una gran cantidad de documentos, incluida una prueba de seguro médico.

Como muchos migrantes eligen evitar esto, se quedan en el país ilegalmente. Es una decisión costosa, porque a menudo tienen que pagar multas estipuladas por una ley que fue adoptada luego de que ocurrió la presunta violación. A medida que estas sanciones aumentan con los años, algunos migrantes pierden la esperanza de pagarlas.

Por ejemplo, la especialista confirma que incluso ha conocido a inmigrantes armenios que han estado viviendo en Turquía sin documentos desde la década del ‘90. En estos casos, su multa podría ascender a varias decenas de miles de liras turcas (siendo 10.000 liras, 1900 dólares).

“Si un migrante en la frontera no puede pagar, se le negará la entrada a Turquía durante cinco años. Si uno ha violado la ley penal, en algunos casos se les puede prohibir la entrada durante diez años. Como muchas personas ya tienen familias en Turquía, es difícil para ellos aceptar la deportación”, explica la letrada.

Estambul__irena-grigoryanIrena Grigorian (foto derecha), una investigadora independiente sobre migración y relaciones interculturales que trabajó anteriormente en la Universidad de Koç en Estambul, comenta que, en palabras de un migrante que entrevistó, los armenios allí son “familiares desconocidos”.

“No se destacan, están familiarizados con muchas características de la cultura local. Y a pesar de la ausencia de estructuras oficiales (para proporcionarles información y apoyo legal), las relaciones étnicas son muy sólidas aquí. Los armenios se ayudan entre sí con problemas legales y de otra índole”, detalla.

estambul-0En 2017, Grigorian visitó Turquía por primera vez, como miembro del programa Hrant Dink. Ella se interesó particularmente en la comunidad de inmigrantes armenios en pleno desarrollo en Estambul. Inicialmente planeaba escribir un solo artículo, pero su trabajo de seis meses en esta ciudad resultó en un informe completo, que concluyó con recomendaciones e ideas para futuras investigaciones, así como propuestas de programas políticos dirigidos a los interesados ​​de ambos países.

“A veces las reuniones con los inmigrantes eran impresionantes, otras, divertidas y alegres, algunas, tristes y despistadas…El proceso fue difícil tanto física como emocionalmente, recuerdo haber estado totalmente devastada después de algunos encuentros con personas que parecían atrapadas situaciones duras e injustas”, reflexiona la investigadora.

A su vez, ella también trató de identificar brechas en la investigación sobre los armenios en Turquía. En primer lugar, afirma, el problema del trabajo infantil sigue siendo poco estudiado. Además, la salud de muchos se ha deteriorado debido a las malas condiciones de trabajo o la vivienda de baja calidad, problemas que propone resolver con la ayuda de organizaciones internacionales.

“Es un error culpar a las personas por ir a Turquía, y una vez que llegan allí hacerlo por su salud deteriorada. Si una persona va a otro país para ganar dinero, tiene buenas razones. Debemos hacer lo que podemos para ayudarles a vivir una vida digna “, concluye Grigorian.

 

Gayané Mirzoyan

Chai-khana.org

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