Funcionarios armenios criticaron al presidente de Bielorrusia Alexander Lukashenko por decir que “Armenia no tiene adónde ir”

09 de febrero de 2022

Distintos funcionarios de Armenia criticaron el 8 de febrero las afirmaciones del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, quien declaró que Armenia no tendría más remedio que unirse a un “estado de unión” liderado por Rusia de ex repúblicas soviéticas.

En una entrevista, Lukashenko predijo que Moscú creará una “unión de estados soberanos” con sistemas comunes de defensa, seguridad nacional y economía durante los próximos 10 a 15 años. Dijo que comprometerá no solo a Rusia y Bielorrusia, sino también a los estados de Asia Central, Armenia e incluso Ucrania. “Armenia no tiene adónde ir”, declaró. “¿Crees que alguien los necesita?. “Ya vieron eso. Nikol Vovaevich [Pashinyan] ya vio eso”, agregó en referencia al Primer Ministro armenio.

El gobierno de Pashinyan respondió a Lukashenko a través del Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia y parlamentarios progubernamentales. “Creemos que los peculiares análisis geopolíticos del presidente bielorruso apuntan ante todo a servir a su agenda política interna y no tienen nada que ver con Armenia y su política exterior”, declaró el portavoz del ministerio, Vahan Hunanyan, en declaraciones escritas a la prensa.

Los legisladores que representan al partido Contrato Civil de Pashinyan fueron más allá y lanzaron duras críticas contra Lukashenko en la Asamblea Nacional. “El líder de un Estado socio no tiene derecho a expresar tales pensamientos sobre otro Estado”, dijo uno de ellos, Vagharshak Hakobyan. Otro diputado de Contrato Civil, Hovik Aghazaryan, acusó a Lukashenko de “perjudicar a las autoridades rusas y al Estado ruso”. Aghazarian también dijo: “Antes de hacer declaraciones, sería mejor que Lukashenko inspeccionara el aeropuerto de [la capital bielorrusa] Minsk, que parece más una pocilga”.

Rusia y Bielorrusia firmaron un tratado de Estado de la Unión en 1999 y han estado negociando intermitentemente desde entonces. Lukashenko durante años se resistió a una integración mucho más estrecha entre las dos naciones prevista en el tratado. Pero el presidente volvió más partidario del proyecto desde que Moscú lo ayudó a mantenerse en el poder luego de unas disputadas elecciones presidenciales de 2020 y su subsiguiente represión de la disidencia que condujo a más sanciones occidentales contra Bielorrusia.

Artur Khachatryan, legislador de Alianza Armenia, dijo que las autoridades armenias solo tienen la culpa de los comentarios “inaceptables” de Lukashenko. Agregó que se volvieron demasiado dependientes de Rusia como para hacer frente a los graves desafíos de seguridad que enfrenta Armenia después de la guerra de 2020 en Artsaj (Nagorno Karabaj). “El gobierno redujo deliberadamente el grado de soberanía de este país y, por supuesto, Lukashenko y otros no dudarán en aprovechar eso”, acusó Khachatryan.

Lukashenko, que tiene una cálida relación con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, declaró en varias ocasiones a favor de Azerbaiyán sobre el conflicto de Karabaj y el suministro de armas a Bakú. En 2018, también cuestionó el papel de Armenia en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva después de que las autoridades policiales armenias acusaran a Yuri Khachaturov, el entonces secretario general de la alianza militar liderada por Rusia.

Días atrás, Lukashenko fue nombrado como “persona del año” en 2021 y caracterizado como “el brutal último dictador de Europa” por el Proyecto de denuncia de la corrupción y el crimen organizado (Organized Crime and Corruption Reporting Project – OCCRP).

Durante el año pasado, Lukashenko ha generado titulares por: Canalización de dinero estatal a una serie de oligarcas cercanos a la familia Lukashenko; interceptar un avión de pasajeros de Ryanair que transportaba a un disidente bielorruso y obligarlo a aterrizar en Minsk, en violación de las leyes internacionales sobre aviación; fabricar una crisis fronteriza con la Unión Europea al atraer a miles de refugiados a las fronteras del bloque; y difundir información errónea y curas falsas para el COVID-19.

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