“Hola Recep. Otra vez...”

23 de octubre de 2020

Hola, Recep. Otra vez te escribo aunque nunca te dignes contestarme. Pero esta vez te traigo una posible sorpresa, quizás la sorpresa de tu vida.

¿Oíste hablar alguna vez de Genealogy Test (obvio, en español “test de genealogía”? Te explico: hace unos años unos científicos crearon este test que, con extraerte una gota de tu sangre, determinan tu verdadero origen, tu ADN. Vi un video de quienes afirman, por ejemplo, ser alemanes por todos sus costados: toda su familia es alemana hasta donde la memoria alcance remontarse. Otro creen que son italianos puros, armenios puros y, como en tu caso, deben creerse turcos al cien por ciento. En el video, unos días después, todos reciben sus resultados y cuando los leen se sorprenden: quien se creía alemán ciento por ciento, comprueba que de alemán tiene un 72%, otra de –digamos-, 16% de germánico y el resto de galo; lo mismo pasa con los otros. En definitiva, casi nadie es puro-puro, 100% del orígen que hasta ese día creyó tener en sus genes.

Cuando entrás a ese laboratorio, queda en Estados Unidos, más precisamente en Miami, no te preguntan tu nombre, tu documento, nada. Simplemente cobran USD 150, te entregan un papel con un número para que retires el resultado unos días después y a continuación te extraen una gota de sangre para determinar tu ADN real.

Llega el día, vuelves nuevamente al laboratorio y sales con el sobre en la mano y dentro el resultado de tu test genealógico. Seguramente, tenés ansiedad por leerlo; ¿quién no?

¿Te animás? Vamos, de paso yo también me hago uno. No tengas miedo con el resultado: es muy posible que no seas 100% turco, casi nadie tiene cien por ciento seguro su origen, la composición de los distintos que dan resultado a tu ADN. Lo que me preocupa es que tengas un porcentaje de armenio, mucho o poco, pero que lo tengas. Que los nervios que te van a atacar no te perturben, Recep, ¡todo es posible! Es la ciencia quien lo avala con un 99,99% de certeza. Hasta ese milagro, tener en tus genes una parte de armenio. Dentro de todo, con absoluta sinceridad, ¿no es lo mejor que te podía pasar? Mirá, para empezar pertenecerías, en parte, a una de las naciones más milenarias de la tierra, gente de paz y trabajo, de la que, por más empeño que pongan, no van a poder desaparecerla de la faz de la tierra, no al menos, antes que quede un sólo turco. Los armenios, Recep, es gente que sabe como honrar la vida, rezar con el corazón, fiel a su raza, pacífica con sus vecinos, en fin, buena gente. Tampoco te preguntes cómo es posible que tengas una parte de armenio: pueden ser tantas las respuestas que cualquiera valdría. Sorpresas te dá la vida. Vaya a saber qué hecho, que circunstancia, en tu ADN aparezca que una parte tuya es armenia. Pero ya está, pasó y al pasado, pisado. Ahora recuperá el equilibrio y ocupate de hacer un cambio de planes.

Estás muy grande para aprender su idioma que es bastante complicado, así que descartá que te enseñen el armenio. En todo caso yo sólo te sugiero aprendas a decir algunas palabras sueltas, especialmente una, que vas a tener que usar mucho: “nerogutiun”. Con esa sola, basta.

Tampoco vayas a creer que me pondría contento tu ADN con ese resultado Para nada.

Ah, y no te olvides, Recep, si tu ADN resulta como te digo, ¿no te olvides de devolvernos nuestra tierrita y nuestra montaña?

Carlos Derderian

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