Una sentencia ejemplar que marca límites

Holanda: Condenan a un turco-azerí que amenazó a los armenios

18 de marzo de 2017

IlhanAskin aaLa amenaza proferida a los armenios por el presidente de la Asociación Cultural turco-azerí de Holanda Ilham Askin (imagen) le costó una condena sin precedentes de los tribunales de La Haya. Su discurso pleno de odio y violencia contra los armenios había tenido lugar durante un mitin político de la comunidad turca el 1° de junio de 2014 en la localidad de Almelo, ciudad ubicada al oeste de los Países Bajos.

"Karabagh será la tumba de los armenios", profería entonces Askin que con un mensaje con el buscaba enfervorizar a los centenares de turcos que participaban del acto político en contra de la instalación del Memorial del Genocidio Armenio erigido en las inmediaciones de la Iglesia Apostólica Armenia de esa ciudad.

Producido el hecho, la colectividad armenia presentó una denuncia a la justicia holandesa a través de la Federación de Organizaciones Armenias de los Países Bajos (FAON) y la Federación Euro-Armenia para la Justicia y la Democracia (FEAJD - Consejo Nacional Armenio).

La audiencia, que tuvo lugar el pasado 3 de marzo, se prolongó por varias horas y se desarrolló con presencia de numerosos armenios y turcos, concitando el interés de los medios de prensa holandeses, armenios y turcos. Durante la misma se presentó como prueba el video donde Askin repetía una y otra vez que "Karabagh sería la tumba de los armenios" y una multitud enardecida repetía sus consignas.

En su declaración, Askin dijo que sus declaraciones no podían ser consideradas un delito y que se referían a una región específica donde debido a la guerra existente seguramente la actual situación se traduciría en un derramamiento de sangre. Reiteró que no había hecho nada malo y aseguró que no tenía motivos para arrepentirse de sus manifestaciones.

IlhanAskinEl fiscal interviniente en la causa fundamentó la denuncia y solicitó se dictará la culpabilidad de Ilham Askin y se lo condenara a cumplir 80 horas de servicio comunitario y una pena de prisión en suspenso de quince días, durante un período a prueba de dos años. Al finalizar su alegato, el representante público manifestó que era necesario un fuerte mensaje de la justicia para evitar la reiteración de estos hechos de violencia dialéctica.

Llamativamente, el tribunal interviniente decidió aplicar un castigo mayor al solicitado por el fiscal y condenó a Askin a 120 horas de servicio comunitario y un mes de prisión condicional con el período a prueba de dos años.

Conocida la sentencia, la Federación Euro-Armenia para la Justicia y la Democracia acogió con satisfacción el veredicto ya que pone límites a la permanente agresión verbal que sufren la minorías armenias de Holanda y otros países de la región por parte de los fundamentalistas turcos y azeríes.

"Damos la bienvenida a esta decisión de la corte holandesa de castigar a Ilham Askin debido a la gravedad del delito cometido y en la forma y contexto en que se produjo. Cantos como "Karabagh será la tumba de los armenios" no pueden tener lugar en los Países Bajos. Éste es un mensaje claro para aquellos que fomentan la violencia y el odio, sea aquí, en Suecia o en otros lugares. Vamos a estar muy atentos a este respecto", dijo Kaspar Karapetian, presidente de la Federación Euro-Armenia para la Justicia y la Democracia (FEAJD).

"Ningún turco o azerí puede formular esta clase de llamadas antiarmenias bajo el pretexto de la libertad de expresión. Felicitamos a nuestros compañeros de los Países Bajos por llevar este tema a la justicia y lograr este desenlace", concluyó Karapetian.

El fallo será apelado seguramente, pero difícilmente sea modificado por el tenor del delito de amenazas cometido en un contexto donde la intromisión turco-azerí en los distintos estamentos de la sociedad europea ya está incomodando a muchos de los gobiernos de los países donde la emigración turca y azerí -en mucha menor medida-, lejos de integrarse a las distintas sociedades donde convive, promueve a través de situaciones como la que acaba de condenarse la desunión y el desprecio por sus semejantes. 

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