Human Rights Watch: “Azerbaiyán usó municiones de racimo prohibidas en zonas residenciales de Nagorno Karabaj”

23 de octubre de 2020

En un informe publicado el 23 de octubre, la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció que “Azerbaiyán utilizó repetidamente municiones en racimo prohibidas en áreas residenciales de Nagorno Karabaj”. Además, la organización denunció que “realizó reiteradas solicitudes al gobierno de Azerbaiyán para acceder a las investigaciones in situ, pero aún no se ha concedido el acceso”.

“El uso continuo de municiones en racimo, particularmente en áreas pobladas, muestra un desprecio flagrante por la seguridad de los civiles”, dijo Stephen Goose, director de la división de armas de Human Rights Watch y presidente de la Coalición contra las Municiones en Racimo. “Las municiones de racimo nunca deben ser utilizadas por nadie bajo ninguna circunstancia, y mucho menos en las ciudades, debido al daño previsible e inaceptable contra los civiles”.

Human Rights Watch examinó los restos de los cohetes, los impactos y los restos de las submuniciones que explotaron, así como las submuniciones fallidas que no funcionaron en varios lugares de Stepanakert, así como también fotografías tomadas en la ciudad de Hadrut de un cohete, impactos y restos de submuniciones que explotaron y una submunición defectuosa que no explotó. Human Rights Watch también habló con seis personas que presenciaron los ataques. “Los funcionarios azerbaiyanos acusaron a la parte armenia de utilizar municiones en racimo en este conflicto, pero Human Rights Watch no ha verificado de forma independiente esas afirmaciones”, señaló el organismo.

“Residentes de Stepanakert dijeron a Human Rights Watch que los ataques con municiones en racimo comenzaron la mañana del 27 de septiembre en una zona residencial a no más de 200 metros de la oficina del Comité Internacional de la Cruz Roja”.

HRW pudo verificar a través de testimonios directos el impacto de submuniciones M095 en Stepanakert, así como también un cohete de munición en racimo LAR-160, en zonas donde “Human Rights Watch no pudo identificar ningún equipo militar o bases en los tres barrios donde ocurrieron los ataques”. “Incluso si hubiera habido, dados los efectos indiscriminados de las municiones de racimo, su uso en un entorno civil residencial no está permitido por las leyes de la guerra”.

HRW también examinó 35 fotografías y un video compartido directamente desde la ciudad de Hadrut de un cohete LAR-160 y su espoleta, impactos y restos de submuniciones M095 que explotaron y submuniciones defectuosas que no explotaron en y alrededor de una casa. Según los metadatos de los medios, fueron registrados el 3 de octubre. Human Rights Watch verificó la ubicación del video y las fotografías tomadas en la localidad de Hadrut. El 4 de octubre, el medio armenio de Radio Free Europe/Radio Liberty subió un video a YouTube que mostraba la misma casa y los restos.

Las municiones en racimo son prohibidas debido a su efecto indiscriminado generalizado y al peligro duradero para los civiles, explicó el organismo. Las municiones en racimo generalmente explotan en el aire y envían docenas, incluso cientos, de pequeñas bombas sobre un área del tamaño de un campo de fútbol. Las submuniciones de racimo a menudo no explotan en el impacto inicial, dejando restos que actúan como minas terrestres.

La Convención de 2008 sobre Municiones en Racimo prohíbe de manera integral las municiones de racimo y requiere su limpieza y asistencia a las víctimas. Armenia y Azerbaiyán no se encuentran entre los 110 Estados firmantes del tratado, ya que ambos afirman que no pueden adherir hasta que se resuelva la disputa sobre Nagorno Karabaj. “Ambos deben tomar las medidas necesarias para unirse a la Convención sobre Municiones en Racimo sin demora”, dijo Human Rights Watch.

“Independientemente de las obligaciones específicas de los tratados, todas las partes en el conflicto están obligadas por los Convenios de Ginebra y el derecho internacional consuetudinario y deben respetar los principios fundamentales del derecho internacional humanitario, que exige que las fuerzas armadas distingan entre combatientes y civiles, y entre objetivos militares y civiles en todo momento. También está prohibido llevar a cabo ataques indiscriminados o ataques que causen un daño civil excesivo a la ventaja militar concreta anticipada”, agregó HRW.

“El uso repetido de municiones en racimo por parte de Azerbaiyán debería cesar de inmediato, ya que su uso continuo aumentará el peligro para los civiles en los próximos años”, advirtió Goose.

Human Rights Watch identificó los restos de cohetes de municiones en racimo de la serie LAR-160 de producción israelí y submuniciones de doble propósito M095 sin detonar en Stepanakert y Hadrut. Cada cohete lleva 104 submuniciones y cada submunición está equipada con un mecanismo de autodestrucción. Azerbaiyán recibió estos cohetes y lanzadores de superficie a superficie de Israel en 2008-2009. Según HRW, ni Armenia ni Artsaj (Nagorno Karabaj) almacenan municiones de racimo, “pero poseen lanzacohetes de varios cañones capaces de transportar estas armas”.

“Human Rights Watch identificó la submunición de doble propósito M095 producida en Israel en cada lugar. Cuando esta submunición detona al impactar, produce fragmentos de metal preformados letales y un chorro de metal fundido destinado a destruir vehículos y material. Human Rights Watch observó cientos de impactos distintivos de las submuniciones M095, así como los restos de las cintas de estabilización de nailon de color rosa en tres vecindarios de Stepanakert”.

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