Janasór, una demostración de fuerza contra la “mano de obra desocupada”

26 de julio de 2022

Esta semana se cumplen 125 años de la gesta que fue punto de inflexión en la lucha por la emancipación nacional. La retaliación como instrumento clave de acción política.

El período histórico que va de 1895 a 1907, fue de consolidación de la estructura política de la FRA-Tashnagtsutiún, un partido que se había fundado en 1890 y que en poco tiempo logró transformarse en la columna vertebral de la Causa Armenia en todo el Cáucaso y la Armenia Histórica, para esa época en los territorios orientales del Imperio Otomano.

Pero, además, fue un lapso de tiempo signado por numerosas acciones armadas en contra del ejército regular turco, a las órdenes de las arbitrariedades del Sultán Abdul Hamid II contra los armenios.

En paralelo, y como parte de la organización política de la FRA, se buscaba sensibilizar a las potencias occidentales y la Rusia zarista sobre la situación que vivían las poblaciones armenias, sometidas en forma casi cíclica a saqueos, incendios de aldeas, violaciones y asesinatos en masa, por parte de las tropas otomanas.

Aquí también intervenían otros grupos de súbditos musulmanes, entre ellos kurdos, tártaros (hoy azeríes) y circasianos, siempre dispuestos a quedar bien con el poder de turno y hacerse, de paso, con propiedades y tierras de los armenios expulsados o lisa y llanamente asesinados. 

Acción directa

El historiador y dirigente político Surén Hovannisian, menciona a la toma del Banco Otomano en Constantinopla (Estambul) de agosto de 1896 como el acto inaugural de una serie de sucesos que marcarían la vida de la FRA-Tashnagtsutiún y los armenios en general en la próxima década.

El objetivo principal de esta acción fue llamar la atención de las embajadas occidentales en la capital otomana sobre la situación de los armenios y el pedido de reformas, en el marco de las leyes del Imperio. Incluso logró que la Causa Armenia llegara a los escenarios políticos y los parlamentos de las potencias europeas.

El segundo acto en esta sucesión fue la expedición a Janasór, en la frontera entre Persia (hoy Irán) y el Imperio Otomano. El hecho tuvo lugar entre el 25 y el 27 de julio de 1897, pero fue tuvo un carácter muy distinto al del Banco Otomano.

Sólo dos años después, en 1899 tuvo lugar a expedición de Jasdúr, cuyo objetivo fue limpiar la frontera ruso-turca de efectivos militares otomanos, que buscaban fortalecer la zona para obstaculizar el paso de las poblaciones de Armenia Oriental a la zona occidental. No sólo de personas, bienes y alimentos, sino también de pertrechos y armas.

En 1901 tuvieron lugar enfrentamientos en el Monasterio de los Apóstoles (Arakelóts Vank). Las fuerzas turcas habían rodeado la iglesia, sitiando a gran parte de la población de las aldeas cercanas. Aquí intervinieron el general Antranig Ozanyan y Kevork Chavúsh, entre otros, quienes durante 19 días lucharon para romper el cerco y salvar a los sitiados, cosa que finalmente se logró.

El levantamiento de Sasún en 1904, fue todo un hito para el movimiento de emancipación nacional armenio. Una vez más fueron figuras prominentes  Antranig y Chavúsh pero también Kerí, Hrair Tyójk, Murad, Sebuh, Smpad, Gaydzág Arakél y otros.

En 1903 tuvo lugar un hecho inusitado contra el poder zarista en Transcaucasia. En verdad, los antecedentes se remontan a 1885, cuando el zar Alejandro III ordenó cerrar los colegios armenios en toda la región. Unos 20.000 alumnos y 2.000 maestros fueron afectados, aunque no hubo ninguna protesta, ni pedido de mantener la enseñanza del idioma.

Todo cambió 18 años después. Cuando en 1903 el zar Nicolás II el poder ruso quiso tomar por la fuerza las pertenencias de la Iglesia Armenia, la población armenia de Transcaucasia salió a las calles e incluso en algunos lugares hubo enfrentamientos armados con las tropas zaristas.

Es que el impulso revolucionario ya había logrado impregnar la mente de los armenios, que habían decidido ir en busca de sus derechos y su libertad política y social.

Castigo ejemplar

En esta lógica de época, la expedición de Janasór fue una acción exclusivamente punitiva contra la tribu kurda Mazrig, que el año anterior había actuado a traición y asesinado a miles de armenios en Van.

Durante una semana la zona de Aikesdán (Ciudad Jardín) fue escenario de duros combates entre turcos y armenios, hasta que finalmente, tras una negociación y la promesa de respetar la vida de los armenios alzados en armas, el Gobierno les dio un salvoconducto para llegar a Persia, escoltados por tropas otomanas.

Sin embargo, una vez más, camino a la frontera cerca de 1000 armenios fueron masacrados por soldados turcos y hordas kurdas. Tras los sucesos, Van fue atacada nuevamente.

En su libro “Tigris ardiente: el genocidio armenio y la respuesta de Estados Unidos” (2004), Peter Balakian destaca que según el vicecónsul británico ante el Imperio Otomano, W.H. Williams, unos 20.000 armenios fueron asesinados y cerca de 350 aldeas resultaron destruidas.

La respuesta no tardó en llegar. Durante la Asamblea General de la Federación Revolucionaria Armenia en Tiflís, en el otoño (septentrional) de 1896, se decidió emprender una expedición a Janasor para retaliar a los kurdos, por los hechos de Van.

La decisión no fue consensuada. Mientras algunos activistas como “Ishján” (Hovsep Arghutián), “Vartán” (Sarkis Mehrabyan) y “Vazkén” (Dikrán Deroyan) eran partidarios de no abrir un nuevo frente de conflicto tras la toma de Banco Otomano en Constantinopla el 26 de agosto de 1896, finalmente se impuso la moción de Nigol Tumán de marchar hacia Janasór y dar su merecido a la tribu Mazrig.

Se organizó un grupo de 275 fedayíes al mando de Sarkis Mehrabyan, luego apodado “Janasorí Vartán” (Vartán de Janasór), con 40 hombres a caballo. Otros miembros relevantes de la expedición fueron Nigol Tumán, “Garó” (Aristakés Zoryan, hermano menor de Rostom, fundador de la FRA), Harutiún Shahrikian, Vazkén, “” (Baghdasar Kurkén Malian), Sevkaretsí Sako, Kristapor Ohanian y Kalust Aloyan, entre otros.

Al llegar a Janasór en un valle rodeado de colinas, se decidió dividir el grupo en cuatro frentes para rodear la aldea. Los combates duraron dos días, pero en verdad, en pocas horas la operación de retaliación ya estaba concluida en lo medular, que no era otra cosa que el exterminio de la mayoría de los hombres kurdos en edad de combatir.

Aquí es necesario resaltar que el código de honor de los fedayíes impedía atacar a mujeres y niños. Sólo fueron muertos los hombres, a las mujeres y menores se les perdonó la vida. Esto fue recogido incluso por el floklore en la canción popular que recuerda las acciones en Janasór.

Y justamente ésta fue la coartada que utilizó el jefe tribal mazrig, Sharaf Bey, quien logró eludir el asedio armenio “disfrazado de mujer”. El saldo final de la operación fueron la tribu kurda completamente diezmada -unos 300 combatientes- y 25 víctimas por el bando armenio, entre ellos Garó, el hermano de Rostom, de sólo 26 años.

Así, Janasór fue un triunfo militar, pero por sobre todas las cosas, constituyó una victoria moral y un fuerte impulso a la autoestima de la población armenia en la difícil batalla por la libertad.

Carlos Boyadjian
Periodista
coboyadjian@yahoo.com.ar

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