Kars, la joya turística de Turquía que encierra la historia de un saqueo colosal
Hace un siglo la histórica rivalidad entre turcos otomanos y rusos derivó en amor por conveniencia a expensas de los armenios. La pérdida de Kars puede resumirse como la crónica de una traición anunciada.
Pocas cosas enervan más a cualquier bien nacido que el robo y el saqueo descarado. Y en ese terreno de la falsificación histórica, la estafa y la apropiación indebida los turcos son, por lejos, los campeones mundiales. Y los armenios, los eternos perjudicados.
A lo largo de los siglos los diversos gobiernos turcos han desarrollado y depurado políticas específicas para el saqueo. La saga arrancó con los selyúcidas en los siglos XI y XII, pasando luego a los otomanos en todas sus versiones, expansionista, despótica, ortodoxa o reformista, hasta llegar a los nacionalistas, kemalistas y turcos modernos a principios del siglo XX.
Esto incluyenhoy también a los hermanos menores azerbaiyanos, que se enorgullecen de la destrucción y el saqueo del patrimonio y la herencia culturales armenios en Najicheván y Artsaj.
Días pasados buscando una información en el sitio web de la CNN en su edición original (en inglés), me sorprendió un enorme banner, a cinco columnas y dispuesto como cabezal del portal, en el que se destacaba una imagen de la abandonada y semidestruida Catedral de Ani, en la histórica provincia armenia de Kars, hoy en territorio turco. ¿Qué tiene que hacer una iglesia armenia en la página principal de la CNN?, pensé.
Aní, imán para el turismo
El anuncio pertenece al sitio goturkiye.com e invita a conocer los atractivos turísticos de Kars y, por añadidura, deleitarse también con otras bellezas de ese país. “Kars es un destino turístico modesto, en el que los visitantes suelen saber que han visitado una ciudad que representa las muchas maravillas de Turquía”, señala el anuncio.
Pero la propuesta va más allá. Se ensalza la fabricación de queso “arraigada en la historia de Kars”, y también las “historias de los antiguos colonos”. Con absoluta desfachatez invita: “A poca distancia en coche al este de la ciudad se encuentra una zona con un patrimonio multicultural que abarca más de 5000 años: el sitio arqueológico de Ani, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco”.
Lo que siguió fue lo que justifica el malestar narrado al comienzo de estas líneas. “En el apogeo de su poder en los siglos X y XI, Ani fue la capital del reino medieval de los Bagrátidas y un importante puesto en la Ruta de la Seda”.
“Los visitantes modernos pueden dedicar un día entero a explorar el lugar y admirar la proeza arquitectónica de estructuras notables, como la Puerta de los Leones, el Caravasar selyúcida y la Catedral de Ani. La catedral, una de las varias casas religiosas que se han desenterrado, es una pequeña muestra de cómo Ani se ganó su reputación como "la ciudad de las 1.001 iglesias".
Como se verá, ni media palabra de la milenaria presencia de los armenios en la zona. Incluso la referencia a los Bagrátidas se presenta en forma intencionalmente ambigua. En verdad, los Bagrátidas no son otra cosa que la dinastía armenia Pakraduní, que reinó entre los años 880 y 1045, desapareciendo justamente por la llegada de las hordas de turcos selyúcidas desde el Asia Central. Comenzó así una historia de saqueo de casi mil años.
La sombra de Nshteh
Pero la pregunta que subyace aquí es por qué Kars está hoy en territorio turco si la provincia homónima formaba parte de la República Democrática de Armenia, que tuvo vigencia entre 1918 y 1920.
Cuando el 2 de diciembre de 1920, hace exactamente 104 años, las tropas bolcheviques entraron a Ereván y tomaron el poder, apoyados por los bolcheviques armenios que boicotearon y sabotearon al gobierno democrático de Armenia, se abrió en ese momento un período crítico que, en alguna medida, explica muchos de los problemas geopolíticos de la actualidad.
En el inestable período de la post sovietización de Armenia, la situación política y social del país era muy delicada. El gobierno bolchevique comenzó una caza de brujas de los dirigentes tashnagtsagán, con detención, juicios y sumarios y ejecuciones, por lo que la mayoría de los miembros del antiguo gobierno buscaron refugio en Syunik, donde el comandante KarekínNshteh se había hecho fuerte y resistía con escasas fuerzas, pero gran determinación, los ataques combinados de turcos, azeríes y comunistas.
El 25 de diciembre KarekiínNshteh proclamó la República de Syunik, sumando los distritos de Zangezur, Kapan, Tatev, Darbas, Genvaz y Sisian. La situación era a la vez tensa y endeble, en cuestión de días la balanza se podía inclinar hacia un lado u otro.
Lo concreto es que mientras las persecuciones a los dirigentes nacionalistas tashnagtsagán se sucedían en todo el país, el gobierno bolchevique instaba a Nshteh a deponer las armas.
La revolución
El hombre fuerte de Syunik, en tanto, se negaba a ceder Artsaj a los azeríes y en un crudo invierno tenía relativo éxito en el campo de batalla. Mientras tanto, el 18 de febrero de 1921, una rebelión popular estalló en Ereván.
El pueblo desafió al gobierno provisional que se había establecido el 2 de diciembre, que perdió el control de la calle donde se combatía a fuego cruzado. Se formó un Comité de Salvación Nacional a cargo del último primer ministro de la República Democrática de Armenia, Simón Vratzián.
Es el mismo encumbrado dirigente que en 1963 viajó a Buenos Aires para inaugurar el Colegio Jrimián de Valentín Alsina, del que fuera director su amigo y ex secretario general del gobierno de Armenia, Hovannés Devedjian.
La insurrección duró cerca de 45 días y el 2 de abril de 1921, el poder soviético retomó el control de la situación y proclamó la República Socialista Soviética de Armenia. La represión fue brutal y nuevamente los dirigentes nacionalistas se refugiaron en Syunik, pero la situación ya era crítica.
El 26 de abril de 1921 Nshteh anunció el surgimiento de la República de Armenia Montañosa o Lernahayastán. Pero todo iría a complicarse y la presión era cada vez mayor. El 2 de julio el comandante en jefe Karekin Nshteh debió capitular, no sin antes arrancar el compromiso a las autoridades bolcheviques de que Syunik formaría parte de la República Socialista Soviética de Armenia y no de Azerbaiyán, cosa que efectivamente ocurrió. Nshteh y los otros dirigentes se refugiaron en Irán a través del paso de Meghrí.
La maldita alianza
Mientras tanto Turquía y Rusia iban tejiendo la telaraña que ahogaría aún más a Armenia. El 16 de marzo de 1921, la Gran Asamblea Nacional de Turquía, liderada por Mustafá Kemal Atatürk, y la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, manejada por Vladimir Illich Ulianov (Lenín), firmaron el Tratado de Amistad y Hermandad Turco-Soviético o simplemente Tratado de Moscú.
Cabe aclarar que en ese momento el gobierno legítimo de Turquía y reconocido internacionalmente era el del sultán Mehmed VI, que no suscribió el tratado, y que la Unión Soviética aún no existía, por lo que algunos analistas cuestionan la validez del tratado.
Allí, Atatürk y Lenínnegociaron la entrega de Kars a Turquía. Ese y no otro es el origen de las “maravillas” que hoy invita a ver goturkiye.com en el anuncio. Una traición que los rusos impusieron a las ansias de independencia de los díscolos armenios.
Según el artículo VI del tratado se declara nulos los tratados concluidos anteriormente entre Rusia y Turquía, mientras que el artículo II establece que, Turquía ceda a Georgia la ciudad y el puerto de Batum sobre el mar Negro, mientras que a cambio el óblast de Kars quedó para Turquía.
El artículo III, en tanto, creó una región autónoma en Najicheván, bajo el protectorado de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán y por el artículo V, las partes acordaron delegar la elaboración final del estatus del mar Negro y los estrechos (Dardanelos y Bósforo) a una futura conferencia de los Estados costeros.
Para eso, Turquía reclamaba respetar la “completa soberanía” y seguridad del país y “su capital Constantinopla”. Se iba diseñando así un mapa en el que Armenia perdería cerca del 50% de su territorio.
Carlos Boyadjian
Periodista
coboyadjian@yahoo.com.ar