En Jrimian están convencidos que la armenidad no solo se hereda sino que también se puede adoptar. Y así apuestan por una formación multicultural. No es fácil el desafío pero poca cosa más gratificante, sin dudas. Contemplando la emoción y la satisfacción en las caras de sus conductoras, es inexorablemente el camino a seguir.

“La aspiración del Colegio Jrimian es la formación de personas solidarias y comprometidas”

01 de enero de 2020

Diario ARMENIA se reunió con sus directoras y así saber cómo llevan su propuesta educacional. Nos recibieron Graciela Ainajyan, directora de Gestión Educativa junto a Sandra Raubian, directora de secundario, Liliana Alfonso, directora de primario y Gabriela Marra, directora del nivel inicial. Cuatro mujeres a cargo de 750 chicos y personal de la escuela. Uno piensa en Valentín Alsina, uno de los primeros lugares donde llegaron los nuestros, se asentaron, construyeron una iglesia y una escuela (como en Flores, en Palermo, Belgrano, Córdoba y más) porque es todo lo que importa: mantener e incentivar la construcción cultural para que los cimientos sean fuertes. Los tiempos, en un sentido evolutivo de adaptación más que de crecimiento nos enfrentan a una realidad muy diferente a aquella primera. Establecidos en la sociedad argentina, nos acomodamos adoptando el mate para comer el keté.

Jrimian es un espacio donde todo lo que imaginamos debía ser en el futuro, lo representa. Con la bandera de Derechos Humanos antes que cualquier otra, el colegio enfrenta valiente el reto. “Jrimian es más que una escuela donde donar sangre o participar de Red Solidaria para Frío Cero”, empiezan diciendo estas mujeres que contagian su labor. “Jrimian es un intento de una formación mucho más integral de lo que lo académico puede brindar”, aseguran y esa misión de origen, que es la difusión de la cultura y la Causa Armenia es la primaria, esas cosas nunca cambian. ¿Obstáculos? Muchísimos. Pero ya dijimos que son cuatro profesionales de maestría: pueden con todo.

“El objetivo fundacional sigue siendo educación armenia para los armenios. En la medida que evolucionó la vida, no solamente la escuela, fue educación armenia para todos los que la consideren relevante para su formación”, dicen.

¿Qué es educación armenia?

Educación armenia incluye los valores armenios, los que se transmiten desde la cultura y tiene que ver con la Causa Armenia. Esta escuela se fundó por los sobrevivientes del Genocidio, por los exiliados: tenían una misión. Esta gente cuando vino, pensó en un lugar donde transmitir su cultura para que no se pierda, difundirla, recuperar territorios, la memoria colectiva. Esta es la marca de origen. Eso era solo para los armenios y por qué no para todos, se puede universalizar todo. Llevó muchos años volver a encontrar el faro. Cuando nos propusimos ir hacia la defensa de los derechos humanos, de los pueblos, de las personas, el respeto, la no discriminación; se va caminando, y no es fácil. Entonces, si decimos esto, no podemos expulsar al que se porta mal, no es coherente. Todos los proyectos valoran lo colectivo, lo colaborativo, lo grupal. Además, cómo resignificar la presencia del otro. Darnos cuenta de que siempre hay otro al lado tan importante como yo, de que el término justicia o injusticia nos incluye a los dos, darnos cuenta que si lo hacemos juntos, es más fácil, productivo, exitoso. Vamos a contramano de todos los principios sociales de la época.

Llaman la atención los murales tanto fuera como dentro de la escuela.

Por ejemplo, los murales, lo que se ve a la entrada del colegio, son construcciones colectivas puras. Los pibes resuelven en conjunto cuál va a ser la obra que esa promoción va a pintar, eligen los colores, reversionan un determinado pintor y no otro. Deciden si va a tener que ver con la pintura armenia o pintura universal. Salen a pintar. Es un trabajo de día a día, tenemos también inclusión de nenes con dificultades. Hay nuevas cosas para ir evaluando y trabajando y conociendo, cómo trabajar con esos chicos. Tenemos muchos proyectos de integración. Hay chicos con distintas discapacidades. La idea es darles la oportunidad de ver cómo es el mundo, de tener una sensibilidad especial y de esperar tiempos que quizás otros grupos, que no tienen esta problemática dentro de su sala y tienen la posibilidad de no esperar a la docente que tiene que trabajar a este nene primero o darle una indicación primero y esperar el resto del grupo. La escala va a en contramarcha con la sociedad. La sociedad valora lo individual, lo particular y poco lo colectivo, lo solidario. Todavía hay familias que añoran la época dónde se destacaba el mejor promedio, la asistencia perfecta, el cuadro de honor. Permanentemente hay una contradicción entre lo que se dice socialmente y lo que nosotros planteamos. Por eso nos cuesta tanto.

¿Cómo los ve la comunidad?

Hay cuestiones que son ley. A veces el contexto externo ayuda a seguir tu ideología, y otras condiciona, obstaculiza. Nosotros tuvimos un contexto externo que nos ayudó a fortalecer nuestro proyecto. Fuimos fuertes.

Estamos hablando de un contexto político.

Claro, político, social. Y la importancia de los derechos humanos, de nuevas organizaciones que luchan contra la vulneración de derechos, una educación sexual integral, el respeto que se le da convivencia. Todos esos ejes que fueron impuestos, porque por ley llegaron. La verdad es que a nosotros no nos costó. Bailábamos con esa música al compás. Pero nosotros ya estábamos convencidos de que este es el camino porque vimos los resultados.

Los resultados. Llega fin de año y el balance quizá sea un poco contemplar no solo estos hechos desde los murales, o los trabajos que hagan en conjunto. ¿Cómo sabemos que es una buena escuela?

En lo académico, la única manera, como fehaciente, ha sido óptimo. El egresado de secundaria de Jrimian recorrió todos los niveles. Las respuestas tienen que ver con los que vuelven, con los exalumnos que nos dicen “me tomaron el primer parcial y ese material ya lo había leído”. Que los chicos puedan tener un buen pasar en la universidad, que puedan volver y que algunos elijan esta escuela para mandar a sus hijos ya es más que satisfactorio. Desde lo académico, nos parece que Jrimian es mucho más, por lo menos en la aspiración que tenemos como equipo de conducción y la formación de personas solidarias, comprometidas, luchadoras, activistas ciudadanas. Cuando nosotras contamos esto parece el colegio ideal, el mundo ideal, pero no es fácil. Es la convicción de decir: ¿vale la pena lo que estamos haciendo? La convicción de la pasión por educar, por enseñar, por creer que nosotros vamos a transformar la sociedad. Porque cuando dicen “esto no cambia más”, dan ganas de renunciar. Acá tenemos comunicación entre los tres niveles. Si primaria plantea un proyecto solidario, jardín lo apoya y así. Es un trabajo en conjunto. Ellas saben cómo es el diseño curricular de jardín y qué cosas están cambiando. Cada una sabe cómo son las pautas de los diseños curriculares de las otras. Se trata de ser criterioso. No se usa la misma estrategia en cada uno de los niveles, pero el criterio es el mismo.

La escuela tiene un espacio de formación para docentes de armenio y de capacitación en cultura armenia para todos los docentes. Semipresencial. Lo pueden hacer a través del campus virtual. “Porque esto también llevó un tiempo entender: del Genocidio hablan solo los armenios, ¿los otros no pueden hablar?”, nos siguen contando.

El viaje a Armenia

El Colegio Jrimian hacía 20 años que no viajaba a Armenia, pero como decíamos antes: se acomodaron a los tiempos: “Queríamos tirar la semillita y no prendía. El tema se hablaba, había padres que no querían, había promociones que decían que no, de todo hemos escuchado. Por el costo, que no iban a trabajar tanto. Hasta que apareció un grupo de chicos de segundo año que plantearon que ellos querían viajar a Armenia. Debían hacer una carta firmada por todos y se la presentaron a la Comisión Directiva. La hicieron. Nos vino bien eso porque había mucha hipótesis de que era la escuela la que no quería generar el viaje. Este grupo fue pionero. Muchas veces ha pasado que los que traen la fortaleza para sostener el proyecto son los chicos”, cuentan entusiasmadas, “porque nosotros lo tenemos, pero solo con los grandes no alcanza y el deseo hace que funcione. Acá el deseo de los adolescentes más el de los padres y la institución hizo que se lograra”.

¿Cómo se organizan?

Si bien en forma paralela, incluso antes de que se pensara el primer viaje a Armenia, se empezó con los campamentos. Esto genera una movida importante, de gente, económica. Se hicieron los campamentos de primaria, ¿cuál es el propósito? Buscar la fundamentación, pensarlo en equipo. Hacer la nochada, animarnos a hacerlo con jardín, pasar la noche. Ir a otros lados, Tandil, Ezeiza, viajes de aventura; todo termina en Armenia. Entonces ya todo pensamos en sintonía con el viaje a Armenia. Siempre considerando todas estas acciones con lo que llamamos viaje de estudios, que todo tenga una fundamentación, un sentido pedagógico. También el viaje a Armenia es un viaje de estudios. No es un viaje de egresados, Tandil lo mismo. Y la nochada no es el viaje de egresados de jardín. Son cosas que van por fuera. En Armenia, por ejemplo, el idioma les costó. Les cuesta mucho, nos cuesta enseñar el idioma. Tal vez sea la parte de la cultura armenia más difícil de transmitir, de sostener. Porque uno sabe que enseña inglés porque es idioma universal. Armenio no es un idioma que en la utilidad sea importante, salvo que tengas decidido ir a vivir. Hay que encontrarle una vuelta a la enseñanza y de alguna manera el viaje a Armenia es en un sentido un pequeño faro. Hubo chicos que empezaron a aprender a armenio porque iban a viajar. Ahí entraba la primera contradicción. Si es una escuela armenia para todos, por qué solo los armenios tenían la obligación de hacer lengua. El armenio te dice: ¿él se puede ir y yo me tengo que quedar? Entonces, ¿es un castigo? Ya en 2012, desde jardín, fue jornada completa con armenio. Fue un “si querés irte de la escuela, te vas”. Con el temor de que se fueran. Y no se fueron. Y fueron pasando de jardín a primaria y hoy ya están en primer año de secundaria. Este es el primer grupo de secundario en el que todos cursan lengua armenia. El resto que viene de un plan viejo, todavía no, así que vamos a ir creciendo con este grupo. Estos son nuevos niños, con nuevos docentes y nuevas familias.

Hacía muchos años que sentíamos esta presión con los chicos: tenían que aprender a leer en castellano, en armenio y en inglés. Y con letras distintas. Este año se implementó una nueva modalidad donde primó la oralidad, la circulación de la palabra y lo lúdico. Y la no traducción, el sostener la palabra en armenio para retar, para saludar, para abrazar, para contener, para todo. En primer grado de primaria tenemos docentes de artística, de expresión corporal, danza y una de juego. Todas las actividades en armenio y trabajando en conjunto. Así son nueve horas de lengua armenia semanales.

¿Y la respuesta de los chicos?

Mucho mejor que a los adultos. Siempre se adapta, aprovecha y disfruta de la situación. Se engancha con el desafío. Primero dice no entiendo y después habla. En sala de 3, cuando la maestra empieza a hablar en armenio, ellos entienden perfectamente y no se enojan si no entienden, tratan de mirar al otro, de copiar. Siempre somos los adultos los que queremos que no pase por la frustración. Desde todos los niveles y todas las áreas tratamos de corrernos. El armenio no es la lengua materna. Con lo cual, el aprendizaje tiene que ir siguiendo a la lengua materna.

¿Creen que los colegios armenios cambiaron en este sentido?

Todos los colegios están haciendo el intento, cada uno le encontró una vuelta de acuerdo a sus características y a las de la conducción de esa escuela. Nosotros estamos haciendo un proyecto para sala de 3, primer grado y primer año. Creo que no hay otra escuela que lo esté haciendo en secundaria. Porque cuando hablamos de jugar todo en armenio en jardín, todos te van a decir ya lo estamos haciendo. En primaria también, nadie se va a sorprender. Hay que deconstruir una manera de aprender y una de enseñar. El chico, que desde jardín lo venimos “alumnizando” para que haga todo lo que le pedimos, de golpe le decimos que no es así. Entonces no entiende. “¿Y cómo? ¿Esto no tiene nota?”. El objetivo era evaluar la comprensión. el primer objetivo que habíamos planteado para el primer año del secundario, era utilizar la metodología de talleres incluyendo lo lúdico en un espacio desestructurado. No sé si los pibes podían hablar durante todo el tiempo en armenio pero todo eso era en armenio. Se hizo un trabajo sobre huerta, entonces los chicos que ya habían trabajado las partes de las plantas pudieron hacer un trasplante de las plantas a sus propias macetas y se las llevaron. Con un jardinero que hablaba armenio, claro.

¿Cómo se imaginan al futuro egresado de la escuela Jrimian?

Solidario. Con la cabeza muy abierta. Comprometido. Profundamente humano. Libre, con pensamiento propio, y esto a veces juega en contra porque se los quiere críticos y luego hay que sostenerlo.

Lala Toutonian

Pablo Kendikian

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