La crisis ruso - turca puede afectar a Armenia
La situación creada en la región luego del derribo del caza SU-24 es seguida con mucha atención por todo el mundo, pero por lo bajo también es una enorme preocupación para los expertos armenios que temen que el desencadenamiento de un conflicto armado pueda afectar negativamente al país.
Por el momento la retórica belicista domina un escenario donde tanto Moscú como Ankara tapizan de veladas amenazas de guerra o proponen drásticas medidas económicas bilaterales. En este contexto sería Turquía quien soporte el mayor daño: Medios turcos aseguran que de interrumpirse el comercio bilateral, el país perdería unos 9.000 millones de dólares al año lo que incidiría en un descenso del 0,5 % de su PBI. El perjuicio sería mayor aun si se reduce el flujo turístico ruso hacia las playas turcas de Antalya. Se calcula que son más de cuatro millones los turistas de ese origen que eligen Turquía para sus vacaciones.
En el plano interno, Turquía tiene otro problema. Alrededor del 60% del gas natural que consume proviene del gigante ruso. Sustituir ese abastecimiento no le será sencillo siendo uno de los posibles nuevos proveedores Azerbaidján. Pero en este punto es imprevisible el resultado de las gestiones por los profundos compromisos que mantiene Bakú con Moscú.
Por eso no es de extrañar que el déspota Aliev haya opinado poco o nada acerca del enfrentamiento en curso. Apenas algunas declaraciones de forma de su canciller Mammedyarov encontraron eco en la prensa de ambos países.
En tanto, Moscú sigue reforzando su presencia militar en la frontera armenio-turca. Debemos recordar que la base rusa N° 102 con asiento en Gyumrí tiene más de cinco mil efectivos con alto grado de entrenamiento militar, además de dos decenas de modernos cazas de última generación y otros tantos helicópteros de guerra. En los últimos días crecieron los rumores en dirección a que Moscú desplegaría sus tropas a los largo de la línea fronteriza.
Las perspectivas de un conflicto armado son preocupantes pues el mismo podría desarrollarse sobre territorio armenio con todo lo que esto significa. Armenia corre el riesgo de verse involucrada en una guerra que puede resultarle atrayente desde el punto de vista antiturco que domina a su población. Sin embargo, la realidad puede golpear duramente con su arsenal de destrucción y muerte.
Moscú activó un juego de guerra que también involucra a la OTAN, alianza que integra Turquía y que según al decir de muchos expertos difícilmente Ankara haya tomado en soledad
la decisión de atacar y destruir el avión de guerra ruso.
Por otra parte, en los últimos días se produjeron nuevos y más cruentos incidentes en la línea de contacto entre Armenia, Artsaj y Azerbaidján. Bakú envió un poderoso tanque de origen ruso para atacar las líneas armenias generando al menos una baja mortal entre las filas propias.
Y como ocurre cada vez que los azeríes atacan, las fuerzas armadas armenias aplicaron una vez más acciones punitivas sobre objetivos del enemigo.
La cuestión es que cada día que transcurre se profundiza el diferendo ante la mirada pasiva de los mediadores del Grupo de Minsk que parecen haberse acostumbrado al estado de beligerancia y ya el ruido de las bombas poco les preocupa. Están demasiado lejos para ser víctimas de ellas.
Jorge Rubén Kazandjian