La fuerza que rompe las fronteras

02 de septiembre de 2019

Dos hechos impactaron en las redes sociales y conmovieron a los armenios en los ultimos días. Primero, una nueva escalada a la cima del simbólico monte Ararat por un grupo de descendientes de armenios oriundos de distintos puntos del planeta, entre los que se encontraban dos argentinas. Segundo, otra delegación de jóvenes de la diáspora armenia cantando en su idioma natal dentro de la Iglesia Armenia Aghtamar en Van.

Dos hechos distintos, dos grupos diferentes: un mismo efecto y un mismo significado ante la realidad en que las forzadas fronteras políticas han dejado prisionero a gran parte del patrimonio cultural y territorial del pueblo armenio en manos ajenas.

Siendo testigos de la ceguera y de la indiferencia a las injusticias y sus consecuencias por parte de la comunidad internacional al permitir que Turquía usurpe y custodie, cual carcelero caprichoso, parte de la mística y la historia armenia, se ha iniciado hace tiempo un goteo incansable e incesante hacia la fuente natural de nuestra esencia.

Sucede cada vez con más asiduidad la ruptura de ese lazo artificial creado entre Turquía y los tesoros armenios, sin poder detener el magnetismo y la santa comunión que mantienen estos emblemas con su gente. Seguirán multiplicándose los reencuentros, crecerá en cada corazón armenio del mundo la necesidad de volver hacia su esencia.

Sentir esa fuerza misteriosa, envueltos en una magia inexplicable, mientras cada individuo juramenta fidelidad eterna con cada centímetro de su tierra ancestral, ella nos huele y reconoce comprendiendo que el regreso es posible.

Hagop Tabakian
Comité Central de la FRA
htabakian@yahoo.com.ar

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