La historia detrás de la campaña para construir búnkeres por los ataques de Azerbaiyán

02 de agosto de 2020

Los últimos ataques por parte de las tropas de Azerbaiyán a la región de Tavush, sumando las manifestaciones anti armenias alrededor del mundo, reflotaron el constante interrogante: ¿Hasta dónde llega la provocación azerí?

Mientras miles de armenios de la diáspora hacen frente al enemigo conquistando calles de grandes ciudades y sombreándolas de rojo, azul y naranja; George Tabakyan hace lo suyo en Armenia. Este repatriado que nació en el Líbano, vivió diez años en Dubái y reside en Armenia desde el 2011, está fervientemente convencido de que las aldeas fronterizas, junto con el Ejército, constituyen la primera línea de defensa del territorio armenio.

George siente el deber moral de hacer su aporte y así lo ha hecho desde que puso un pie en su madre patria. Actualmente es director ejecutivo de la Fundación Arar, que trabaja con las Fuerzas Armadas y es asesor del Ministro de Defensa de forma voluntaria. A su vez, ha liderado desde hace años la ONG Sahman, dedicada a fortalecer pequeños emprendimientos agrícolas en pueblos de Tavush con el fin de optimizar la situación socioeconómica de las familias, brindar una infancia segura a los niños y evitar la emigración de los habitantes. A raíz de sus programas, abundan las familias que han sido capacitadas para administrar sus propios invernaderos, los apasionados por la apicultura dando a luz miel orgánica de la región y niños preocupados sólo por cosas de niños.

George Tabakyan.

George dirige todo este trabajo, pero esta vez quiso ir por más. La construcción de nuevos búnkeres fronterizos es su actual proyecto, que lleva adelante junto a otros dos repatriados- Hrach Chaghatspanyan y Vartan Marashlyan- y la Fundación Pahapan (defensor). “Nuestra Fundación Pahapan ha construido muchos búnkeres subterráneos y cuartos seguros para escuelas y jardines de infantes en las aldeas fronterizas. Los alumnos los usan para protegerse ante cualquier emergencia. Durante la última agresión azerí, se utilizó una significativa artillería y un gran número de drones de combate para atacar aldeas civiles. Por eso, se necesitan más refugios para proteger a la población civil de Tavush”, aseguró George a Diario ARMENIA.

Este terreno cubierto por una alfombra verde de pradera alpina es de las regiones más bellas de Armenia, aunque también la más vulnerable. Consciente de ello, la Fundación Pahapan emergió para apoyar el desarrollo de la provincia mediante la implementación de programas sociales, culturales, educativos y económicos; la promoción del empleo y la inclusión juvenil, la paliación de la migración y el estímulo del turismo local. Sus acciones están atravesadas por un mismo eje: “Fortalecer la esperanza y la fe de los armenios en la Madre Patria”.

Desde la firma del cese al fuego con Azerbaiyán en 1994, las transgresiones a este documento fueron incontables. “El estado es guerra no declarada ya que el acuerdo y las violaciones permanecen vigentes a lo largo de toda la frontera con Najicheván, Gegharkunik y Tavush, no sólo en Artsaj. Estas violaciones consisten en disparos aleatorios, de francotiradores y, a veces, operaciones a gran escala. Lo que presenciamos en julio de 2020 fue otra aventura fallida de Azerbaiyán para extender sus puestos militares con vistas a nuestras aldeas Chinari y Movses. La agresión no logró alcanzar su propósito. Durante los 4 días de operaciones a gran escala, los azeríes utilizaron artillería armada y drones de combate para atacar a la población civil armenia. Por desgracia, tuvimos cinco bajas dentro del Ejército y una docena de heridos; pero afortunadamente sólo tuvimos un civil lesionado”, informó George.

Cerca de 23 comunidades de la provincia de Tavush se someten constantemente a ataques por parte de las fuerzas armadas del país vecino. A unos pocos kilómetros -tan sólo cinco- los niños juegan bajo el son de los disparos provenientes del otro lado de la frontera. Son unos 35.000 infantes – de una demografía de 128.609 habitantes en toda la provincia- que acostumbran a aguardar en refugios subterráneos hasta que la tormenta de fuego cese. Evidentemente, la construcción de estas bóvedas amortigua las pérdidas civiles.

Según George, aunque la ola de ataques ha culminado, la guerra no; y es probable que vuelva a suceder en el futuro cercano. Ello celebra la necesidad crucial de una solución sistemática a los fines de resguardar a los aldeanos en ambientes seguros. Bajo esta misión emergió la campaña #SahmanStrong en apoyo a la construcción de refugios de alta calidad en la región. “El búnker se construirá bajo tierra y albergará a unas 35 personas. La construcción será realizada por una empresa particular y estará ubicada en la aldea de Aygebar, que fue golpeada durante la última agresión azerí. Su construcción llevará dos semanas y se podrá utilizar en cualquier situación de emergencia”, afirmó George.

Un evento online -el lunes 3 de agosto a las 18 hs (Armenia) o 11 hs (Argentina) por Facebook- cortará las cintas de esta campaña que tiene la misión de recaudar alrededor de $15.000USD para la edificación del refugio. “Los invito a participar de este evento y difundir esta campaña en sus círculos. Por supuesto, todo apoyo financiero también es bienvenido”, expresó George.

Entonces, cada cual con lo propio. Cientos de jóvenes soldados realizan un trabajo brillante, hincados en las líneas de contacto como guardianes de estos territorios que se han preservado con tanto esfuerzo a lo largo de la historia armenia. Otros miles de habitantes eligen cada día continuar sus vidas en estas tierras vulnerables, expandiendo raíces difíciles de desenterrar. Por su parte, los niños hacen frente a la realidad del conflicto armado en busca de una infancia segura y feliz. Las comunidades de la diáspora aúnan su voz contra las agresiones azeríes en diferentes rincones del mundo. Mientras, personas como George se aferran a esta tierra y a su gente, incluso cavando decenas de metros por debajo de la tierra.

Betty Arslanian
Corresponsal en Ereván
beatrizarslanian@gmail.com

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