Ejemplos de vida

La lucha de la mujer armenia a 100 años del genocidio de armenios

10 de marzo de 2015

Sose-Mayrig-12Cuando en las primeras décadas del Siglo XX miles y miles de armenios dejaban sus tierras ancestrales para anclar en países extraños a su idiosincrasia. Lejos estaban de suponer cual seria su verdadero destino. Atrás quedaba el horror, el dolor y la impotencia, pero ante sus ojos se vislumbraba la esperanza de una nueva vida.

Pero en la Diáspora o en Armenia la mujer fue siempre la fortaleza que resguardó su identidad y luchó por la preservación de los derechos de su pueblo desde diferentes ámbitos, contextos y etapas.

Como olvidar entonces a aquellas verdaderas heroínas de principios de siglo, cuando las mujeres vivían generalmente a la sombra de sus esposos, dedicadas solamente a las tareas hogareñas y a la crianza de sus hijos, ellas supieron salir a luchar por  sus ideales a la par de los hombres.  Nuestra historia esta plagada de casos y vidas ejemplares.

Así, y un poco al azar, recordamos algunos nombres, Zaruhi Megavarian Saguian que cuando durante las terribles matanzas de 1915 miles de huérfanos quedan sin hogar y sin familia, ella encabeza un movimiento de detección y cuidados primarios para su sobrevivencia encaminándolos por la vida dentro y fuera de la patria, continuando dicha tarea aun tras la sovietización de Armenia y con grandes dificultades.

Sato Hagopian, mujer valiente e intrépida se encarga durante años de guardar y esconder archivos y documentos secretos de la FRA, tarea que le vale ser encarcelada al ser descubierta por las autoridades comunistas y liberada durante la gesta del 18 de Febrero, oficia también como la secretaria del patriota Karekín Neshté en Zankezur. Ya radicada en Paris es una de las fundadoras de la Regional Francesa de HOM.

Berdjuhí Bardisbanian Parseguian, nacida en Edvine, recibió una esmerada educación y su fuerte fue desde siempre la literatura y la pedagogía, el deseo genuino de enseñar a los niños. A su pluma se deben infinidad de poesías y narraciones posteriormente traducidas a  los idiomas inglés y francés. En el periodo de la independencia Berdjuhí es elegida miembro del Parlamento donde descolla por su singular capacidad. En 1915, durante la matanza de intelectuales es asesinado su esposo Sarkis por ser fiel a sus ideales, y en uno de sus más bellos poemas -publicado en “Hairenik”-  Berdjuhí reflexiona sobre su dolor e impotencia y su deseo de odiar a su patria y a la vez amarla en forma incondicional.

Pero en el marco de la historia contemporánea armenia, pocas mujeres han sido tan valoradas y enaltecidas en relatos, poemas, notas o en el maravilloso cancionero patriótico de nuestro pueblo, como Sosé Mayrig (foto) “La legendaria” en su lucha por defender y difundir los ideales de la FRA-Tashnagtsutiún, junto a su amado esposo Serop y fusil en mano pelea en las montañas por la liberación de Sasún, y ni la muerte de Serop y de sus dos hijos Antranig y Agop logran amilanarla. Su figura magra y erguida recordaba a los “Sosi” los típicos árboles que abundan en la zona del Caucaso, donde se yerguen, casi inmóviles, soportando los embates de la naturaleza.

Hoy,  las nuevas generaciones de la Diáspora, con mayores oportunidades para capacitarse e insertarse en las distintas disciplinas se destacan en campos tan diversos, como la literatura, la educación, la politica o las tareas institucionales

A cien años del genocidio que intentó borrar a los armenios de la faz de la tierra nos encuentra vivos, firmes y comprometidos y en ese compromiso es la mujer armenia quien debe reflexionar sobre su rol, dentro y fuera de la familia, la capacitación como arma de concreción de sus ideales sociales, políticos y culturales y su instinto maternal en el mejor camino para la transmisión de la identidad. La lengua, las tradiciones, el respeto a los antepasados y su historia, la casta cultura armenia en todas sus manifestaciones, son tesoros genuinos guardados para siempre.

A cien años del genocidio y con la gran Causa Armenia aun no resuelta, la mujer armenia tiene como profesional o como madre y esposa un largo camino por recorrer.

 

O.S.

 

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