La población entera de Artsaj desplazada por la fuerza: “Todo lo que construimos durante una vida lo dejamos atrás”

03 de octubre de 2023

Luego de los ataques a gran escala por parte de Azerbaiyán y tras el anuncio de disolución de la República de Artsaj, 100.500 personas abandonaron sus tierras y se trasladaron a Armenia por la única vía de comunicación que es el corredor de Berdzor (Lachin) que estuvo bloqueado durante más de nueve meses.

Con demoras que en algunos caos llegaron a las 40 horas, más de 22.000 vehículos cruzaron el puente de Hakari, donde Bakú instaló un puesto de control ilegal, y entraron a Kornidzor (Goris), donde fueron recibidos por la Cruz Roja Internacional y distintas ONGs.

La situación desembocó en una crisis humanitaria por la que diferentes países ya han enviado ayuda a los que se va a sumar Argentina. En este contexto, muchas de las personas que fueron exiliadas a la fuerza brindaron su testimonio en diferentes medios internacionales contando la delicada situación que atraviesan así como las difíciles situaciones que han atravesado hasta el momento.

“Fue una pesadilla. No hay palabras para describirlo. El pueblo recibió muchos proyectiles. Casi no queda nadie allí”, le destacó a Associated Press (AP) uno de los exiliados que prefirió no brindar su nombre.

Por su parte Infobae extrae información de AFP y destaca que Valentina Asryan, una mujer de 54 años que se vio obligada a abandonar el pueblo de Vank junto a sus nietos, comentó: “¿Quién hubiera pensado que los ‘turcos’ vendrían a este pueblo histórico armenio? Tuvimos 15 minutos para hacer las valijas y no pudimos ni decirle adiós. Espero volver”.

“Es muy duro, todo lo que construimos durante una vida lo hemos dejado atrás” lamentó otra de las refugiadas, que tampoco decidió dar su nombre verdadero, que refleja el diario El País de España.

En diálogo con este mismo medio, Yeram Sakaryan, quien durante el traslado perdió el contacto con sus hijos, explicó: “¡No me traje nada! ¡No tengo nada! Solo el pasaporte y mis documentos. Cuando ellos lleguen decidiremos qué hacer; no sabemos qué será de nosotros. Ahora mismo todo es incertidumbre”.

Susana es otra de las desplazadas que durante el viaje se vio alejada de sus hijos. Sin embargo, al reencontrarse con su familia en Armenia, se enteró que su hermano había fallecido: “Mi madre está hospitalizada porque durante la huida se comenzó a sentir mal, pero aún no le hemos dicho que su hijo ha muerto, piensa que únicamente tiene unas quemaduras”

“Estoy harto y cansado, no quiero servir en un Ejército nunca más. Me gustaría vivir en mi tierra, pero no bajo el control de Azerbaiyán. No sé qué ocurrirá ahora, probablemente nos iremos también de Armenia, quizás a Rusia”, le destacó por su parte al diario español Arkadi Abrahamyan, quien formó parte del Ejército de Defensa en el pasado.

Raya Avakyan tampoco sabe a dónde se dirigirán de ahora en adelante, pero expresa: “Es terrible, no hay palabras para describir lo que se siente al saber que no vas a regresar, pero todo el mundo está abandonando Nagorno Karabaj porque tiene miedo. No se puede dormir cuando en tu corazón solamente hay miedo”.

Foto: Irakli Gedeniedze -Reuters

En una nota de la agencia española EFE, Betty Arslanian, corresponsal de Diario ARMENIA y Audición Gomidas, contó su diálogo con Ashot que llegó a uno de los campamentos procedente de Martuni a bordo de un Lada junto a sus niños: “Ojalá que cuando ellos crezcan no recuerden estos días. Ojalá no resuene el hambre que pasaron este tiempo”.

Según relata Betty Arslanian, de muy destacada labor periodística en esta crisis, Ashot entró a la carpa de la Cruz Roja y preguntó con desesperación cómo conseguir 5 litros de combustible para que su hermano pueda salir del pueblo en el que vive. “Él tuvo que quemar su uniforme para que no lo reconozcan. No es militar, es un voluntario, como todos nosotros, y lo único que hicimos es defender a nuestra tierra. No somos terroristas como nos llaman ellos, somos una nación que solo quiere paz”.

Este sentimiento se repite en varios de los más de 100.000 refugiados que llegaron a Armenia en los últimos días. Ararat, quien está acompañado de su esposa Anahit, le comentó al diario El Mundo: “Tengo la sensación que nuestro país no existe más”. “Estoy viva, pero en realidad siento que estoy muerta", destacó a su vez su pareja.

Arpine Hovhannisyan, cuya casa fue bombardeada el pasado 19 de septiembre en la aldea de Martakert, también brindó una declaración similar: “Siento que perdí mi patria. Tengo un dolor imposible de imaginar”.

En tanto, Asia Avetsian le destacó al diario El País las características forzosas de este exilio, que está cerca de llegar a la totalidad de la población de la región: “Nosotros no decidimos irnos. Fuimos obligados a marcharnos. Los soldados azerbaiyanos nos gritaban que nos matarían en nuestras casas”.

Los últimos desplazados que llegaron a Armenia destacaron que los policías y soldados azerbaiyanos ya estaban paseando por Stepanakert. Mucha gente habla de las tumbas que dejaron en Artsaj, algunos ni siquiera llegaron a despedirse de sus familiares por última vez. 

Campaña mundial del HOM para ayudar a las familias desplazadas de Artsaj
La Comisión Central Mundial de HOM, la institución benéfica armenia por excelencia fundada en 1910, lanzó una campaña de ayuda humanitaria e invita a sumarse con donaciones “sea el monto que sea, lo que sin dudas será de gran ayuda” para los desplazados, según indicaron.

La donación se puede realizar a través de los siguientes medios:
- Directamente a la Comisión Central Mundial de HOM en www.ars1910.org/artsakh
- A través de las filiales de Argentina, Uruguay y/o Brasil
- A través de Comisión Regional Sudamericana de HOM
- Por transferencia: Asociación Civil Armenia de Beneficencia, CUIT 30-63208164-9, Alias: coraza.ritmo.fecha,
Número de Cuenta Corriente 035017360, CBU 0170035020000001736010, BBVA Banco Francés (favor de enviar comprobante a hom_sudamerica@yahoo.com.ar - Ayuda a Artsaj)

Compartir: