Lluvia de críticas contra Turquía por la decisión de convertir a Hagia Sophia en una mezquita

11 de julio de 2020

Luego de que se conociera la noticia de que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, formalizara la conversión del histórico templo de Hagia Sophia (o Santa Sofía) en una mezquita, diversos organismos internacionales criticaron la decisión.

Hagia Sophia es una histórica casa de culto de Estambul que ofició como catedral patriarcal cristiana ortodoxa griega y luego catedral católica romana desde su construcción en el año 537. Durante la conquista otomana fue convertida a mezquita, y luego, con la llegada de Mustafá Kemal al poder, se mantuvo como museo secular. El templo es actualmente una de las principales atracciones turísticas del país por considerarse un hito de la arquitectura bizantina. El pasado 10 de julio, un tribunal turco habilitó la transformación del templo, declarado patrimonio cultural de la humanidad.

El mismo día que se conoció la noticia, la UNESCO advirtió a Turquía que la declaración de patrimonio cultural de la humanidad "conlleva una serie de compromisos y obligaciones legales", según informó AFP. "Por lo tanto, el Estado debe asegurarse de que ninguna modificación afecte el valor universal excepcional de la propiedad inscrita en su territorio. Pedimos a las autoridades turcas que inicien un diálogo antes de tomar cualquier decisión que pueda socavar el valor universal del sitio".

El reconocido escritor turco Orhan Pamuk declaró a la BBC que "hay millones de turcos seculares como yo que lloran por esto, pero sus voces no se escuchan".

El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, consideró el hecho como "una provocación directa al mundo civilizado". "Esta decisión -que además se adopta 85 años después de su declaración como museo- ofende su carácter universal", declaró Kyriakos Mitsotakis, según informó la Embajada griega en Argentina. "Se trata también de una opción que ofende a todos quienes reconocen este monumento como patrimonio cultural de la humanidad. Y, desde ya, influye no solamente en las relaciones de Turquía con Grecia. También las relaciones con la Unión Europea, la UNESCO y la comunidad mundial en su conjunto".

"El nacionalismo mostrado por el presidente Erdogan hace retroceder a su país seis siglos", dijo por su parte la ministra griega de Cultura, Lina Mendoni, en un comunicado. El fallo judicial "confirma absolutamente que no hay justicia independiente" en Turquía, agregó, de acuerdo con la BBC.

El presidente de Artsaj, Arayik Harutyunyan, declaró que, con la decisión de reconvertir el templo, "las autoridades turcas reafirmaron su actitud negacionista y xenófoba hacia las civilizaciones".

El Departamento de Estado de Estados Unidos se mostró "decepcionado" por la decisión de Turquía: "Este edificio es una parte importante de los 'sitios históricos de Estambul', Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, en reconocimiento a su rica historia multicultural", declaró el portavoz del organismo, Morgan Ortagus.

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