Los 10 meses del sitio de Aintab, una victoria de la autodefensa armenia frente a las tropas de Mustafá Kemal

31 de marzo de 2023

El 1° de abril se cumple un nuevo aniversario de la epopeya de Aintab, sin duda una página gloriosa en la historia del pueblo armenio. A 103 años de aquella proeza, reproducimos una breve crónica escrita por Rubén Manasés Achdjian.

El 30 de octubre de 1918, la delegación diplomática del Imperio Otomano firmó, a bordo del buque británico HMS Agamennon, el armisticio de Mudros, lo que implicó la rendición total del Imperio Otomano ante los aliados y la partición de su hasta entonces extenso territorio.

Aunque la provincia de Aintab –ubicada a 1.150 kilómetros al sudoeste de Estambul– permaneció formalmente bajo la jurisdicción otomana, el armisticio establecía que los aliados británicos y franceses se reservaban el derecho de intervenir en cualquier punto del territorio turco para garantizar la seguridad en caso de disturbios. Precisamente, por esta cláusula, entre enero y febrero de 1919 los británicos ocuparon Aintab, Marash y Urfa, pese a las protestas manifestadas por parte del gobierno otomano.

En octubre de 1919 el alto mando militar aliado convino, mediante el Acuerdo Sikes – Picot que las fuerzas francesas reemplazaran a Gran Bretaña en la ocupación militar de la región. El 29 de octubre de 1919, el ejército francés ingresó a Aintab al tiempo que los británicos evacuaban la ciudad, hecho que ocurrió el 5 de noviembre.

Con la retirada británica, la guarnición militar de Aintab quedó conformada por el Estado Mayor de la Legión Armenia –al mando del teniente coronel FlyeSainte-Marie- una sección de infantería, un pelotón de cazadores de África y el tercer batallón de la Legión Armenia (los Gamavor).

Mientras esto sucedía en las provincias otomanas del sur del país, los nacionalistas turcos –liderados por un joven general de 40 años llamado Mustafá Kemal- se organizaban en torno a una “Sociedad para la defensa de los derechos de Anatolia y Rumelia”, germen del actual Partido Republicano del Pueblo.

Uno de los objetivos principales de esta agrupación política era el de expulsar a los aliados y llevar a cabo la limpieza étnica de los armenios de la Anatolia, a quienes acusaban de conspirar en favor de la recientemente creada República independiente de Armenia, que se había constituido en las antiguas provincias orientales y que el Imperio Otomano se había visto obligado a reconocer como Estado independiente por el Tratado de Batum, firmado en junio de 1918.

Hacia fines de 1919, la situación general en toda la región de Cilicia se había vuelto explosiva. El 1º de noviembre, aprovechando la retirada de los británicos, de la Anatolia los nacionalistas turcos iniciaron una ola de graves disturbios en la ciudad de Marash, ubicada a poco menos de 80 kilómetros de la ciudad de Aintab.

En la navidad de 1919 el gobierno nacionalista turco establecido en Ankara envió a Marash a una milicia insurgente de más de  10.000 irregulares armados procedentes de Sivas (Sebastia) y comandados por el coronel Alí Kilidj. 

Alí Kilidj venía acompañado por un oscuro personaje que tuvo una activa participación en la matanza de los armenios marashtzí: era Shahím Bey, hoy elevado al rango de “héroe nacional” por la historiografía moderna turco.

Entre febrero y fines de marzo de 1920, Shahím Bey y sus irregulares cometieron numerosos crímenes y acciones de sabotaje en la ruta hacia Kilis, de la que tomaron control; entre ellos, el asesinato de cuatro ciudadanos estadounidenses, el corte de las líneas telegráficas y el asalto a un convoy de la Cruz Roja que iba destinado a ayudar a la población armenia de Marash.

Las operaciones de Shahím Bey obligaron al coronel Andrea, jefe de la guarnición francesa de Anatolia, a desplazarse con sus tropas rumbo a Aintab. Finalmente, el 28 de marzo Shahím Bey cayó muerto en combate a manos de las fuerzas francesas en el puente de Elmalí.

Cuando concluyó la guerra, los armenios aintabzí que habían sobrevivido al genocidio y la deportación regresaron a Aintab desde los desiertos sirios. Sus casas habían sido saqueadas e ilegalmente ocupadas por turcos, kurdos y circasianos. De modo que no tuvieron otra opción que establecerse en  barrios ubicados en una zona completamente separada de los barrios turco y kurdo.

Por su parte, la autoridad militar francesa de Aintab se veía incapacitada de pacificar las profundas rivalidades existentes, lo que terminó produciendo nuevos y más intensos conflictos entre la población civil de etnias rivales.

Hacia principios de 1920 corría el rumor, luego confirmado por los hechos, de que los franceses abandonarían la ciudad, una oportunidad que los dirigentes nacionalistas turcos esperaban con paciencia.

El teniente coronel Andrea recibió la orden superior de retirarse con todas sus tropas de Aintab -incluida la Legión Armenia- y dirigirse hacia Kilis. El 1° de abril, a las seis de la mañana, los franceses abandonaron Aintab con algunos miles de armenios –los ancianos, las mujeres y los niños- y apenas pasado el mediodía los nacionalistas turcos intentaron ingresar por la fuerza al barrio armenio y someter a sus pobladores. Se iniciaba, así, la epopeya de los armenios de Aintab.

Con rapidez, la población armenia organizó su autodefensa. El Cuerpo Militar Central (CMC, en armenio: zinvoragán ghetronaghan marmín) organizó las milicias y los suministros, levantó las barricadas y estableció los legendarios once puestos de la defensa.

Al frente de la conducción militar la población armenia -guiada por el padre Nersés Tavukdjian- designó como comandantes a Adur Levonian y a Avedís Kalemkyarian.  Las milicias armenias contaban con poco más de medio millar de combatientes y un mítico cañón de fabricación casera –que habían bautizado con el nombre de Vredj, “venganza”- con el cual abrieron numerosas brechas en las posiciones enemigas.

De un primer momento claramente defensivo, entre el 8 y el 25 de abril de 1920 las fuerzas armenias pasaron a las acciones ofensivas, ocupando zonas del barrio turco y confiscando material de guerra abandonado por los irregulares kemalistas.

Hacia fines de abril los franceses regresaron por pocos días y hubo una breve paz que se quebró nuevamente cuando éstos volvieron a abandonar la ciudad.

Alentados por la errática política de los franceses, los nacionalistas turcos redoblaron sus ataques contra el barrio armenio. Desde fines de abril hasta mediados de mayo tuvo lugar el momento de mayor violencia en el conflicto. Pese a los daños causados, los turcos no pudieron ocupar las zonas de la autodefensa armenia y se vieron obligados a establecer, el 15 de junio, un armisticio con el CMC armenio. Sin embargo, el 29 de julio por la madrugada, los turcos rompieron la tregua y reiniciaron los combates. Las defensas armenias resistieron con vigor y, pese a los continuos ataques de los kemalistas, los armenios pudieron organizar con éxito la cosecha de frutas y hortalizas y se mantuvieron aprovisionados.

El sitio de Aintab se extendió algunos meses más. Finalmente, el 8 de febrero de 1921 dos delegados de las fuerzas nacionalistas turcas se presentaron en el puesto armenio de Kozanle con una nota para negociar la rendición. Las principales autoridades turcas habían huido de la ciudad y las milicias kemalistas se hallaban acéfalas y desmembradas.

Producto de las negociaciones se estableció un tratado de once puntos, mediante el cual las milicias turcas reconocían la autoridad francesa sobre la ciudad, se obligaban a entregar a los prisioneros y a desmantelar sus barricadas, ofrecían una amnistía general para los combatientes de ambos bandos y acordaban la organización de una policía municipal integrada por armenios.

Más de 8.000 milicianos turcos perdieron la vida durante los diez meses del sitio de Aintab. Los combatientes armenios que murieron fueron, apenas, 250.

Los armenios de Aintab no solo habían sobrevivido sino que, además, habían triunfado.

Rubén Manasés Achdjian
Lic. en Ciencia Política

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