Madagh en Flores: la iglesia Santa Cruz de Varak celebró su 94° aniversario

27 de octubre de 2022

El domingo 23 de octubre se realizó el tradicional madagh de la iglesia Santa Cruz de Varak del barrio porteño de Flores para celebrar el 94° aniversario de su fundación con una numerosa concurrencia.  

La ceremonia religiosa fue presidida por el primado de la Iglesia Apostólica Armenia, el arzobispo (srpadzan) Kissag Mouradian y oficiada por el archimandrita (hair surp) Aren Shahinian, quien se refirió a la segunda carta de San Pablo a los Corintios.

 “Quiero invitarlos a todos a mantener la promesa de trabajar y colaborar para fortalecer nuestra Santa Iglesia y nuestra comunidad, que es nuestra familia, educando a nuestros hijos en la fe cristiana y en la unidad nacional”, dijo el eclesiástico.

Finalizada la santa misa de la que participó el embajador de la República de Armenia, Hovhannes Virabyan, se realizó el ritual de la bendición del madagh, propiamente dicho, en el Salón Eduardo Boyadjian del Colegio.

En nombre de la Comisión Directiva del Colegio Arzruní, Mario Oundjian recalcó la importante tarea de quienes trabajaron por y para la Iglesia Santa Cruz de Varak y  el Colegio desde el esfuerzo personal y recordó el nombre de muchos de ellos.  

Oundjian resaltó, además, la labor de la profesora Siran Badanian de Zorian, quien dirigió el Coro Krikor Naregatsí  de la Iglesia por casi treinta años, y entregó una plaqueta en reconocimiento que fue recibida por su hija, la Dra. Siran Zorian.

El oficio religioso fue acompañado por la liturgia por el coro Sharagan dirigido por el profesor Andy Istephanian.

Del evento participaron distintos dirigentes y representantes de instituciones comunitarias, directivos y cuerpo docente del colegio Arzruní, vecinos, amigos y colaboradores de la institución.

La iglesia Santa Cruz de Varak fue declarada “Sitio de interés cultural” por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y es considerada la iglesia armenia más antigua de Buenos Aires y la segunda en el país después de la de Córdoba.

Orígenes de la iglesia Santa Cruz de Varak y del Colegio Arzruní relatado por el hijo de su fundador

A partir del segundo decenio de 1900 se produjo un loteo en las tierras inundadas de “Bajo Flores”, con adoquinado en las calles Campana (actual Eva Perón), y Lafuente, el resto tierra y barro, resultaban económicamente accesibles. Compraron tierras altas y les vendieron y entregaron las más bajas, próximas al arroyo (zanjón) que pasaba por la calle San Ramón, (hoy José Martí) de tres metros de ancho y poco menos de profundidad.

La primera generación de hijos de los primeros exiliados que llegaron al país concurrían a los colegios oficiales a cursar el nivel primario. La iglesia y la escuela armenia eran necesarias. Acompañados en la gestión por el Arquitecto Aslan, consiguieron cierta compensación por parte del rematador de la zona, con la cesión de tres lotes sobre la calle José Martí, los más inundables, los menos vendibles, atravesados por el zanjón. Ningún obstáculo fue suficiente, con una vida muy dura jamás bajaron los brazos, tristes, nostálgicos, no perdieron su fe, contestaron con mas y más vida a tanta muerte.

A la persecución religiosa respondieron creando Santa Cruz de Varak, al analfabetismo a que fueron condenados les contestaron creando Arzruní.
Leyendo la Biblia recuperaron su alfabeto junto a sus hijos. Paradójicamente hablando en turco recuperaron su idioma armenio. Añorando a sus tierras, a sus padres, crearon un rincón armenio en el lugar que les tocó en suerte. Probaron que el armenio elige “como ser”, “que ser” pero no donde.

La primera iglesia-escuela. Sobre pilotes, con una altura de casi tres metros, construyeron con maderas y chapas un salón que era la iglesia los fines de semana y oficiaba de escuela los días hábiles.

Allí, al calor de una enorme salamandra el maestro Kuyumdjian y la señora Peprone enseñaron a los primeros alumnos. Luego vinieron 80 años de crecimiento. En los años 60´s se construyó el actual edificio de la escuela. Se rellenaron los terrenos en casi dos metros. Mujeres, hombres y niños colaboraron con sus manos, se construyeron aulas y la iglesia de material y el colegio se incorporó a la enseñanza oficial argentina (1969). Se compraron más terrenos, se levantaron un salón, un tinglado y nuevas aulas.

Existieron y se superaron divisiones; prevaleció siempre el espíritu constructivo.
Arzruni fue durante décadas un ejemplo de tolerancia política. Estos hombres junto a otros (Hiahub, Garabed, Vartivar, Artín, Simón, Sarkis y otros) nos transmitieron su tenacidad, su dignidad, su identidad nacional, sin desmedro de hacernos buenos argentinos.

Nos enseñaron la importancia del idioma y el alfabeto armenio, pero también que nuestra armenidad está en más que eso, está en nuestra música, en nuestros cantos, en nuestros bailes, en nuestras comidas, en nuestra hospitalidad, en el tañir de nuestras campanas, en nuestras miradas.

Todo eso hemos adquirido, todo eso somos, por eso donde estemos nosotros, ellos están presentes.

Extraído de un escrito de Carlos Gregorio Agaya Karagozian, hijo del fundador Meguerdich Agaya Karagozian.
Fuente: Guía Menc

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