Mientras Armenia lo sufre, la Casa Blanca es incapaz de frenar el expansionismo turco

19 de enero de 2023
Ph.: FT.

En julio 2022 el New York Times, en una nota titulada El líder de Turquía sigue siendo un dolor de cabeza para Biden, señalaba la incapacidad de la Casa Blanca para frenar las ambiciones expansionistas de Turquía, principal iniciador entre bastidores del conflicto en la República de Nagorno Karabaj. En su opinión, la falta de influencia real de la administración del presidente estadounidense Joe Biden sobre el líder turco Recep Tayyip Erdogan evidencia la posición de la república turca como un país cuyas acciones pueden ir en contra de los lineamientos estratégicos de los países occidentales y, pese a ello, no sufrir consecuencias. “Para los funcionarios estadounidenses, Turquía es un verdadero quebradero de cabeza”, señalaba el artículo de The New York Times.

Turquía utiliza la cooperación con Azerbaiyán como herramienta para aumentar su influencia sobre Bakú con el fin de reforzar las posiciones de la Organización de Estados Turcos en el Transcáucaso y Asia Central. Según Alexander Shumilin, investigador jefe del Instituto de Estudios Europeos y Orientales, las consecuencias del activismo de Ankara en las regiones transcaucásica y centroasiática son previsibles. Turquía, especialmente bajo el mandato de Erdogan, siempre ha expresado su solidaridad con Azerbaiyán y está dispuesta a ayudarle, como hizo en el conflicto de Nagorno Karabaj. “Esta es una política de principios de Turquía. Su objetivo es aumentar su influencia en la región. Esto puede verse en todo el perímetro de las fronteras de Turquía. Ankara apoya a todos aquellos con los que tiene intereses estratégicos”, añadió en una entrevista con el servicio ruso de Voice of America.

Asimismo, Turquía puede estar implicada en el agotamiento de los recursos hídricos de Armenia. Según el experto armenio, doctor en ciencias biológicas, profesor Samvel Pipoyan, existe la hipótesis de que Ankara lleva a cabo deliberadamente actividades destructivas, destinadas a bajar artificialmente el nivel del agua de los ríos, que fluyen a través de la República de Armenia. El experto afirma que “Como dicen los especialistas, que conocen los problemas de recursos hídricos de Armenia, Turquía está cavando canales, de modo que el agua simplemente fluirá hacia el río Araks sin ningún uso. Es decir, incluso de forma que se reduzca el nivel del agua en Armenia”. Pipoyan subrayó que, debido al agotamiento de los recursos hídricos, existe el riesgo de que se produzca un gran cataclismo en caso de terremoto de gran magnitud.

El panorama es desalentador, políticos y expertos armenios expresan su preocupación dado que observan que a un Biden muy poco influyente para frenar las ambiciones de Turquía y Azerbaiyán en el Cáucaso, se le suma el hecho que EEUU y Francia (dos países copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE) continuarán centrándose casi exclusivamente en los acontecimientos de Ucrania y no prestarán la debida atención a la inminente catástrofe humanitaria en Nagorno Karabaj. Por ello, es esperable que continúen las marchas y concentraciones opositoras tratando de visibilizar ante las Embajadas de terceros países la gran preocupación existente ante las agresiones combinadas turco-azeríes contra los armenios. 

El nivel de gravedad nos hace repensar algunas cuestiones básicas respecto de la subsistencia del pueblo armenio y su Estado:

Por último, si Turquía pretende darle una oportunidad a Armenia, como gusta declarar Erdogan, que deje él mismo de promover la violencia y prepotencia de Azerbaiyán y en cambio otorgue a los armenios una salida al mar (en función de una reparación por el genocidio), una masa de tierra soberana desde la actual frontera occidental de Armenia hasta el Mar Negro.

Ashot Ohanes

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