Testimonio

Naciones Hermanas

12 de julio de 2017

PublicoEl emotivo acto conmemorativo del 25° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Argentina y la República de Armenia, realizado en el Auditorio Manuel Belgrano del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Cancillería, el 5 de julio último, reafirmó las excelentes relaciones entre los dos países, alumbrando nuevos estímulos, acercando aún más nuestras culturas, desarrollar el intercambio comercial y tecnológico, fomentar el turismo en ambos sentidos, relevar los principios y valores de ambas naciones.

Dejando volar más allá nuestra imaginación, establecer una isla argentina en Armenia, extensiva a toda la región caucásica y otra armenia en Argentina, como base para Latinoamérica, los argentino-armenios creemos tener títulos suficientes para hacer realidad este desafío hacia un extremo y el otro aboliendo distancias.

Las palabras de los disertantes en el grato encuentro en la Cancillería; el subsecretario de Relaciones Exteriores, Embajador Gustavo Rodolfo Zlauvinen, la embajadora de Armenia, Dra. Ester Mkrtumyan y el Dr. León Carlos Arslanian, resultaron claro testimonio del camino a desarrollar en los nuevos tiempos. Como ciudadanos argentinos de origen armenio nos hemos integrado a este crisol de razas con gratitud, amor y pertenencia, hicimos nuestra esta patria, sufriendo la orfandad del terruño propio, junto a la Celeste y Blanca, con pudor y esperanza, durante décadas, enarbolamos con lágrimas y nostalgia la heroica Tricolor. Hasta que un día impensado, el destino y la fuerza de un pueblo con determinación hacían realidad la República de Armenia, menuda en dimensiones, gigante en fe, héroes, cultura, historia milenaria e infranqueables valores.

Argentina, su generosa, sincera hermana del Sur de las Américas, sería una de las primeras en reconocer a la joven República, Libre e Independiente, un 17 de enero de 1992. La enseña patria, la fe, el idioma o la cultura de los armenios, jamás sufrieron discriminación alguna en esta tierra, hoy, como pocos lo hubieran imaginado, el símbolo patrio argentino, como honrosa retribución, está presente hasta en los pueblos más alejados de Armenia, escuelas, salas comunitarias, centros médicos, instituciones deportivas, lucen con orgullo la Celeste y Blanca.

Todo viajero a la Madre Patria notará la empatía de los armenios hacia la Argentina y a todo lo argentino, a la hora de un encuentro de fútbol internacional todos alientan a nuestra selección, sus ídolos son Mekhitarian y Messi, como regalo irreemplazable los chicos te piden la camiseta argentina, hay un vínculo incógnito, una cuestión de piel que nos acerca, a pesar de las grandes distancias geográficas y culturales que nos separan.

En definitiva la Nobleza y la Solidaridad de los pueblos no conocen de dimensiones ni barreras.

Arto Kalciyan

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