Nairí ya se ve en la Madre Patria
Armenia es el destino soñado de todos los hijos de su pueblo. El viajero, transformado en peregrino, siente a partir del primer paso que da en la tierra de sus padres o abuelos, que ya es parte de una inmensa nación construida sobre los restos del macabro genocidio que a partir de 1915 cometiera Turquía sobre los armenios.
Ese sentimiento no pudo ser experimentado por muchos de nuestros mayores que por imperio de las circunstancias de aquellos largos y difíciles años veían el viaje a Armenia como una misión realmente dificultosa, y si bien era cierto que unos pocos privilegiados podían hacerlo, el escenario que los esperaba distaba mucho del que hoy se nos ofrece.
Desde hace ya tiempo los colegios secundarios se han impuesto como meta de fin de curso el anhelado viaje. Para ello se implementan cenas y otros eventos que les permiten financiarse lo que muchos consideran “el viaje de sus vidas”.
En Conjunto de Danzas Armenias Nairí de HOM ya tiene más de tres décadas de fecunda existencia, pero lamentablemente ninguno de sus múltiples elencos había podido antes programar su presentación en la tierra de la que luchan por conservar su identidad cultural. Distintas circunstancias, desde las económicas, organizativas o la propia inacción de sus directivos, hicieron que ese objetivo se frustrara más de una vez.
Pero todo llega. Un poco menos de un mes, una veintena de jóvenes bailarines, encabezados por sus directores Vahram y Teres, estarán cumpliendo la utopía de danzar en Armenia y Artsaj.
El esfuerzo y la dedicación de los integrantes de Nairí hizo posible iniciar algo que al principio parecía una aventura pero que pronto se convirtió en una realidad. La invitación del Ministerio de la Diáspora los llevará por varios escenarios del interior armenio y también de la vecina Karabagh.
Este sábado, el Auditorio Armenia colmado de público, presenció una presentación que el director de Nairí catalogó como un ensayo general, pero que fue ciertamente una magnífica muestra de lo que el conjunto podrá exponer en la Madre Patria y recibir con justicia la admiración de todos los que puedan disfrutar de sus actuaciones.
Muy pronto, Nairí va a compartir los escenarios con otros conjuntos folklóricos armenios de todo el mundo y esa maravillosa conjunción de energías hará que sus integrantes regresen con el corazón henchido de orgullo y sus fibras armenias más íntimas recargadas de esa emoción inexplicable que todos los que volvimos de Armenia alguna vez trajimos con nosotros.
Hay que reconocer además el enorme sacrificio que hacen todos, pues prácticamente la totalidad del costo del viaje es solventado por los propios bailarines y sus familias. Es cierto que HOM colabora activamente con la organización y la logística imprescindibles, pero el esfuerzo económico es de los chicos y chicas del conjunto.
Como decíamos al principio, en pocos días más los integrantes de Nairí llegarán a Armenia, pero no viajarán solos, porque seguramente los acompañará el espíritu y los buenos deseos de todos los que alguna vez se calzaron los trajes típicos y danzaron nuestra maravillosa y entrañable música en sus filas.
Ojalá que este evento se transforme también en el “viaje de sus vidas” y que esos dorados días que seguramente vivirán en nuestra tierra queden grabados en sus retinas por toda su vida.
Jorge Rubén Kazandjian