Nicole Barbarian, voluntaria uruguaya en Goris: “La situación es triste y desoladora”

28 de septiembre de 2023

Tras el desplazamiento forzoso de más de la mitad de las personas que vivían en la República de Artsaj, numerosos voluntarios se han volcado en la ayuda de las familias refugiadas. Una de ellas es Nicole Barbarian, una economista uruguaya que frente a esta situación decidió suspender sus vacaciones en Armenia y trasladarse a Goris con el objetivo de aportar su grano de arena frente a la crisis que vive el pueblo de Artsaj.

“Decidimos venir apenas comenzaron a circular imágenes en las redes sociales. Desde la guerra del 2020 conocíamos a una organización que ayudó a las familias de Artsaj. Llegamos hace casi 30 horas y ya trabajamos casi 26”, destacó Nicole en diálogo con Diario ARMENIA.

Hasta el momento, se estima que más de 80.000 personas fueron desplazadas de sus hogares frente a los ataques por parte de Azerbaiyán sobre la región: “Las familias cruzan la frontera y son asignados hacia Goris o a Vayk donde son atendidas por la Cruz Roja Internacional. Allí les brindan comida caliente y les dan un espacio a los niños para jugar”.

“Nosotros estamos afuera dándoles café, té, lavash y frutas, entre otras cosas. Somos más o menos 20 o 30 voluntarios de la diáspora sumados a los que trabajan aquí”, comentó la economista sobre la situación actual.

Además de la ayuda brindada de forma directa, Barbarian explicó que unen esfuerzos con otros voluntarios y organizaciones que trabajan actualmente para ver qué hace falta: “Con las donaciones que existen y las que recibimos de Sudamérica intentamos comprar lo más necesario. Por ejemplo, no hay muchos productos de higiene, como cepillos de dientes, pasta o toallas para limpiarse las manos”.

“En los edificios no tenemos demasiadas comodidades, faltan mesas o sillas pero los chicos de Goris trabajan todo el día armando las comidas”, destacó sobre la delicada realidad que se vive actualmente en la ciudad.

Por su parte, también confesó una de las tantas situaciones que la marcaron hasta el momento: “Vi a un niño parado, solo, en medio de la plaza. Le pregunté cómo se llamaba, cuántos hermanos tenían y le di algo de comer. Luego de encontrar a sus hermanos, nos pusimos a buscar a su mamá. Finalmente la madre, que estaba sola ya que el padre había fallecido, había ingresado a un edificio a registrarlos y los chicos estaban desde las 6 de la mañana a la intemperie. Estuve casi tres horas sentada con ellos”.

“La situación es abrumadora. Decidí salir a caminar un poco, a despejarme, y vi camiones de campo, con adultos, niños y bebés arriba. Hicieron el trayecto de Stepanakert hasta Goris en más 30 horas, cuando habitualmente se tardan solo dos”, continuó.

A su vez, frente a la ayuda que se brinda desde otros países, Barbarian fue clara: “Nosotros desde la diáspora siempre pensamos en colaborar, pero en realidad los que están poniendo el cuerpo son las personas de acá. Después, sí, hay gente de Canadá, Francia, Suiza, Estados Unidos, Líbano, etc.”

“La situación es muy diferente para las familias. Hay algunas que llegan con su auto, se registran y se van, pero otros vienen en micros, se tienen que bajar con todas sus cosas y reorganizarse en nuevos transportes hacia otras ciudades de Armenia”, comentó acerca del destino de los desplazados que ingresan actualmente al país desde Nagorno Karabaj.

Para terminar, la voluntaria uruguaya destacó la calidad de las familias exiliadas: “La gente se muestra muy agradecida, algunos incluso se negaban a que les diéramos comida gratis. La sensación es muy triste y muy desoladora. Muchos sonríen, pero después ves muchas caras de niños muy cansados, gente que no sabe cuál será su destino. Intentamos, desde nuestro lugar de privilegio, brindar lo más que podamos”.

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