No es cierto que los pueblos tienen el gobierno que se merecen

16 de junio de 2021

El gran valor de las democracias está en reconocer su imperfección. Democracia no garantiza seguridad, ni honestidad, ni progreso ni bienestar. Solo la educación puede contribuir a mejorar las imperfecciones de las democracias. En Latinoamérica sabemos bien que los golpes de estado no resolvieron los problemas de los pueblos, mucho menos mejoraron las imperfecciones de las democracias. Y ni hablar de los populismos de cualquier signo. En Armenia, se respetó el resultado de las urnas por un lado. Quien engañó al pueblo con su "revolución" supo hacerlo con el asesoramiento de quienes en las sombras llevaron la situación a dónde ellos querian. Y aquí vuelvo a la educación, este es el resultado de la sumatoria del sistema de educación soviético (toda la sociedad armenia de más de 40 años se formó en ella) y la debilidad del Estado independiente armenio para hacer una revolución educativa para inculcar los valores morales, republicanos, de reconocimiento de la diversidad, la honestidad, los derechos humanos, la equidad, la identidad y los intereses nacionales, etc.

Admitir las verdades ocultas de la herencia y sumarle las ausencias programáticas post soviética nos ha llevado a esta situación gravisima de la que será muy difícil salir. Lo que si está claro es que no será Pashinyan quien resuelva la situación que el mismo desencadenó y provocó con toda intencionalidad. El pueblo no supo verlo. Y no es su culpa.

Tampoco es cierto que "los pueblos tienen los gobiernos que se merecen".

Si los sistemas de gobierno no tienen en su constitución y reglas de juego las "vacunas" adecuadas para defenderse y defender la nación, la institucionalidad, la identidad, los valores humanitarios, el derecho, etc. el resultado es el que estamos viendo.

No busquemos la perfección, ojalá que con un poquito de honestidad, realismo, respeto, amor y unidad en la conciencia nacional y a la propia identidad, tengamos la posibilidad de salir de tantas incertidumbres. No busquemos lo más, aspiremos y hagamos fuerza para recuperar lo más posible de lo nuestro. Sabemos que hay muchos intereses de por medio, que presionan desde afuera y tienen cómplices adentro. Pero sabemos también que en la mesa de negociación, porque todo se negocia, no tenemos nada para ofrecer. Y sí, Pashinyan nos hizo perder la oportunidad…

Pero el Cáucaso es una prenda buscada desde varios lados y nosotros estamos en el medio de esos tironeos. Como dice Հայաստան Դաշինք, "Լինելիության եւ չի լինելիության խնդիր ի առչեվ ենք"…

Arq. Pedro Martín Tateosian

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