Vocación

Nunca es tarde para perfeccionarse

14 de octubre de 2015

Betty-Insignia-maderaComencé en las filas del Scoutismo de Homenetmen en la década del 70. En ese momento los varones pertenecían a la Agrupación Ararat afiliados al Instituto de Scout de Argentina (INSA) y las mujeres a la Compañía Anahid, afiliadas a la Asociación de Guías Argentinas (AGA). Veía en algunos de mis jefes de la Agrupación Ararat que portaban en su pañuelo de promesa (poghgab), un aro, unos cordones con dos maderitas en cada extremo, y un pañuelo de diferente color. Fue una razón para cuestionarme y entender el significado del mismo, momento desde el cual sentí dentro mío el desafío y la lucha por tener el poghgab, el cordón y el aro.

Luego de unos años el grupo de las mujeres se fusionó al de los varones, conformando así la Agrupación Ararat mixta.

Ya conociendo la actividad scout, ingresé a la manada como colaboradora, personificando a “CHIL”, pájaro que vivía en la selva cuya función era el de mensajero. Más adelante fui nombrada AKELA, la jefa de la manda, momento desde el cual ya podía acceder a realizar el curso de Insignia de Madera, que consistía en tres etapas: el curso básico, preliminar, y el campamento propiamente dicho. Logré hacer las dos primeras etapas pero la tercera y más deseada, no la pude concretar por circunstancias en que la vida me fue llevando.

Varios años estuve trabajando en la agrupación, así como también como integrante del Consejo Regional Scout de Homenetmen (Shrchanain Sgaudagan Jorhurt). Pero seguía en mí la asignatura pendiente de lograr mi Insignia de Madera. Hasta que en el año 2011 me decidí a comenzar los módulos. Algunos lo creyeron imposible y otros se sorprendieron, ya que había pasado cuarenta años de mi último curso. Pero nada de eso me detuvo para entender que nunca es tarde para perfeccionarse por que el ser humano no es perfecto sino perfectible.

Así fue que comencé a asistir a los módulos. No fue una tarea fácil, ya que cada módulo consistía en asistencia con pernocte y otros de un solo día, entrega de trabajos prácticos y campamento. Una estructura totalmente distinta a la de mi época de juventud.

El último módulo fue un campamento con pernocte. Tuve la suerte de integrar la patrulla Mapuche con los actuales dirigentes de mi querida Agrupación Ararat. Fue un gran aprendizaje para mí, como persona y como dirigente. ¡Cuántas cosas habían cambiado, que diferente era todo!

Pero no fue imposible. En el campamento en total éramos setenta personas. Cada patrulla tuvo que armar su sector, hacer construcciones, preparar la comida…. Para mí todo un desafío.

Al finalizar el último módulo, la evaluación por parte de los formadores fue muy satisfactoria para nuestra patrulla. Fue así como, luego de tantos años, por fin mi meta estaba cumplida.

El sábado 11 de julio, en una ceremonia muy emotiva, con la presencia de autoridades de la institución, exdirigentes de la Agrupación, Formadores de la zona XV de Scouts de Argentina, padres, amigos y la misma Agrupación Scout Ararat, a toda la patrulla Mapuche se nos entregó la Insignia de Madera (IM). A partir de ese momento pasamos cada uno a nombrarnos dentro del scoutismo como Maestro Scout, título muy comprometedor, con un gran alto grado de responsabilidad. Sin duda lo sabremos cumplir, ya que desde muy pequeños hemos estado en las filas del scoutismo de Homenetmen, donde nos han preparado para esa función.

He aquí mi historia en mi querida institución, que me vio crecer y conjuntamente con mi familia me ayudó a desarrollarme como persona y como dirigente. Aún hoy me respalda y me apoya. Por lo tanto es mi deber moral seguir trabajando y perfeccionarme sin importar la edad. Siempre hay algo que hacer para engrandecer a nuestro querido Homenetmen.

Kuirer, Ieghpainer, cuando se quiere se puede…

Kuir Betty Seferian

Compartir: