Ochenta y cinco años de HOM Sudamérica
Trascender el tiempo y la distancia. Atravesar océanos, continentes. Nutrirse de un sinfín de lenguas y costumbres, para sazonar con sabores locales su eje, su idioma de origen, sus principios y su idiosincrasia. Y avanzar; con convicción y voluntad, sembrando solidaridad a su paso.
Eso ha sido HOM a lo largo de su vida, desde que en el año 1910 el joven dirigente Agnuní reunió a los grupos de mujeres armenias que realizaban tareas solidarias en las comunidades de la costa este de los Estados Unidos y las agrupó creando una estructura organizativa, dándoles herramientas para afianzar sus proyectos y, de ese modo, continuar con decisión, sentando las bases de HOM en el mundo. Una organización que con el correr de las décadas fue creciendo, traspasando fronteras, asumiendo tareas humanitarias con el placer de ayudar, capacitando a sus integrantes para crecer como personas y como dirigentes comunitarios. Así ha sido desde aquellos inicios, y así también lo es en la actualidad.
Sudamérica vio nacer a HOM en estas tierras el 13 de agosto del año 1933, a instancias de Ren Vartanian, director del Diario ARMENIA de Buenos Aires, quien impulsó su creación como eco de lo que ya era una realidad en otras regiones, en especial en América del Norte, Europa y Oriente Medio. Pronto las comunidades armenias de Sudamérica comenzaron a conocer en forma directa el alcance de la labor solidaria de HOM, y cientos de voluntarias se sumaron a sus filas, como consecuencia de lo cual hoy cuenta con filiales en Argentina, Uruguay y Brasil, pero con un accionar que se expande incluso allí donde no hay filiales o ni siquiera comunidades armenias, pues para HOM lo esencial es ayudar a quien lo necesite, sin distinciones.
El ejemplo de las primeras integrantes de HOM es un modelo a seguir. Indiscutiblemente es una inspiración la valentía de aquellas HOMuhís de los tiempos iniciales, que debieron luchar contra circunstancias adversas, estereotipos y también dificultades físicas, pero nada les impidió, por ejemplo, adentrarse en los confines del Asia Menor para reunir a los huérfanos armenios sobrevivientes del Genocidio perpetrado por el Estado turco en el año 1915, rescatándolos de apropiadores turcos, kurdos o árabes, y restituyéndoles su identidad nacional armenia. Valientes antecesoras a las que siguieron muchas más, que a lo largo de las décadas fueron presencia y brindaron su aporte en momentos trascendentales de la historia del pueblo armenio, como ser el afianzamiento de la República de Armenia desde el año 1918, en la construcción y crecimiento de las comunidades armenias de la Diáspora, su involucramiento en las sociedades locales de los países en que las cobijaron, continuando con su tarea solidaria con la inspiración de sus orígenes institucionales, pero siempre adecuándose al momento, ubicada en tiempo y lugar, para lograr con éxito sus objetivos.
El abanico de labor de HOM es amplio, no se limita ni conoce frustraciones. La educación, la cultura, la salud, la asistencia social, el emponderamiento de la mujer, los valores humanos, los derechos del prójimo, la seguridad del individuo… Los desafíos son objetivos a cumplir, y no hacen más que fortalecernos. Las necesidades se plasman en proyectos, y éstos en programas y metodología que se van cumpliendo aquí y allá, no sólo gracias a las innumerables voluntarias que integran las filas de HOM, sino también con el acompañamiento generoso de sus benefactores y de todos aquellos que creen en la institución. Así es cómo los logros se acrecientan y nuestra organización progresa y se afianza.
El año 2017 tuvo real importancia en la vida de HOM Sudamérica. La labor que venía desarrollándose continuó incluso a partir de que en junio pasado fue electa la nueva Comisión Regional Sudamericana, hoy vigente, que asumió con nuevos bríos y entusiasmo fortalecido su compromiso y el rol dirigencial como guía de la organización en estos horizontes.
Hoy nuestras miradas se orientan hacia el año entrante. El 2018 será, sin dudas, muy especial. HOM de Sudamérica cumplirá sus primeros 85 años de vida, y el significado de ello va más allá del mero conteo numeral.
Vienen a nuestra memoria imágenes y hechos imborrables, en los que la presencia y participación de HOM fueron constantes, y nos nutrimos de ellos para afrontar el futuro. A eso le sumamos otra celebración que nos alegra: los 40 jóvenes años que cumplirá el Conjunto de Danzas "Nairí" de HOM. Y todo esto nos abre nuevas posibilidades.
Porque las celebraciones no son un fin en sí mismo, sino que nos permiten honrar el pasado, agradecer el presente pero, muy especialmente, establecer posibilidades para continuar y encarar el mañana con más fuerza que nunca.
Para demostrar de lo que HOM es capaz, hacia adentro y hacia afuera. Afianzar la presencia de HOM en las escuelas armenias, su relación con las agrupaciones juveniles, su tarea en las Casas de Descanso de HOM con el cuidado hacia los adultos mayores, su participación en la vida comunitaria, su relacionamiento con organizaciones no gubernamentales regionales y mundiales, la continuidad de los programas mundiales de HOM -como ser la asistencia a huérfanos de Armenia y Artsaj, las becas estudiantiles, la Clínica Materno-Infantil de HOM en Ajurián, la ayuda a los soldados armenios de las fronteras-, y de ese modo también permitir que nuestras comunidades de Sudamérica tengan oportunidad de realizar tareas solidarias.
Con la impronta de ayer, pero con los imperativos de la actualidad, afrontando nuevos desafíos con las herramientas rejuvenecidas, y marcando pasos firmes y convincentes, para que las generaciones venideras no duden en sumarse, y de ese modo continúen en esta digna senda que posibilita hacer el bien al prójimo y, al mismo tiempo, crecer como seres humanos.
Dra. Graciela Kevorkian
Presidente de la Comisión Regional Sudamericana de HOM