Protagonistas de la vida

“La mujer no ha venido al mundo tan sólo para ser agradable. La mujer ha nacido para desarrollar su intelecto, sus cualidades mentales, morales y físicas”. Tan simple como eso, y más aún. Conceptos tan actuales hoy como cuando su autora, Zabel Esayan, una de las más destacadas exponentes de la literatura armenia occidental, las pronunciara casi un siglo atrás.

Porque enaltecer la figura femenina no es un fin en sí mismo. Y bajo los conceptos de igualdad, compromiso, capacidad, fortaleza, justicia, libertad, vocación, solidaridad, y tantos otros, cuando las palabras dejan de ser tales y se complementan armoniosamente con la esencia femenina, es entonces cuando la voz silenciada por siglos se fortalece, adquiriendo un claro protagonismo que, negado en el pasado, se vuelve invencible indefectiblemente.

La historia de la humanidad ha tenido innumerables ejemplos de mujeres abnegadas, presencias notorias o no que, por impulso de su fortaleza inquebrantable, fueron fundamentales. Así también en la historia del pueblo armenio, de más de tres mil años de trayectoria que no han hecho otra cosa que afianzar el rol de la mujer en cada uno de los hitos que marcaron las páginas de la vida de nuestra nación.

Ocasiones como la creación de la República de Armenia nos permiten este año, en su centenario, honrar a las mujeres que nos precedieron, que al unirse en la lucha por nuestros ideales defendieron con valentía la existencia nacional. Ejemplos como Sosé Mairig, Rupina, Maró, Shushán, Shaké, y muchas más, que no dudaron en brindarse por completo y sumar sus fuerzas a las de nuestros fedaíes, hasta llegar a la tan soñada independencia en Mayo de 1918.

Y en esos primeros pasos como República independiente, la importancia de la mujer fue destacada en diversos ámbitos. El nuevo gobierno patrio dio a la mujer armenia un estatus de igualdad que escasos pares de la época imitaron entonces y algunos otros lo hicieron muchas décadas después. La república fundada por Aram Manukian instauró el voto femenino, tanto para elegir como para ser electas, permitió la educación igualitaria, e incluso incorporó en su estructura gubernamental a mujeres que influyeron como factores fundamentales en la construcción y el afianzamiento del naciente Estado armenio, como ser Diana Apkar, embajadora de la República de Armenia en Japón, y también Berdjuhí Bardizbanian, Gadariné Zalian y Varea Rodinian, las primeras tres legisladoras integrantes del primer Parlamento nacional de Armenia. Antecedentes claros que hoy son ejemplo. Conceptos que marcaron el sendero a seguir, y que actualmente se reflejan en la presencia activa de la mujer en Armenia, en Artsaj y en la Diáspora toda.  

En este 2018, en el que coincidimos en celebrar los 85 años de la creación de HOM en Sudamérica, el Día Internacional de la Mujer es la ocasión propicia para rendir un digno homenaje a las mujeres que nos precedieron, a cada una de las que guiaron nuestro camino, a las que fueron transmisoras silenciosas pero firmes de nuestra esencia, de nuestra identidad, a las valientes emprendedoras de incentivos que se fueron haciendo realidad, a aquellas que nos inspiraron y nos dieron las herramientas necesarias para progresar, a las que nos antecedieron, a las que son nuestras contemporáneas, a aquellas que se suman en cada nuevo desafío, y a aquellas que sin dudas vendrán y sumarán sus capacidades para proseguir con sana convicción éstos y otros desafíos.

Porque en todo momento y circunstancia, o bajo cualquier cielo, el protagonismo de la mujer es único e irreemplazable, que como un legado más que valioso y preciado continuará pasando de generación en generación, buscando el bien común y la grandeza de la humanidad.

Dra. Graciela Kevorkian

Presidente de la Comisión Regional Sudamericana de HOM