Puestos de control, la nueva estrategia de Azerbaiyán

28 de febrero de 2023

Qué hay detrás de la idea de establecer puntos de control entre ambos países. Cambios en el equilibrio regional y la búsqueda de aliados.

Hace una semana el gobierno de Azerbaiyán presentó a su par de Armenia una nueva propuesta en el ajetreado tratado de paz entre ambos países, que podría cambiar, de manera muy relevante, el escenario futuro.

Aunque no hay precisiones sobre el contenido del documento, sí se sabe que Bakú parece estar cambiando su insistente reclamo de apertura del denominado “Corredor Zangezur” por una opción intermedia pero que no deja mucho margen de acción a Ereván.

De todas maneras, analistas internacionales e incluso en Azerbaiyán consideran que la movida supone un retroceso en la pretensión de máxima de Bakú, tras la guerra de los 44 días a fines de 2020.

La propuesta consiste en permitir controles armenios del tráfico azerbaiyano a lo largo de lo que Azerbaiyán llama el “Corredor Zangezur”, a cambio del establecimiento de puntos de control azerbaiyanos en la carretera que conecta Armenia con Nagorno-Karabaj.

En buen criollo, esto supone una legalización del bloqueo del Corredor Lachin, que el régimen de Bakú mantiene desde casi 80 días, bajo el argumento de que son ambientalistas quienes protestan por medidas tomadas por el gobierno de Artsaj.

“La medida renunciaría efectivamente a la visión geopolítica más amplia del Corredor Zangezur: una ruta de transporte sin interrupciones que conecta Azerbaiyán con Turquía y más allá. En su forma más fantasiosa, se concibió como un camino para ‘unir a todo el mundo turco’”, señaló Joshua Kucera en un análisis publicado en el portal www.eurasianet.org.

La fijación de Azerbaiyán para lograr un paso franco por la provincia de Syunik, al sur de Armenia, es tal que el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha llegado a amenazar reiteradamente a Armenia con usar la fuerza si este país no permite que se construya el citado corredor.

Cambio de pantalla

Ahora parece que la estrategia es dejar por un rato las armas y jugar a la alta diplomacia. Habrá que ver cuál es la jugada del gobierno armenio, que hasta ahora fue efectivo en negarse a abrir el corredor Zangezur.

En este sentido, el gobierno del primer ministro Nikol Pahinyan siempre se mantuvo firme en la postura de negar la existencia de un corredor por el sur de Armenia para unir Azerbaiyán con el exclave de Najicheván.

Dicho sea de paso, Najicheván nunca fue un territorio habitado por tártaros o azeríes, más bien lo contrario. Formó parte del territorio independiente de 1918-20 y sólo pasó a control azerí en 1921, por una decisión del dictador Joséf Stalin, en aquel momento Comisario del Pueblo para las Nacionalidades.

El caso es similar al de Artsaj, con la diferencia de que producto de la guerra con Turquía, las persecuciones y la hambruna casi no quedaron armenios en Najicheván, para defender su tierra. Ahora ese territorio arrebatado a los armenios pretende ser la excusa para tener que abrir un corredor para el paso de personas y mercaderías y establecer comunicaciones con el resto del país.

El gran juego

La propuesta formal fue realizada el pasado 18 de febrero, en el marco del encuentro entre el presidente azerí, Ilham Aliyev, y Pashinyan, con el secretario de Estados de Estados Unidos, Anthony Blinken, durante la Cumbre de Seguridad que tuvo lugar en Munich, Alemania.

“Sería bueno que Armenia y Azerbaiyán establecieran puntos de control bilateralmente en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán”, señaló Aliyev en diálogo con los periodistas, para enfatizar su nueva idea de que Bakú aceptaría el establecimiento de puestos de control armenios al entrar y salir por las carreteras de ese país.

Y dio un dato más: “Deberían establecerse puntos de control en ambos extremos del corredor de Zangezur y la frontera entre el distrito de Lachin (control de Azerbaiyán) y Armenia”.

Armenia todavía no ha contestado y se toma su tiempo, pese a la presión de Bakú. “Esperaremos una respuesta de Armenia”, apuró Aliyev.

En su momento, la propuesta de máxima de Azerbaiyán era que en territorio el corredor Zangezur no tuviera puestos de control armenios y que tampoco hubiera oficiales del ejército armenio en una zona de contención (buffer zone) de 2,5 kilómetros al costado del corredor. Un verdadero delirio, imposible de aceptar por parte de Armenia, o la intención de entrar y salir como le diera la gana por territorio soberano armenio.

Cabe aclarar que en ningún lugar del acuerdo de cese el fuego del 9 de noviembre de 2020 hay referencias a un corredor en Syunik. El punto 9 del acuerdo establece que Armenia debe “garantizar la seguridad de las conexiones de transporte” a Najicheván “para organizar el movimiento sin obstáculos de personas, vehículos y carga en ambas direcciones” pero no habla de un corredor.

Sí se especifica taxativamente que se debe abrir un corredor por Lachin para que fluya el intercambio de personas y bienes entre Artsaj y Armenia, algo que se quebró el 12 de diciembre con el bloqueo de los pseudo ambientalistas azeríes.

Nuevos referentes

Los analistas estiman que las menciones al corredor Zangezur fueron siempre una prenda de cambio para mantener el control sobre Artsaj, a sabiendas que era inaceptable para Armenia.

Detrás de este tema de los puntos de control hay un giro en la estrategia de Bakú en relación al conflicto de Artsaj.

La política de los puestos de control es apoyada por Estados Unidos y la Unión Europea. Al menos así lo refleja el portal www.caliber.az, vinculado al Ministerio de Defensa de Azerbaiyán.

“Como todos entendemos, en ambos casos, Zangezur y Lachin, Rusia no está interesada en la presencia de los puestos de control de Armenia y Azerbaiyán, respectivamente, ya que esto debilita el control ruso en la región”, señala el portal.

Pero agrega que si Bakú y Ereván están de acuerdo entre ellos sobre el tema del puesto de control, “Rusia eventualmente se verá obligada a aceptar la decisión de las dos partes”. Y llama la atención que la mención a los puestos de control se lleve a cabo, precisamente, en la vía de negociación entre Estados Unidos y Europa.

Tras referirse al despido de Ruben Vardanyan de su cargo de secretario de Estado de Artsaj, el análisis de Caliber destaca: “La lógica de las negociaciones y los mensajes expresados por Ilham Aliyev sugieren que si Vardanyan no es expulsado de Karabaj, la opción militar volverá a ser una prioridad para Bakú”. Más claro, echarle agua.

Y arremete nuevamente contra el filántropo armenio-ruso. “Para Azerbaiyán, la eliminación (sic) de este personaje de nuestro territorio es fundamental. También se convertirá en un precedente simbólico. Si se lleva a cabo una operación militar en Karabaj, Occidente la tratará con moderación, incluso a pesar de la actividad de la diáspora armenia”.

En este sentido, el análisis abona la teoría de ir ahora por el control del corredor Lachin. Y enfatiza un aspecto tiene que tiene que ver con las tarifas de paso.

En relación al régimen aduanero y legal en el corredor Zangezur y de Lachin “la diferencia es que el caso del corredor Zangezur, Armenia sólo puede reclamar tarifas de tránsito, y en el caso de usar el camino de Lachin, aquí en teoría, también habría que sumar las tasas aduaneras”, señala el documento.

Es una verdadera falacia, dado que los camiones azeríes deberían pagar tasas aduaneras también al entrar a Armenia. Es un argumento que pinta de cuerpo entero que el régimen autocrático de Bakú, todavía tiene en mente ir por todo.

Carlos Boyadjian
Periodista
coboyadjian@yahoo.com.ar

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