Recordando a Kalusd: “James Aramian llegó al paraíso”

25 de agosto de 2023
Foto: Sebastián Leblebidjian

Hace unos días nos dejó y tras su partida nos refugiamos en los recuerdos de más de 50 años de amistad familiar, camaradería partidaria y actividad teatral.

Cuando en 1970 el Conjunto Teatral Kaspar Ipekian de Beirut visitó nuestro país, como parte del tour que realizaba por las diferentes comunidades armenias de la diáspora, Kalusd Jensezian era uno de los protagonistas del elenco que dirigía George Sarkissian.

En aquella gira conoció a una joven armenia con quien se casaría unos meses después y con su oficio de estilista se instala en la zona de Martínez.

En ese hogar que había formado junto a Herminia Hassassian, nacieron sus tres hijos, Hripsimé, Sirarpí y Tro.

En esa casa de Vicente López, se hablaba, se rezaba, se bailaba y se comía en armenio. Siempre se preocuparon tanto él como su esposa en mantener viva su pertenencia armenia, que volcaron con enorme entusiasmo a través del teatro y demás vertientes culturales.

En un principio cantaba y recitaba en las conmemoraciones patrióticas que se realizaban en la sede del Tashnagtsutiún. Las canciones de Rupén Matevosian, de Levón y del propio Aznavour, fluían cada vez que enfrentaba los micrófonos.

Para dar paso a su verdadera vocación que era la actuación, comenzó a preparar obras teatrales convocando actores aficionados a quienes dirigía y transmitía su experiencia y las técnicas del difícil arte de la interpretación.

Una extensa lista de obras en las que actuó y dirigió, fueron vertebrando su exitosa carrera a lo largo de estos últimos 50 años dentro de las comunidades armenias de América del Sud, sin olvidar las presentaciones que llevó a cabo en la Madre Patria.

“El Ególatra”, “Oscar”, “Flor de Cactus”, “El Rey de Cilicia”, “Levón VII”, “Maniquín”, “El Gran Silencio”, “¿Hay alguien aquí?”, y tantas otras que hicieron reír y emocionar a la audiencia que se acostumbró a ver las producciones teatrales que él presentaba.

Cuando su esposa completó la especialidad en escenografía junto a Gastón Breyer y Puesta en Escena y Dirección Teatral con Juan Carlos Gené, inauguraron Tadrón Teatro en la esquina de Niceto Vega y Armenia, desde donde expandieron la actividad teatral con nuevas ideas y realizaciones.

“Héroes”-un recorrido por la historia armenia- fue la muestra de teatro callejero con la  que se inauguraron las veredas de Tadrón.

Con el ciclo Teatro por la Justicia se amplió la mirada sobre los derechos humanos y se visibilizó la tragedia del pueblo armenio víctima del genocidio cometido por Turquía, con “No me olvido”, un texto ilustrado con alegorías interpretadas por Kalusd junto a Vahram Hampartzumian que fue presentado también en el Espacio de la Memoria Aroldo Conti, en el Centenario del Genocidio Armenio.

“El Ararat y yo”, un unipersonal en donde ponía énfasis sobre las diferencias y las coincidencias entre diáspora y Armenia.

Con “La Nonna” de Roberto Cossa traducida al armenio y “Vanidad”(Unainutiun) una adaptación de la obra de Levon Shant Hin Asdvadzner (Dioses antiguos), en el marco del 1° intercambio teatral argentino-armenio, el Conjunto Teatral de Exilio George Sarkissian, se presentó en Armenia, donde Kalusd recibió el premio Medzn Ardavazt que entregan los teatristas de Armenia, siendo la primera vez que era otorgado a un actor nacional de la Diáspora.

No puedo olvidar su pertenencia al Tashnagtsutiún y sus argumentos defendidos con vehemencia durante las Asambleas del partido. Así como también su paso por Hamazkaín donde integró la comisión Regional trabajando siempre a favor de la cultura armenia.

Dejo las últimas líneas para referirme a la obra de Mushegh Ishján, “Que difícil es morir”. La historia de James Aramian, interpretado por Kalusd, donde un hombre muere en un accidente y su cerebro es trasplantado en otra persona. Cuando el muerto llega a las puertas del cielo lo recibe San Pedro que advierte que su cerebro sigue vivo y que por lo tanto no podrá ingresar al cielo y tampoco volver a la tierra, por lo que deberá esperar hasta que muera la parte de su cuerpo que aún sigue viva.  La metáfora intenta demostrar que mientras no muera el espíritu el pueblo armenio seguirá viviendo.

Con esta historia, antes de cantar el Verkerov lí, entre los aplausos finales, lo despedimos el martes pasado en la Chacarita, donde quise decir algunas palabras y recordar que en esa actuación él me había asignado el papel de San Pedro.

Aunque en la obra James Aramian sigue deambulando por el cosmos, estamos seguros que Kalusd con todo lo que dio a la armenidad ya llegó al paraíso.

Edgardo Kevorkian
Presidente de la filial Vartán Kevorkian de Hamazkaín

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