San Sergio y San Expedito, comparten en Buenos Aires el Santoral de la Iglesia Apostólica Armenia

23 de enero de 2015

Pueden asemejarse pero son diferentes


En una convocatoria dirigida a los jóvenes enamorados, aparecen con una misma identidad San Sergio (Surp Sarkís) y San Expedito, a pesar de que sus vidas y testimonios los caracterizan con distintos patronazgos, con trayectorias y cronologías diversas

San Expedito, patrono de las causas difíciles y urgentes

san-expeditoEl sitio word-in-words.com menciona a San Expedito recurriendo a diversas fuentes, poniendo en duda su existencia, porque muchas referencias solo son suposiciones.

Este santo tiene fama de ser efectivo y responder prestamente (expeditivamente) a las fervorosas plegarias y rezos. Según el Martyrologium Hieronymianum (compendio hagiográfico del siglo VI), San Expedito fue un comandante romano convertido al cristianismo en la Armenia de Capadocia del siglo IV.

En el año 303, el Emperador roma
no Diocleciano ordenó que “expeditivamente” se lo decapite por ser cristiano junto a cuatro compañeros, en Melitene (Malatia), ciudad de su campamento. Recién diez años después de su martirologio, Roma detuvo las persecuciones a los cristianos.

No existen reliquias de San Expedito, y eso alimenta las leyendas. En 1905, el Papa Pío XI pidió su retirada de los altares y prohibió sin éxito su culto; hoy tiene muchos rogantes en países de Occidente. En una iglesia de Saint Denise, la estatua de San Expedito viste como soldado romano; sujeta una hoja de palma en su mano derecha como símbolo del martirio cristiano; con un pie aplasta un cuervo, -representación del diablo-, que con la leyenda “cras” (mañana, en latín), le pide que espere para convertirse. También sostiene una cruz donde se lee “hodie” (hoy), como diciendo: no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.

San Sergio de Capadocia, patrono de los jóvenes enamorados

surp-Sarkis-qLas referencias a San Sergio (Surp Sarkís) son más extensas, ya que existen más de diez San Sergio distintos uno de otro, con otras tantas ciudades de procedencia, reconocidos como tales. El libro “Martirologio romano” (editado por la Compañía de Jesús, México, 1678) menciona que el 24 de febrero se recuerda a San Sergio de Capadocia, Mártir, “cuya gloriosa y santa vida tenemos escrita”. Las fuentes armenias hablan de un Surp Sarkis cuyo culto se comparte con otras iglesias cristianas, de un origen helénico y de su ciudadanía romana.

En el siglo XII, San Nersés Shnorhalí estudió extensamente su vida. En el libro del Arzobispo Shenorhk Kalusdian (Ereván, 1997) se describen más detalles: nacido en el siglo IV, fue designado, en el 337, como comandante de Césarea, ciudad capital de Capadocia, su lugar de nacimiento, por Constantino. Juliano el Apóstata, que sucedió al anterior César, inició una repentina persecución contra los cristianos, intentando volver al paganismo.

El general Sarkis permaneció fielmente cristiano y con su hijo Mardirós se escapa de Capadocia a Armenia. Para evitar un enfrentamiento armenio-helénico, el rey armenio Arshag II vio conveniente que viaje a Persia, donde el rey Shabuh II (310-379) lo recibió afectuosamente y lo designó como protector de las fronteras entre Roma y Persia. Sarkís logró muchas victorias militares, y siguió predicando el cristianismo. El rey persa lo invitó a una ceremonia no cristiana, junto con su hijo Mardirós. El general Sarkís, que presiente el peligro que lo acecha, hace pública su fe cristiana en la Corte y no adora el fuego. Los sacerdotes paganos asesinaron en el acto a su hijo Mardirós, y él fue enviado a un lugar lejano, para ser decapitado en el año 363.

Catorce militares cristianos, correligionarios, toman el cuerpo de su comandante Sarkís para intentar sepultarlo dignamente. También ellos son detenidos y martirizados de la misma manera. Otros creyentes, finalmente, logran recuperar el cuerpo del santo y llevarlo a Asiria. Este hecho fue la causa para que el general Sarkís, su hijo Mardirós y sus catorce compañeros sean santificados por la Iglesia Apostólica Armenia.

En el siglo V, Surp Mesrob Mashdotz, de paso por Asiria, lleva las reliquias de Surp Sarkís, a Armenia, provincia de Van, ciudad de Garp, donde hizo construir un convento. El culto por San Sergio, su hijo Mardirós y sus compañeros, desde Armenia se difundió hacia Georgia, donde hay dos templos con su nombre, y a otras naciones cristianas como Italia, España y Alemania.

Surp Sarkis en la literatura y el arte

San Sergio aparece profusamente en famosas creaciones artísticas, en las miniaturas armenias y en tesoros literarios. Para comprender la fe infinita de la mujer armenia, recomendamos leer la poesía “Un sorbo de agua”, obra del poeta mártir del genocidio Rupén Zartarian. Existen referencias literarias acerca de la tradición de Surp Sarkís en textos de Avedís Aharonian y de Armenuhi K. Dergarabedian. La Iglesia Apostólica Armenia ha erigido un templo en la capital Ereván, otro en el barrio Nor Sís de Bourdj Hammoud (Líbano), y en Teherán, a los que se impuso el nombre del santo.

La historia de amor de Surp Sarkís

En un libro ilustrado, editado en 1992 por la iglesia de la Santísima Virgen del barrio de Malatya (Ereván), se relata la historia de amor de Sarkis. Él defendía a los débiles y a los pobres; a los necesitados les acercaba alimentos. En esa función social conoció a la hija del príncipe; se amigaron y esa cercanía se transformó en amor. Reconocido por sus virtudes militares, se entera de que el príncipe había prohibido los encuentros sentimentales, por ser cristiano. Sarkís resuelve encarar al padre de su novia, montado en su caballo blanco, sin armas. Se encamina hacia la residencia del príncipe, donde le dicen que si quiere casarse con ella debe renunciar a su fe en Cristo.

Sergio proclama: “Existe un solo Dios Verdadero. Si conociera a Jesús, usted mismo exhortaría a todos para que lo adoren”. El príncipe exclama: “¡Cómo es posible renunciar a Zeus, a Artemisa, a Afrodita!”. La pareja entra en crisis: él se aleja del fuerte, enterado de la condición impuesta por el padre, ella entra se deprime y entristece, porque conocía bien la voluntad indomable de Sarkís.

Pasan los días, los interrogantes afligían a la novia, que sufría pensando: ¿Acaso mi querido me ha olvidado? Una piadosa nodriza armenia, viendo el drama, le recomienda a ella ayunar cinco días, y la última noche, rezar solicitando que Dios exprese su voluntad.

Siguiendo ese consejo: el quinto día cuando estaba rezando, de repente, se alumbra la habitación y envuelto en una gran luminosidad aparece un ángel que le dice: “No temas, y no desesperes. Aquél por quien tú rezas, Sarkís, es agradable a Dios, y te quiere. Dios, que es amor, ha bendecido vuestra relación. Él va a eliminar todos los obstáculos que existen en el camino de vuestro amor. Mañana temprano, levántate y ve a la colina de enfrente; allí encontrarás a Sarkís”.

Apenas amaneció, vestida con las ropas de su nodriza, la hija del príncipe salió sin ser advertida, apurada. En ese momento, Sarkís volvía a su casa. Toda la noche había estado junto a un enfermo. Cansado y sin dormir, se detuvo junto a la fuente para beber y mitigar su sed. Se dirigió a donde vivía su amada y se adormeció. Una voz conocida lo despertó diciendo “¡Sarkís, Sarkís!”. Sarkís se dio vuelta y vio a su amada. Se abrazaron. Él le dijo: “Jamás cambiaré mi fe. También sigue firme mi amor por ti”. Por voluntad de Dios, ellos se casaron.

Una mañana de primavera, un mensajero trajo una carta de Constantino, quien lo convocaba al campamento. Había sido designado comandante de Césarea de Capadocia. Sarkis se despidió de los padres, y partió con su mujer. En poco tiempo, es muy admirado en Capadocia; todos lo tratan con respeto y obediencia. Destruye los ídolos, los altares, y construye iglesias cristianas; ordena sacerdotes y difunde la nueva fe.

Una historia muy distinta a la de San Expedito, tanto que los dignatarios eclesiásticos pueden y deben aclarar el dilema.

Carlos Luis Hassassian

Otras fuentes: -Enciclopedia Armenia Cristiana, Ereván 2002.
-Enciclopedia Resumida Armenia, Tomo IV, Ereván 2003.

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