Se cumple el 33º aniversario de las matanzas de armenios en Sumgait por parte de Azerbaiyán

26 de febrero de 2021

El 26 de febrero se cumple el 33º aniversario del pogromo de Sumgait, una serie de matanzas y ataques contra la población armenia que vivía en Azerbaiyán en 1988.

Durante los pogromos, “decenas de personas resultaron muertas, de las cuales muchas fueron quemadas vivas tras haber sido golpeadas y torturadas. Hubo centenares de heridos, muchos de los cuales quedaron discapacitados de por vida. Se produjeron violaciones de mujeres y niñas. Hubo más de doscientos hogares destrozados y saqueados, cantidades de automóviles quemados o destruidos y decenas de talleres, tiendas, y locales sociales devastados y desvalijados”, según datos de un informe presentado por Armenia en Naciones Unidas.

Las matanzas de Sumgait y Kirovabad en 1988 y Bakú en 1990, instigadas por las autoridades azeríes, fueron la respuesta a la lucha de los armenios por la independencia de Artsaj (Nagorno Karabaj), una región históricamente habitada por población armenia que fue entregada a la República Socialista Soviética de Azerbaiyán durante la sovietización de la región por parte de Joseph Stalin en calidad de región autónoma en 1923. A partir de 1988, con el comienzo de la caída de la Unión Soviética, se creó el Movimiento de Karabaj para pedir la independencia y la anexión a Armenia. La respuesta del gobierno azerí fueron los pogromos de Sumgait, Bakú y Kirovabad. En 1991, Armenia y Nagorno Karabaj se proclamaron Repúblicas independientes.

Los mítines en Armenia fueron contrarrestados por manifestaciones en Bakú, durante las cuales ciudadanos y funcionarios expresaron fuertes sentimientos anti-armenios. Una de esas declaraciones se produjo el 14 de febrero de 1988, cuando el jefe del departamento del Comité Central del Partido Comunista de Azerbaiyán, Asadov, declaró que "cien mil azerbaiyanos están listos para asaltar Karabaj en cualquier momento y organizar una matanza". En los días previos a la masacre, un líder del Partido Comunista de Azerbaiyán, Hidayat Orujov, advirtió a los armenios en Sumgait: "Si no dejan de hacer campaña por la unificación de Nagorno Karabaj con Armenia, 100.000 azeríes de los distritos vecinos irrumpirán en sus casas, incendiarán sus apartamentos, violarán a sus mujeres y matarán a sus hijos".

El 26 de febrero, se llevaron a cabo varias manifestaciones azeríes en la plaza Lenin en Sumgait. Se escucharon llamamientos explícitos a la violencia contra los armenios y su expulsión de Azerbaiyán y la multitud se agitó con las noticias de los refugiados azerbaiyanos que habían huido de Armenia (de las ciudades de Kapan y Masis). Algunas personas contaron historias de asesinatos y violencia supuestamente cometidos por armenios contra los azerbaiyanos. Las autoridades soviéticas más tarde considerarían a estos individuos como agentes provocadores. Un individuo, según la prensa soviética, se reveló más tarde que no era un residente de Kapan, como él había afirmado, sino un criminal con antecedentes penales. El líder del Partido local de Bakú, Fuad Musayev, quien fue llamado a Bakú debido a los disturbios, declaró en la entrevista concedida al historiador Thomas de Waal: "Alguien los estaba provocando, se estaba realizando un trabajo de propaganda".

Las manifestaciones en la Plaza Lenin concluyeron con fuertes sentimientos anti-armenios. Durante las manifestaciones hubo aparentes amenazas y acusaciones contra los armenios por distorsionar la integridad territorial de Azerbaiyán. También se culpó a los armenios de estar mucho mejor que la mayoría de los azerbaiyanos en Sumgait. Se escuchaban lemas como "¡muerte a los armenios!" y "armenios salgan de nuestra ciudad". También asistieron a los mítines muchas figuras públicas, entre ellas el director de la escuela pública No: 25, una actriz del teatro Arablinski, el poeta azerbaiyano Khydyr Alovlu y otros, que pidieron la expulsión de los armenios de Azerbaiyán o su asesinato.

El pogromo de la población armenia de Sumgait comenzó la noche del 27 de febrero, una semana después del llamamiento del Consejo de Diputados del Pueblo para unificar Nagorno Karabaj con Armenia. Los perpetradores atacaron a las víctimas basándose únicamente en el origen étnico, siendo armenio el único criterio. Se bloquearon los accesos a la ciudad y se organizaron grupos autogestionados con armas caseras que entraban a las casas y locales de personas de origen armenio para robar y matar.

Según el historiador Thomas de Waal "las bandas cometieron actos de terrible salvajismo. Varias víctimas fueron tan gravemente mutiladas con hachas que sus cuerpos no pudieron ser identificados". De acuerdo con el investigador, "la policía local no hizo nada", ya que estaba "compuesta mayoritariamente por azerbaiyanos".

Tras vencer en la guerra de 1994, Artsaj y Armenia lograron un cese del fuego con Azerbaiyán, que fue roto en 2020 durante la guerra de Azerbaiyán y Turquía contra Artsaj y Armenia. En el último conflicto, Azerbaiyán ocupó parte de las tierras que se habían declarado independientes en 1991.

La ciudad de Shushí (rebautizada Shusha por Azerbaiyán) está actualmente ocupada ilegalmente por Azerbaiyán. La independencia de Artsaj de 1991, al ser declarada en base a la legislación correspondiente de la entonces Unión Soviética, fue un hecho jurídicamente legítimo dentro del derecho internacional, mientras que la Convención de Montevideo brindó el marco legal para considerar a la República de Artsaj un estado, a pesar de no ser reconocido por otros países. La agresión de Azerbaiyán contra una zona que se había declarado independiente constituye una ocupación ilegal de ese territorio.

El concepto de “pogromo” hace referencia a persecuciones o matanzas contra un grupo religioso o étnico. El término se utilizaba para hacer referencia a los ataques contra los judíos en el Imperio Ruso (especialmente en Ucrania y Bielorrusia) durante los siglos XIX y XX. La principal característica de los pogromos en Azerbaiyán, aún negados por el gobierno azerbaiyano, fue que los crímenes fueron cometidos por grupos paraestatales con la complicidad del gobierno.

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